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Anábasis de Alejandro Magno Libros I a III PDF

166 Pages·1982·13.004 MB·Spanish
by  Arriano
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ARRIAN O ANÁBA SIS DE ALEJANDRO MAGNO LIBROS 1-111 TRADUCCIdN Y NOTAS DE ANTONIO GUZMAN GUERRA EDITORJAL GREDOS Asesor para k secci6n griega: Cna~osG & GUAL Según las normas de la B. C. G., la traducción de este vo- lumen ha sido revisada por AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ. 1. Breve ojeada a la literatura histórica de la &poca Un lazo externo que una la tnada de grandes his- O EDITORIAL GREDOS, S. A. toriadores de la antigua Grecia, Heródoto, Tucídides y Sánchez Pacheco, 81. Madrid, España, 1982. Jenofonte, podría ser el del exilio, fecunda tierra en que se han incubado, tanto resentimientos, como des- cargos de conciencia, amein de auténticas visiones ob- jetivas de la realidad dejalda atrás; pero, prescindiendo de lo anecdótico e, inclu:so, de las peculiaridades de sus concepciones y rn6tod.o~h istoriográficos no cabe l, la menor duda de que estos historiadores se oponen en cerrado bloque2 a 10,s nuevos derroteros que la 1 Remitimos al lector a la introducción, debida a F. Ro- DR~GUEZ ADRADOS, de C. SCEIRADER,H eródoto. Historias. Li- bros 1-11, Madrid, 1977, págs,. 7-67, y a O. GUNTIRAS TuMN, Jenofonte. Helénicas, Madrid, 1977, págs. 7-26. Para el método histórico de Tuddides, el lector encontrar6 una buena intro- ducción en J. DE ROMILLYH, istoire et raison chez Thucydide, París, 1967, y una visión general -la mejor-, con excelente bi- bliografía, en el art. de la Realencyclopadie der classischen Alter- tumswissenschaft, volumen suplementario 12 (1971), cols. 1086- Depósito Legal: M. 12938-1982. 1354 (=aThukydides der Historiker~,S tuttgart, 1971), debido a ISBN 84-249-0266-1. O. LUSCHNAT. 2 Detalles interesantes en L. CANFORAa1, 1 ciclo stoncon, Bel- Impreso en España. Printed in Spain. fagor 26 (1971), 653470, y Tottzlitd e selezione nella storiografia classica, Bari, 1972. GrBñcas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1982.-5430. historia helenística eligió. Cuando Polibio otro de los como si fuera una novella aquella materia excepcio- grandes, criticó a Filarco su deseo de impresionar al nal, 6, y el imperio de la ahistoria trágicas tendrá vi- lector a cualquier precio: apelando a la sensiblería y gencia muchos años -con notables excepciones, claro borrando la línea entre la tragedia y la historiografía, está- hasta encontrar un ataque furibundo, como el parece licito suponer que su crítica englobaba, al mis- que Luciano, en su De historia conscribenda 8, descargó mo tiempo, a otros historiadores por el estilo, que, contra ella. De la tríada ccanónica. a que nos hemos como Duris de Samos y su precursor más alejado en referido, la labor historiográfica ha ido degenerando el tiempo, Ctesias, seguían a rajatabla los principios hasta olvidar, dice Luciano, Historia 7, los límites de la historiografía de corte novelesco. F. Wehrli' se entre historia y encomio; ha confundido poesía con opuso a la idea de que esta forma de componer his- historia (ibidem 8), y ha olvidado que, si bien lo toria proviniese de la literatura peripatéticas. deleitoso puede ser un elemento básico, tiene que ser, De todas formas, pese a los pocos fragmentos que a la vez, verídico para ser admitido en una obra his- poseemos de la historia de esta época, las diferentes tórica (ibidem 13). Las críticas son variadas y los tendencias pueden ser reconocidas con sólo analizarB capitulas que dedica al prólogo, a la autopsia o conoci- sin ir más lejos, el Corpus de los historiadores de miento directo y de primiera mano, a la composición, Alejandro. A Tolomeo, «que narraba objetivamente a a los discursos, etc., ejempliíicaron bien las caracterís- base de sus numerosas experiencias personales, hay que ticas del blanco al que se dirigían sus dardos. contraponerle un grupo de autores que se dejaban Arriano, cierto es, no escribió en esta época sino arrastrar voluntariamente por la tentación de tratar en la imperial y, en el terreno de la literatura9, la mímésis o imitación fue (21 nuevo orden en cierto sen- tido; no obstante, sus modelos no fueron los inmedia- 3 El pasaje en cuestión está en 11 56. Una excelente apro- tos -y esto ya dice bastante en su favor-, ni su estilo ximación a Polibio la encontrará el lector en la introducci6n de A. DfAz TETERA, Polibio. Historias 1, Barcelona, 1972, pági- nas XI-CLXXVII;m ientras que la obra básica sobre la histo- riografia practicada por este autor y sus métodos es la de 6 A. WKYH, ist. de la lit. gr., pág. 797. p. -H, La Mdthode historique de Polybe, París, 1964. 7 Véase F. W. WAIBAN~e, History and Tragedy~,H istoria 9 4 ~DieG eschichtsschreibung im Lichte der antiken Theorie~, (1960). 216234. en Eumusia. Festgaben für E. HavaId, Zurich, 1947, págs. 61 8 Véase, sobre este importante tratado, G. AVBNARIUS, Lu- y sigs.; la puesta al día de los argumentos, en O. BRWI, eTra- kians Schrift zur Geschichtswhreibung, Meisenheim am Glan, gic History and Aristotle's Schmln, Proceed. of the Cambridge 1956; H. HOMRYELRu, kian, eWie man Geschichte schreiben soll~. Philol. Soc. 186 (1960), 14-19. Herausgegeben, übersetz und erlautert. Munich, 1965, y L. CAN- 5 El tema y las diversas etapas de este debate erudito están FORA, Teorie e temica della storiografia classica. Luciano, Plu- resumidos por A. LESKY, Geschichte der griechischen Literatur, tarco, Dionigi, Anonimo su Twidide, Bari, 1974. Una introducción 2.' ed. = Historia de la literatura griega [trad. J. M.' Dirrz Rs al tema encontrará el lector en J. M. CmAu M ~ Nen,& 6 ~ i cnff6~,B . ROMERO],M adrid, 1%8, págs. 7917%, y una visi6n imoplav uvyyp&@srv. Luciano y la función de la historia,, general de la historiogratia helenística, en págs. 794-814. De in- Habis 7 (1976), 57-73. terés resulta A. DfAz TETERA, tendencias de la historiograffa 9 Básico sobre la literatura de su tiempo es B. P. ~ O N , helenistican, en la obra colectiva Estudios sobre e2 mundo ha Courants littéraires grecs de.s IP et ZII' siecles apr& J. C., lenistico, Sevilla, 1971, págs. 35-55. París, 1971. 10 ANÁBASIS DE ALEJANDRO MAGNO y métodos los de aquéllos, sino que volvió su vista más gún algunos identifican su nombre completou, fue un lejos, a Jenofonte en especial, para trazar su retrato auténtico hombre de su época". Era adulto cuando de Alejandro, la mejor historia que se ha escrito sobre Plutarco había muerto y IElio Aristídes ya había nacido el rey según dejó dicho en su Biblioteca LVIII 17a, 24-25, el patriarca Focio. Al igual que la obra de Elio Aristides, Máximo de Tiro, los Filóstratos y otros mu- minora et fragmenta, Leipzip;, 1968, págs. LVIII-LXV (se trata del segundo tomo de la editio maior de Roos, que fue publi- chos compañeros de pluma coetáneos, la de Arriano cado en Leipzig, 1928, nuevamente reimpreso con uaddenda et nace de un espíritu de hombre culto y educado, de corrigenda. a cargo de WIRTH), y el tratamiento más amplio, erudición, de anticuario y, como algunos han dicho, de aunque acusa el paso de los años, es el de J. A. FABRICIUS, romanticismo, de un espíritu, en suma, consustancial G. C. H ,- Bibliotheca graeca, V, Hamburgo, 1796 (hay reim- con la época, señala Reardon sin que debamos ver presión). págs. 89-104. En fechas más recientes, el trabajo fun- '0, damental sobre Arrimo es el de E. SCHWARIZe, n la Realency- en ella un producto nacido de un verdadero interés clopüdie, 11 (M%), cols. 1232-1236 (= ~GriechischeG eschichts- por lo político ni de una actividad directa en estas schreiber*, Leipzig, 1957, págs. 130-140). Más noticias de índole materias. Sus escritos no son tampoco los de un histo- general pueden hallarse en W. VON CHRIST, O. STAEHLINW, . riador profesional, sino los de un escritor cuyo tema SCHMD, Geschichte der griríchischen Literatur. Zweiter Teil: Die nachklassische Periode der griechischen Literatur, 6.' ed., de trabajo es a menudo de índole histórica y, del Munich, 1961, págs. 746-751, y en A. L-, Hist. de la lit. gr., mismo modo que Máximo de Tiro es un filósofo a me- páginas 879-881, así como en REARDoN, Courants ..., págs. 209-216. dias, Arriano viene a ser, como se ha añrmado, un Estudios recientes de interés son los de G. WIRTH, a'App~av6q historiador a medias entre Plutarco y Apiano, siendo 6 ~rhbuo~K*lw, 41 (1%3), 221-233, y ~Arnmerkungenz ur Arrian- su obra una gran melétz o ejercicio literario. Pese a biographie. Appian-Arrian-Lulkiam, Historia 13 (1964), 209-245; P. A. ST-, aFlavius Manus: the new Xenophon~,G r., Rom. sus buenas intenciones, en definitiva, y a su deseo de and Byz St. 8 (1%7), 155-161.; G. W. BOWERSOCKuA, new ins- no caer en los excesos de la historia retórica, la valo- cription of Arrian*, ibidem, 279-280; A. B. BOSWORTH~, Arrian's ración más reciente, aun reconociendo sus mkritos, si- literary developmenta, Class. Quarterly 22 (1972), 163-185; D. F'EP- gue sin concederle el título de historiadorll. PAS DHLMOUSO.UB,& oi~d rv~p~drvrToOÜ~ 'Appravou*, 'Apxatoh. 'AvM, he 'ABqv. 3 (1970), 377-380; E. N. BORZA.,S ome notes on Arrian's Namew, ibid. 5 (1972), 99-102; E. I(~\PETANOPOULOS, aArrian's Praenomen again~,i bid. 6 (1973), 301-304,y G. WIRTH, 2. Arriano: vida y obra aman und Traian. Versuch einer Gegenwartsdeutung~,S tud. Clas. 16 (1974), 169-209. Un nuevo art. en la Realencyclopüdie, a Lucio, o bien Aulo, Flavio Arriano Jen~fonte~se,- cargo de W. ECK,p uede verse: en el vol. suplementario 14 (1974), col. 120, s. v. ~Fiavius~nú, m. 44. --- - -- ., 13 Estos cinco mmbres son dados por Bona, quien se basa lo Courants littéraires grecs.. pág. 210. en el trabajo de Peppas Delinousou; estudió este último el ba- 11 Véase, como botón de muestra, P. BRUNTA, rtian. ~History samento de una estatua, feclhable en la 6poca imperial, que se of Alexander*, and alndicam, 1, Londres-Cambndge, Mass., 1976, conserva en el museo Epigrdúico de Atenas y que se halla par- página XXXIV: Aniano due un espíritu simple y honrado, tida en cinco trozos. ia fecha podría ser 145146. pero no un historiador*. 14 Sobre un doble Hermes del Museo Nacional de Atenas u Los «testimonia de vita Arrianis están editados por A. G. que, datable en la época de Jlntonino Pio, ofrece los retratos de Roos, G. WIRTH, Flavii Arriani quae exstant omnia, 11: Scripta Jenofonte y Arrimo, v6ase J. H. OLIVER,a Herm at Athens with 12 ANABASIS DE ALETANDRO MAGNO -como señala ReardonU-, de forma que puede de vemos como ciudadano honorario en Atenas. G. W. Bo- cirse que hay algo de los dos en él. Casio Diónl6, el wersock l9 ha argumentado en torno a la posibilidad Léxico de Suidas y Focio, en su famosa Biblwtecq se de que nuestro escritor fiuese una víctima máis, entre refieren a su cultura (paideia) y fama de filósofo. Por los muchos personajes conocidos caídos en desgracia los testimonios epigráficos, conocemos los éxitos de su en los Últimos años del reinado de Adriano, pero nada carrera miiitar y política. Una vida, pues, de se~dor podemos saber con certeza. Por India IV 15, sabemos del Estado y literato, que no desentona entre los mu- de su conocimiento de lar zona alpina, aunque se ha chos ejemplos que la Antigüedad nos ofrece y de argüido que hay en sus descripciones demasiadas in- acuerdo, en todo, con las directrices generales que exactitudes como para suponer una temporada de ser- Reardon ha sabido hallar en el panorama literario de vicio en alguna legión de I'anonia, cosa, por otra parte, esta época. jamás sugerida en fuente alguna. Tras el abandono de Su nacimiento se sitúa entre los años 80-95 en Ni- su carrera oficial y marcha a Atenas, le volvemos a media, Bitinia, donde se crió, fue educado y desempeñó encontrar, tal vez en 16617 y 169/70, como ciudadano ". el sacerdocio de las diosas Deméter y Core En tomo del demo de Peania y pritano, pero, en esta ocasión, al 108, para Bosworth, o bien entre el año 112 y 116, la autorizada opinión de Bosworth considera un he en opinión de otros, debió de acudir a Nicópolis, en el mónimo al personaje del que hablan las inscripciones. Epiro, a escuchar las explicaciones del ñl6sofo E p i ~ De su muerte nada sabenios tampoco, si no es la opi- teto, y por los años 117 a 120 el emperador Adriano le nión extendida entre los investigadores de que, cuando concedió la entrada en el Senado. Fue consul suffectus Luciano escribió su Alejandro (en tomo al año 180), entre los años 120 y 130, aproximadamente, y del 131- ya debía de estar muerto,, como hace suponer el calu- 137 le encontramos como legatus Augusti pro praetore roso elogio que le dedica: aun hombre importante en Capadocia, provincia en la que tuvo que proteger entre los romanos y entregado a la cultura a lo largo a la población de los ataques de los alanosla. Nada de toda su vidap. sabemos de su subsiguiente carrera militar, si es que Pocos datos más tene.mos sobre Arriano que pue- la hubo, ya que la siguiente fecha que respecto a él dan resistir un análisis detenido; su relación con L. conocemos, ésta segura, es el año 145/6, en el que le Gellio Justo de Corinto, (a quien dedica las Diatriba de Epicteto, es claraM, y la inscripción hallada en Portraits of Xenophon and Arrianw, Am. Journ. of Arch. 76 Corinto, si se refiere a él como sostiene Bowersock21, (1972), 327-328. habla de su fama por esas tierras. Pero, tal vez, la U Courants. .., phg. 213. 16 Sums le atribuye una biografía de Amano, pero algunos etapa más debatida de sil vida, en la actualidad, sea autores. entre ellos F. MILLARC, msius Dio, Oxford, 1964, pág. 70, dudan de su existencia. 19 Greek Sophists in the Roman Empire, Oxford, 1%9, pA- 17 Véase Foc~o,X CIII 73b, 1; según se ha sugerido, fue pos- gina 52. teriormente iniciado en los misterios de Eleusis. como testi- 20 Véase J. H. OLI~~RaA, rrian and the Gellii of Corinthw, monia el conocimiento de ciertos detalles en Anábasis 111 16, 8. Gr., Rom. and Byz. St. 11 (1970), 335338. 18 Cm10 DI&, LXIX 15, 1, testimonia algunos de estos ata- 21 .A new inscription ... m, p&g. 279; véase comentario en ques. BOSWORTHaA, nian's ... develcpments, 168-169. 14 ANÁBASIS DE ALEJANDRO MAGNO la que pasó, o pudo pasar, en nuestra patria. Efecti- puntos de contacto con e1 Cinegético, con su modelo vamente, un epigrama encontrado en Córdoba hace jenofonteo y con los idearles de vida que parece com- pocos años ha saltado a la palestra cientíka con no- partió Arriano. Sin embargo, no todos opinan igual, y toria vitalidad ofreciendo la posibilidad de que Arriano hay quien, como Marcovich, niega la identificación de estuviese en España O. los dos Arrianos. La verdad sea dicha, tan sólo en la Los versos en cuestión, dos dísticos elegíacos, reco- Anábasis 11 16, 1, parecen los críticos encontrar algo gen una simpática plegaria a Artemis en la que, a falta que pudiese reflejar conocimientos adquiridos por el de la carne o los cuernos de los animales cazados, autor durante su estancia en tierras españolas, mien- se le ofrecen alos dones inmortales de las musasw, es tras que, por el contrario, otros muchos pasajes en su decir, los propios versosB. El poema está puesto en obra parecen indicar un,a falta de tales conocimien- la piedra bajo la autoría de un Arriano anth$putos, un tos a. De todos modos, la ignorancia de la geografía de procónsul en la terminología romana, y, si como quie- la Bdtica que Arriano muestra es paralela a la que ren algunos, se trata del autor de la Amíbasis, es claro notamos en él con respecto a Capadocia, una provincia que bajo el reinado de Adriano, en torno al año 120, en la que sabemos con seguridad que pasó, por lo me su carrera militar le llevó a la Bética. Desde el punto nos, seis años, o bien a la que ya vimos en relaci6n de vista literario, el contenido del epigrama, bien es- con ciertas regiones centroeuropeas, de forma que la tudiado ya, no es un testigo demasiado expiícito que presencia en Córdoba del de Nicomedia, aunque posi- nos conduzca en derechura a otras obras de Arriano. ble, no deja de ser un tema sujeto a discusión. pero tanto Koenen como otros autores han señalado Si los hitos que jalonaln su vida son escasos y frag- mentarios, no mucho más abundantes son los testi- a La cuestión es muy interesante y aquí sólo podemos dar monios que se rehren a su carrera literaria o, incluso, una breve indicación bibliográfica. El epigrama fue publicado a la conservación de sus obras frente al continuo ata- por A. TOVA.,« Un nuevo epigrama de Córdoban, en Ia obra que de1 tiempo. Bajo el peso de la autoridad de colectiva Estudios sobre la obra de Américo Castro, Madrid, Schwartz ha dominado inuchos años la idea de que 1971, págs. 403412, a la que siguió el trabajo de M. FERNha- GAUANO*S, obre la nueva inscripción griega de Córdoban, Eme- Arriano comenzó a escribir ya en edad madura y des- rita 40 (1972), 47-50. Otros estudios son los de M. MARCOVICH, pués de su carrera militar; las obras primeras, el Pe- 'The Epigram of Proconsul Arrian from Cordoban, Zeit f. Papyr. riplo, la Táctica y otras, serían su preparación hasta u& Epigr. 12 (1973), 207-209; W. BURKERT~,N ochmalsd as Arrian- llegar a la Anábasis, que fue escrita, según esta con- Epigramm von Cordoban, Zeit f. Papyr. und Epigr. 17 (1975), 167- cepción, entre los años 160 y 165, y a la que habfan de 169; G. GIANGRAND.EBl , epigrama de Arriano a Artemisn, Eme- rita 44 (1976), 349-355; M. MARCOVICH~,N ochmals Cordoba, seguir otras obras hist6r:icas de mayor aliento. wiederum Arriann, Zeit. f. Papyr. und Epigr. 20 (1976), 4143; La hipótesis de que nuestro autor, casi octogenario, W. S- , aZum Arrian-Epigramm von Cordoban, Zeit. f. Papyr. emprendiese la realizacidin de los 42 libros de obras und Epigr. 22 (1976), 87-88; A. B. BOSWORTH*A, man in Baetican, históricas que, más o menos, debió de escribir no ha Gr., Rom. and Byz. St. 17 (1976), 5564, y L. KOENEN~, Cordoba and no end., Zeit. f. Papyr. und Epigr. 24 (1977), 35-40. B La reconstrucción del texto por Giangrande es, a nuestro juicio, la más completa y verosímil de las ofrecidas hasta ahora. 24 V6ase BOSWORTHa, hian in Baetican, 62-63. 16 AN~ASISD E ALEJANDRO MAGNO satisfecho a todos, y ya F. Reuss emitió la opinión aparte del paralelo que estas actividades tienen con el de que la Anábasis debía ser considerada obra de género de vida que su venerado modelo Uevó -y que, juventud escrita en torno al año 130. Ha sido moderna- además, se traduce en lar propia producción de ambos mente Bosworth el paladín de esta idea, y sus trabajo:$ autores L,es interesante destacar, como lo ha hecho sobre Arriano -que han de culminar en un come&- Bosworth, que ya los intereses fundamentales de su no, según parece- han traído a la luz algunos detalles producción literaria estaban presentes en 61 desde su nuevos que pueden servir para apoyar la hipótesis juventud, de modo que no parece del todo oportuno mencionada. Si queremos adelantar la fecha de com- suponer que la actividad de este escritor comenzó, por posici6n de sus obras m, no hay otra solución que estar lo menos a cierta escala, después de su retiro; y aún en desacuerdo con la idea de Schwartz y suponer que más, el orador Ternistio, XXXIV 451-2 (ed. Dindorf), Arriano escribió durante su carrera militar: efectiva? le presenta como una mezcla de filósofo y soldado en mente, ciertos indicios pueden ser hallados que apoyan el relato que hace de la expulsión de los alanos de esto. En Cinegético 1 4, el propio autor afirma que:, Armenia, lo que puede ser otra prueba de lo temprano desde joven, se dedicó a ia caza, a la guerra y a la sa,- de su vocación. Por otro lado, al declararse, con cierto biduría (kyntifgésia kai stratZgían ka2 sophfan)n, y, orgullo, competente para escribir las hazañas de u . héroe tan famoso como Alejandro, confiesa que no a ~Anianu nd Appians, Rhein. Mus. 45 (1899), 455461. necesita explicar su origen ni su nombre ni su patria a Pensemos que, para Wirth, tanto la Anábasis como la (Anáb. 1 12), lo que debe interpretarse como clara señal India y Bitiníacas están escritas antes del año 165, fecha en de que había alcanzado ya una cierta notoriedad. Fi- que Luciano escribió su Historia; las fechas oscilan, para la Anúbasis, entre 147, como muy temprano, y 165, como más nalmente, Focio, XCIII 73a, 32 y SS., afirma que la tarde: en la teoría de Bosworth la Anábasis apareci6 poco Anúbasis fue una preparación, una especie de entrena- después del año 115. miento antes de enfrentarse con las dificultades que La actividad de cazador unida a la de militar es algo frecuente en el mundo antiguo (véase alguna reflexión sobre - - el tema en A. BRAVOGA RCÍA, rEl pensamiento de Plutarco acerca samente, en virtud de su destacada producción literaria (lo que de la paz y la guerras, Cuad. de Filol. Cfás. 5 C19733, 148 y sigs..; serfa un testimonio a favor de su temprana carrera como es- y, más modernamente, sobre el pasaje que allí comentamos, critor), pero otros dudan de esto; recordemos, no obstante, que en H. ~~ARTJIrN., , «Plutarchls De sollertia animalium 959 B-C:: en Periplo 11 se sugiere esta posibilidad y que hay muchos the Discussion of the Encomium of Huntings, Am. Journ. of casos paralelos en la historia romana. Philol. 100 [19791, 99-106). y en la bibliografia de Arriano encori- UI El empeño en compararse con Jenofonte es verdadera- tramos sobradas referencias a ambos temas, incluso si el epi- mente notorio; en Cinegético 1 4; Periplo 1 1, X 5 y XXV 1, y grama de Córdoba no es realmente suyo. Por lo que toca a la Táctica XXIX 8, aparece c'omo un .nuevo Jenofonte*, y una sophia, además del artículo del Léxico de SUIDASlo, s testimo- comparacibn de las obras de ambos autores nos señala su pa- nios epigráñcos comentados por Bowersock, Peppas Delmouzou ralelismo. Frente a los escritos socráticos, Arriano escribió las y Kapetanopoulos le presentan como phildsophos, y a elios debe Diatriba de Epicteto; el Ciinegktico fue imitado; llevó a cabo añadirse el juicio, ya citado, de LUCIANeOn Alejandro 3, así biografías históricas paralelas al Agesilao, una Anábasis, es como la afirmación de Foc~o,L VIII 17b, 15-16, de que se le decir, una obra monográfic:~s obre un tema particular, y, co- confiaron cargos importantes en su vida a causa de su notabl!e rrespondiendo a las Helénicas, narró Los sucesos después de cultura. Algunos autores piensan que Adriano le apoyó, preci- Alejandro, obra de la que ~1610c onservamos fragmentos. 18 AN~BASIS DE ALEJANDRO MAGNO suponía su libro sobre la historia de Bitinia; pero, al Un poco más tarde, en torno al año 134, se sitúa tal considerar el énfasis que en esta última obra pone vez la-~orrnaciónr nilita,r contra los alanos, un frag- Arriano al hablar de su patria, Bosworth cree ver indi- mento de táctica que sie conserva en el manuscrito cios de que el escritor no se sentía todavía como un Laurentianus LV 4 y que, como Bosworth seííaia31, senador romano, lo que le sirve, igualmente, de prueba recuerda en ciertos aspectos la Anábasis, lo que sería para adelantar el período de producción de sus obras. una prueba más de unsi temprana dataci6n de ésta. Debatida es, pues, la cronología de sus escritos; De tema parecido es la Táctica, compuesta igual- poco seguras, las fechas de su vida, y, en último lugar, mente durante su estancia en Capadocia (sobre el año fragmentaria, la conservación de sus obras. Focio, en 136 6 137); la primera parte consiste en un tratadito su Biblioteca, nos ha legado resúmenes de lo que ley6 de táctica griega y macedonia tomado de Eliano que, de Arriano, pero ya otros titulos de entre su produo a su vez, se remonta a .Asclepiódoto, y todo ello está ción eran inencontrables en tiempos del patriarca, completado, en una segunda parte, por un informe pérdidas no raras en lo que se ha dado en llamar sobre la caballería romana y las reformas que Adriano el naufragio de la literatura antiguaZ9. Pasemos a des- introdujo. Como en el caso del Periplo, puede tratarse cribir brevísimamente estas obras. de un «informe pro fe si mal^, en latín, que ha servido De los años 130 a 132 parece ser el Periplo del Ponto como núcleo de una obra más pulida y trabajada, aun- Euxino, que está dedicado al emperador Adriano y que hay quienes siguen pensando en dos obras sepa- narra un viaje oficia1 de Trapezunte a Dioscurias, aun- radas, una del propio Arriano y otra de Eliano el que luego se completa con otras fuentes, de modo que thctico describe una mayor extensión de la costa del Mar El Cinegético parece ser de época ateniense y su Negro; todo parece indicar que su origen fue un in- dependencia de li obra (de Jenofonte, a la que imita y forme en latín, de indole técnica, que fue rehecho y completa, ha sido bien señalada por P. A. Stadteru; enriquecido con otros elementos m. y notas de G. MARENGHI, Arriano. Periplo del Ponto Eusino, Nápoles, 1958, así como K. E. MUELLERG, eschichte der antiken 29 Sobre Focio es fundamental, para todo lo referido a la Ethnographie und ethnologischen Theoriebildung von der An- supervivencia de la literatura antigua, P. LEMERLE, Le premier fangen bis auf die byzantinischen Historiographen, 11, Wies- humanisme byzantin. Notes et remarques sur enseignement et baden, 1980, págs. 154-157. Para V. CHAPOTa,A rrien et le Périple culture h Byzance des origines au X* sikcle, París, 1971, pági- du Pont-Euxina, Rev. des Stiud. Grec., 132 (1921), 129-154, la obra nas 177-204; en lo que se refiere a los avatares de la transmisión en cuestión no es de Arriano. de los textos griegos, un breve resumen con bibliografía se- 31 .Aman and the Alania, Haw. St. Philol. 81 (1977), 217- lecta tiene el lector en A. BRAVOG ARC~Aa,L as fuentes escritas 255; detalles acerca de la constitución del ejército romano es- de la cultura griega y su transmisión hasta nosotrosa, Est. tudia A. DBNT,a Aman's an-ay., Hist. To-day 26 (1974), 570574. Clás. 22 (1978), 1140 (= L. GIL [ed.], Temas de COU. Latín y 32 Véase Roos, WIRTH, FIavii Arriani quae exstant omnia, 11, griego, Madrid, 1978, págs. 13-42), y .Las fuentes escritas de la páginas XX-XXVII, donde .también se habla de la Formación cultura griega ... addenda et corrigendaa, Est. Clds. 25 (1979). militar contra los Alanos; F. KIECHLB, aDie Taktik des Fiavius 139-142. Arrianusm Bericht der Rom.Germ. Komm. 45 (1%4), 87-129, ofrece 3 Véanse, en general, ROOS, WIRTH, Ravii Arriani quae una nueva edición con traducción y comentarios. exstant omnia, 11, págs. XIV-XX, y la edición con traducción 33 axenophon in Arrian's Cynegeticuma, Gr., Rom. and Byz. 20 ANABASIS DE ALETANDRO MAGNO resultan interesantes en él las notas sobre la caza sucesos después de Alejandro" que el patriarca ley6 entre los celtas, tal vez tomadas de Favorino, como igualmente y que historiaba el período comprendido creen Von Christ, Stahlin, Schmid 3. entre los años 323 y 321 siguiendo como fuente prin- Finalmente, las otras obras completas que sobrevi- cipal a Jerónimo de Cardii. ven son la Anábasiss, de su primera dpoca en Atenas Las tres obras históricas citadas en Último lugar o, como hemos visto, de fecha mucho más temprana, fueron escritas, desde luego, después de la Anábasis y, si aceptamos los puntos de vista de Bosworth, y la tal vez, en el mismo orden; de creer a Bosworth, la India M, que está concebida, parece, prácticamente, historia de Bitinia sigui61m uy de cerca a la Andbasis como el libro octavo de la anterior. que, como hemos dicho, podría ser de los alrededores Fragmentos de una obra en ocho libros, Bitinfacas 37, del año 115, en la cronología fijada por este investi- se conservan en los escritos de Esteban de Bizancio, gador. Eustacio, Suidas y otros; Focio la leyó entera y da un Diferentes por su temiitica son las Diatriba de Epie resumen de su contenido que debió de narrar la his- teto, que representan una buena parte de su produo toria del país, su propia tierra, Bitinia, hasta el 74 ci6n literaria y que, can el Encheiridion o Manual, a. de C., año en que murió Nicomedes Filopátor, quien, constituyen un testimonio muy valioso de las ense sin heredero masculino legítimo, dejó su reino a sus fianzas de este filósofo Th. Wirtha ha afirmado que 41; protectores romanos 3. se trata de autdnticas inemorias, paralelas a las de Las guerras bajo Trajano fueron narradas en 17 Jenofonte, y no de simples notas, tomadas fragmen- libros de Párti~as~qu~e, Focio pudo leer también, y tariamente, de los encuientros con el maestro, como en 10 libros trató la historia de los Diádocos o Los es la idea de Schwartz; siguiendo a Bosworth, serían obras de juventud anteriores a la Anábasis. St. 18 (1976). 157-167; véase, en general, Roos, WIRTH,F lavii De tema interesante y cercano también a la filosofía, Arriani quae exstant omnia, 11, págs. XI-XIV. Hay una traducr pero de atribución dudosa, es el tratado Sobre las ción española de esta obra: B. SERALY CASASA, rriano. Tratado razas de la India y los lBrahmanes@ que ya Eneas de de la caza, Madrid, 1965. 3 Geschichte der griech. Lit., pág. 748. 35 Véase A. G. ROOSG, . WIRTH,F lavii Arriani quae exstant 40 Véase Roos, WIRTHF, lavii Arriani quae exstant omnia, 11, omnia, 1: Alemndri ~Anabasis~L,e ipzig, 1967, págs. V-LXIV. páginas XXXII-XXXIV. 36 Véase ROOS,W IRTH,F lavii Arriani quae exstant omnia, 41 La bibliografía sobre Epicteto es muy abundante; remi- 11, págs. V-XI. timos aquf al lector a la edición con traducción española y 37 Véase Roos, WIRTH,o p. cit., 11, p6gs. XXIX-XXX. notas de P. J o W D E U-; Y AZARA en la Colección Hispanica 38 Véase E. WILL., Histoire politique du monde hell6nistique de autores griegos y latinos, 4 vols. (introducción en vol. 1, (3U-UI av. J. C.), 11: Des av¿%ements dlAntiochos ZII et de Barcelona, 1957, págs. XI-CVIII). Philippe V h la fin des Lagides, Nancy, 1967, pág. 411. 42 ~ArriansE rinnerungen an Epiktet~,M us. Helv. 24 (1%7), 3 Veanse Roos, WIRTH,F lavii Arriani quae exstant omnia, 149-189. 11, págs. XXXI-XXXII, y J. WOLSKI~, Untersuchungenm r frühen a Véase J. DUNCAN-MD.I -, ~TheH istory of 'Palladius' parthischen Geschichte~,K lio 58 (1976), 439-457, que también con- On the Races of India and Lhe Brahmansm, Class. and Mediaev. sidera la narración que a Estrabón debemos sobre el mismo 21 (1960), 64-135, y W. BERCHIOFPFal, ladius. De Gentibus Zndiae tema. et Bragrnanibus, Meisenheirri am Glan, 1%2. 22 ANABASIS DE ALWANDRO MAGNO Gaza atribuyó a Arriano, aunque la mitad corre bajo Aulo, Flavio Arriano Jenoifonte de Nicomedia, le hace la autoría de Paladio. La segunda parte, la atribuida destacar y ser un escritor no desdeñable en el panora- al autor de la AnábasLs, está testimoniada también por ma de la literatura griegar en la época imperial, al'une un papiro del siglo 11 d. C. y, a los ojos de B. Bergu, des personnalités 1ittéraii:es les plus intéressantes de contiene numerosos elementos gnósticos y otros afines toute son époquem, que dice Reardon4. a la secta de los encratitas, lo que resulta interesante *, para estudiar el ascetismo de estas filosofías aunque presta poco apoyo a la idea de que fuese escrita por 3. La aA&asis~ y sus precursores Arriano. - Para terminar, existen algunos fragmentos de índole a) Los HISTORIADOR^^ DE ALEJANDRO. Se inserta física (características de los cometas, etc.) 6 conser- la obra de Arriano en una larga serie de precedentes@ vados en Estobeo y atribuidos al de Nicomedia; así que, prolongándose tras él, perpetúan las hazañas de como el testimonio que Focio nos transmite sobre las Alejandro Magno, de quien Droysen, gran historiador biografías de Dión de Siracusa, de Timoleón de Corinto del Helenismo, añrmó uri día, con rotunda frase, que y de un cierto bandido, de nombre Tiiíboro o Tilóboro, su nombre significaba el fin de una época y comienzo que no sabemos en qué tono debía de estar escrita, de otra. Las precisiones cronológicas en torno a los ya que la ética del robo es un tema de la filosofía historiadores que han precedido a Arriano son, en popular helenística (como se ha señalado) y la novela general, difíciles de fonnular pero muy en especial, griega, por otro lado, presenta la figura del ladrón se discute sobre todo el orden en que escribieron Cli- noble y generoso. Estas obritas 47 serían ejercicios pre t- , Tolomeo y Aristob~ulo;e sta secuencia es la que vios en su carrera, para Bosworth, o bien debieron de pmpugnan investigadores como Droysen, Schwartz, seguir a la Anábasis, según cree Schwartz y los que Jacoby, Berve, Schachenneyr y Brunt por citar algu- comparten su cronología. nos, pero, para Tarn, el orden debe ser Aristobuio, En definitiva, pues, una carrera fructífera en éxitos literarios como parece, y abundante en logros de ca- 4 Courants. .., págs. 209-2lO. rácter social y político, según nos testimonian las fuen- 49 Descontando las monografias antiguas, por supuesto aun tes que hemos analizado: la paideia de Lucio, o bien útiles, y las exposiciones meramente introductorias -entre las que destaca por su concisióin la de &m, Hist. de la lif. gr., - 44 .Dandamis. An early Christian portrait of Indian asce- páginas 797-800- , las dos obras de conjunto más importantes tism~,C lnss. and Mediaev. 31 (1970), 269-305. son las de L. PEARSONT,h t? lost Histories of Alexander the 45 Para el gnosticismo véase, en general, F. GARC~ABA ZAN, Great, Oxford, 1960, y M. A. LEVI, Zntroduzione ad Alessandro Gnosis. La esencia del dualismo gnóstico, 2.' ed., Buenos Aires, Magno, Milán, 19T7: una visión general aconsejable es la de 1978, y en el Reallexikon der Antike und Christentum, V (1%2), P. R~E~dHe,s historiens Id'Alexandre~, en la obra colectiva cols. 342365, el lector podrá encontrar un detallado articulo Historiographica Antiqua. Commentationes Lovainienses in ho- sobre el movimiento encratita debido a H. CHADWICK norem W. Peremans septuagenarii editae, Lovaina, lm, págí- 46 VBase Roos, WIRTHF,la vii Arriani quae exstant omnia, 11, nas 11P138, y abundante bibliografía, críticamente expuesta, se páginas XXVII-XXVIII. encuentra en J. S ~ TAle,xa nder der Grosse, Darmstadt, 1972, 7'4 Véase ROOS, WIRTH, Op. cit., 11, págs. XXIX y XXXIV. páginas 1-42.

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