Algunos días de verano es un cómic lleno de sensibilidad y con algunos momentos brillantes, un trabajo luminoso y pleno de texturas, quizá lo más destacable sea el manejo de los silencios y el empleo de la gestualidad en los rostros de los personajes para transmitirnos profundas sensaciones.
Fue sin duda el gran descubrimiento del Angouleme de 1999.