A los amantes que aman con valentía. Y a Dámaris, el alma infinita cuyas profundidades solo comienzo a descubrir. AMAR ES DE VALIENTES e625 - 2019 Dallas, Texas e625 ©2019 por Itiel Arroyo Todas las citas bíblicas son de la Nueva Traducción Viviente (NTV) a menos que se indique lo contrario. © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso. Reservados todos los derechos. Editado por: Virginia Bonino de Altare Diseño de portada e interior: JuanShimabukuroDesign @juanshima RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. ISBN: 978-1-946707-17-8 IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS CONTENIDO PRÓLOGO INTRODUCCIÓN 01. HESED 02. UNA GENEALOGÍA ESCANDALOSA 03. PIEL CON PIEL 04. VERGÜENZA Y APARIENCIA 05. UNIÓN EXCLUSIVA 06. PIEDRAS Y SERPIENTES 07. CORONA A TUS PADRES 08. CATALIZADOR DE UNIDAD 09. FIEL 10. SEXO 11. AMOR O DESEO 12. REDENTORES PRÓLOGO Amo la lectura y creo que eso me ha permitido desarrollar cierto olfato hacia los libros. Hace tiempo los juzgaba por su portada, pero pronto descubrí que la apariencia no tiene nada que ver con la esencia. “¿Qué valoras de un libro?”, me preguntaron recientemente en una entrevista. Mi respuesta fue: “Hoy valoro un libro no por cuánto llena mi cabeza, sino por cómo acelera mi corazón”. Amar es para valientes, el libro que tienes en tus manos, ha dado en el blanco convirtiendo las palabras en certeros disparos que llegan al corazón, inundándolo de vida. Escribir sobre el amor es un reto difícil, pues pocas palabras han sido tan utilizadas, manoseadas y tergiversadas como esta. Agradezco a Dios que Itiel Arroyo no se amedrentase ante el reto y decidiera enfrentarlo. El resultado está en tus manos y puedo asegurarte que no te dejará indiferente. Buceé en las páginas que estás a punto de leer. Lo hice con placer y sosiego y, al resurgir de esa aventura, lo hice enamorado del amor. El autor lo describe de tal manera que es imposible no quedar cautivado. Quiero destacar varias cosas de Amar es para valientes: Es un libro directo. No apunta a cien blancos, sino que solo se dirige a uno. No persigue nada más –y tampoco nada menos- que desvelar ante el lector la esencia y contenido de una realidad tan maravillosa como lo es el amor. ¡Y lo consigue! Es un libro trascendente, a la vez que relevante. Es trascendente porque apunta al cielo, y relevante porque nos hace pisar la tierra. Como alguien dijo: “Para dejar huella lo primero es tener los pies sobre la tierra”. Este libro es un adecuado lastre que nos lleva a aterrizar. El lenguaje que Itiel utiliza es bíblico sin ser religioso, cercano sin ser simplista, directo sin ser grosero y contemporáneo sin dejar de ser elegante. Amar es para valientes convierte la Biblia en un delicioso compendio de viajes. Nos sumerge en apasionantes rutas al corazón de las Escrituras, donde cada historia se transforma en una vivencia real, cercana y enormemente instructiva para el lector. Sí, esa es la otra cualidad del libro que tienes en tus manos: extrae de la Biblia vida para el espíritu y emoción para el alma. Por esas, y por muchas razones más, estás a punto de embarcarte en una travesía que resultará placentera. Ingiere y digiere la sabiduría de este libro, porque te aseguro que resurgirás de este viaje habiendo crecido. José Luis Navajo INTRODUCCIÓN No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor. Madre Teresa de Calcuta Cuando llegó por primera vez a Kenia, Luis se preguntaba cómo él y sus compañeros de misión, todos ellos españoles universitarios, podrían ayudar en ese caluroso lugar de África. Se subieron al avión sin saber muy bien cuál sería su cometido al llegar a Nairobi. Daba igual si se trataba de excavar un pozo, plantar árboles o construir un edificio, tenían exactamente la misma experiencia para ello: ninguna. Sin embargo, Luis estaba seguro de que Dios le había enviado a aquel lugar por alguna razón. Finalmente, su destino fue servir durante una semana en un asilo de niños moribundos dirigido por las monjas de la caridad de la Madre Teresa de Calcuta. Cuando entró, se encontró con una escena que le encogió el corazón. Estaba en una casucha poco iluminada, repleta de camillas y goteros de suero, con niños enfermos, muchos de ellos tan débiles que apenas tenían fuerza para llorar su dolor. Luis se quedó literalmente bloqueado, mientras observaba aquella imagen. ¿Qué podría hacer él para aliviar tanto dolor? El no encontrar una respuesta lo dejó paralizado. Estático. Se sintío inútil. De pronto, una hermana de la caridad le agarró la cara con sus dos manos ásperas de tanto trabajar y, mirándole a los ojos con autoridad, le preguntó: “¿Has venido a mirar o a ayudar?”. Aquella pregunta, fue suficiente para desbloquearlo. La mujer le pidió que tomara en brazos a un niño de dos años que no paraba de llorar y le dijo: “Tenlo en tus brazos y dale todo el amor que seas capaz de dar”. Luis no sabía muy bien a qué se refería, pero quería ser obediente a la petición de la monja, por lo que levantó al niño de la camilla y lo sostuvo entre sus brazos. El niño estaba tan delgado que podía notar sus huesos mientras lo abrazaba. Literalmente, podía ver el movimiento del latido del corazón sobre su pecho desnudo. Luis recordó la manera en la que su hermana arrullaba a su bebé y le pareció que podría funcionar. Comenzó a cantar al pequeño, a acariciarle el pelo, a sonreírle y a darle besos. Como si fuese su propio hijo. Fue todo lo que se le ocurrió, pero lo hizo con todo su corazón. Entonces, el niño dejó de gimotear y sonrió. Una sonrisa preciosa, en una cara huesuda y sucia de mocos. Pocos minutos después, se durmió. Sin embargo, en un momento notó que el pecho del niño había dejado de moverse y, asustado, lo llevó corriendo a la hermana de la caridad que, poniendo su mano sobre el pequeño, confirmó el fallecimiento. Ella sabía desde el principio que el niño se estaba muriendo. Miró nuevamente a Luis, con ojos llenos de luz que contrastaban con la oscuridad de aquella habitación, y le dijo: “Este niño ha muerto en tus brazos y tú te has adelantado unos minutos, con tu cariño, al amor que Dios le va a dar por toda la eternidad". Aún con el cuerpo inerte del pequeño entre sus brazos, Luis comenzó a llorar y a dar gracias a Dios. En ese momento, comprendió cuál era la razón por la que Jesús le había enviado allí: poder brindar por adelantado el amor que Dios desea dar a las personas por toda la eternidad. ESTE LIBRO Cuando escuché la historia de Luis, el Espíritu Santo me habló con urgencia: “Quiero que te adelantes al amor divino, que ofrezcas por adelantado una muestra del amor que Dios quiere dar a las personas por toda la eternidad. No necesitas ir a África para hacer esto, quiero que lo hagas con aquellas personas que voy a poner en tus brazos”. Con el tiempo, he llegado a comprender que el amor es un asunto prioritario y que ser un portador de ese amor en medio de un mundo en agonía es mi vocación. A través de las páginas de este libro, deseo invitarte a que te sumes a este llamamiento supremo. Y no lo hago en mi nombre, lo hago en el nombre de Jesús, aquel que descendió del cielo a este mundo oscuro, moribundo por el pecado, y nos adelantó el amor de Dios. Con este libro, me propongo desafiarte a que te conviertas en un portador del amor de Dios en medio de tu mundo. He intentado ser muy práctico a la hora de describir lo que significa amar de verdad a las personas de tu entorno, fundamentalmente a tu pareja, a tu familia y a tu comunidad, por lo que descubrirás que el verdadero amor se conecta con otras virtudes como la valentía, la honra, el compromiso, la protección y el perdón. EL VERDADERO AMOR SE CONECTA CON OTRAS VIRTUDES COMO LA VALENTÍA, LA HONRA, EL COMPROMISO Y EL PERDÓN. En segundo lugar, quiero pedirte disculpas. Este libro no es una obra completa acerca de las profundidades del amor, en realidad, creo que solo araño la superficie de un tema que me llevará toda la vida y gran parte de la eternidad descubrir. Más bien, me centro en describir lo que significa amar en algunos desafíos que nos ofrecen las relaciones importantes de nuestras vidas. Además, es un poco frustrante para mí escribir acerca del arte de amar cuando tantas veces fracaso en mi intento de hacerlo como Dios espera. Al igual que tú, estoy aprendiendo. Finalmente, voy a confesarte mi gran deseo. Oro para que, al leer este libro, te sea revelado el gran amor con el que eres amado. Para que descubras a Jesús, el amante de tu alma. Porque solo así, sintiéndote completamente amado, podrás tener el valor de amar a los demás.