«Odio a mi madrastra». Tan pronto como comienza esta magistral novela, nos enteramos de que April, la sofisticada, se ha denunciado a sí misma con aquella frase definitoria. Y sin embargo, el clima de suspenso, el interés absorbente que distinguen a esta estupenda creación, mantienen al lector fascinado a través de todo el relato, hasta el desenlace mismo, tremendo y sorprendente.
Comenzar denunciando al criminal, revelar sus propósitos e iniciar así, justamente donde otros terminan, una novela de apasionante lectura, es proeza que sólo puede esperarse de un maestro.
Y Brett Halliday es un verdadero maestro del género.