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Alfonso X el Sabio PDF

1153 Pages·1963·246.184 MB·Spanish
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ALFO NS O X EL SABIO Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS ACADEMIA "ALFONSO X EL SABIO" (MURCIA) ALFONSO X EL SABIO POR ANTONIO ~ LLESTEROSB-ERETAT SALV AT EDITORES, S. A. BARCELONA -MADRID BUENOS AIRES - MEXICO -CARACAS -BOGOTA -RIO DE JANEJRO Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN u· u" 1 I j , ..~... ,. ..., 1/ - , PJ;i\\EIU EPICll1!'<, 1963 © ACADEMI\ Al.f"UNSO X f.L SABIO, MURCIA Df:PÓSITO LEGAL. B. !l .. ~02.-l'llil N.0 R." 4038.-till Imprenta Hispano-Americana. S. A. -Barcelona PUl:-iTE[) IS SPAIS Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN ADVERTENCIA PRELIMINAR Por segunda vez me toca abrir con mis palabras una obra de mi padre. La primera fue prologando la HISTORIAD E CANTABRyJ oJ.U AND E CosA, LA MARINA LA editada por la Diputación Provincial de Santander, y Premio del Concurso Nacional convocado con ocasión del Centenario de este navegante. En aquel libro mi padre unía sus dos facetas de historiador : el medievalista y el ame ricanista. Ahora, en la obra que el lector tiene en las manos, muestra lo que fue la tarea preferente de su vida - como recuerda en su prólogo don José Pérez Mateos -, la investigación del siglo xm español, de que queda aún una voluminosa obra inédita, dedicada a historiar el reinado de Fernando 111 el Santo. ALFONSOX EL SABIO es el fruto de una vida de investigación qu~ corre desde 1910 a 1949. Miles de fichas y miles de documentos copiados en infinitos archivos, durante cerca de cuarenta años, fueron el tributo que a la ciencia histórica española dio mi padre, Antonio Ballesteros-Beretta. Estaba convencido de que el único modo de llegar a tener una noción muy aproximada del pasado era conocer el volumen más grande posible de datos sobre los hechos de todo orden de una época, sabedor de que no hay divorcio entre los actos de los hombres y que todos ellos integran el ser de los tiempos y conforman los per files del devenir histórico. Amante de las visiones de conjunte\ mi padre (que dejó buenas muestras de ello en obras generales, de enjuiciamiento sintético y de ensayo) repugnaba de las intuiciones improvisadoras y no quería lanzarse a <<entender» una época, un personaje, un reinado, sin tener en la mano el cúmulo informativo que su exigencia historicista le presentaba como necesario. Pero su minucioso trabajar, como copista en archivos y como anotador de gabinete, no tenía su fin y su objetivo limitados a precisar un dato, a la crítica que lo fijara como tal, sino que tenía siempre presente que todos los datos eran utesselas» del gigantesco mosaico de la Historia, cuyas líneas había que recons truir, después que el andamiaje estaba levantado. Por ello dedicó su entusiasmo al reinado de Alfonso X. Mi padre vio siempre la Historia como Historia Universal - el título de su gran obra de conjunto es precisamente H1sTORIA DE EsPAÑAY su INFLUENCIAEN LA HISTORIAU NIVERSAL-, y esta cohesi6n se le mostraba más que nunca (antes de la época de la universalización moderna) en los tiempos de Alfonso X de Castilla, cuando un reino español se pone en contacto con las grandes fuerzas y problemas políticos de Europa, siendo su monarca propuesto, y elegido, para el solio imperial. La convocatoria del Con curso Nacional de la Academia Alfonso el Sabio de Murcia fue el cataliza dor que - felizmente - hizo tomar cuerpo escrito a la larga investigación de muchos años. Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN VI ADVERTENCIA PRELIMINAR Esta labor, sm embargo, no está cumplida tal como mi padre hubiera querido, según nos lo indica en sus palabras, que siguen a estas mías, el doctor Pérez Mateos. Hay una diferencia notable entre un trabajo en su pri mera redacción y una obra en su perfil último, cara a las cajas de la imprenta y a las exigencias de una edición. De estas dos fases de la construcción, sólo de una pudo ocuparse personalmente mi padre, ya que de la segunda le privó el Señor con su superior designio. Por ello digo que la labor no está cumplida. Muchas veces al redactar los capítulos de este libro - en esa compenetración familiar con la obra del jefe y maestro de todos-, mi padre nos anunciaba cómo iba a engarzar en él nuevos parágrafos, nuevas informaciones documen tales, que aún no tenía maduras y que eran como pequeñas monografías que, cual gemas en una custodia, iban a incrustarse en la obra mayor de cada capí tulo. Del colosal diplomatario reunido en todos los años de su investigación (en cuya colecta tantas veces le acompañamos mi madre o yo, saboreando el comentario jugoso que hacía sobre el contenido de los viejos pergaminos), iba extrayendo el Itinerario del reinado, del que, antes de 1936, pudo publicar un adelanto o parte, y pensaba seleccionar aquellos documentos fundamentales por su importancia política, histórica o diplomática, para añadirlos como apén dice. Igualmente tenía planeado - y los materiales obran en su legado erudito - añadir biografías documentales de los principales personajes del reinado, así como bibliografía comentada, especialmente la dedicada a edición de textos narrativos o documentales. Nada de esto pudo terminarlo y nada de esto figura en la presente obra. Mucho hemos dudado sus herederos y familiares en el procedimiento a seguir en la edición de este libro, titubeando entre dejarla tal como la entregó para el juicio del Jurado del Concurso Nacional convocado por la Academia de Murcia, o añadirle todo aquello que el autor tenía planeado y que acabo de indicar. En la duda hemos resuelto acogernos a la primera fórmula y entregar al público erudito la obra tal como la redactó mi padre, completando algunas citas, ordenando cronológicamente la documentación que figura en el INDICE, y reservando para el gran Diplomatario Medieval de Anto nio Ballesteros, que esperamos pueda ver alguna vez la luz pública, la inclusión del gran caudal de documentos relativos al reinado de Alfonso X, cuya ficha simple viene incluida en el citado INn1cE. • • • Don José Pérez Mateos fue el entusiasta fautor de esta edición. Ya operado de una terrible dolencia, don José hizo repetidos viajes a Madrid para concluir un contrato con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas - donde contó desde el primer momento con la cordial colaboración del profesor don Ra fael Balbín y de Lucas - y la Casa Salvat Editores de Barcelona que hiciera posible la aparición del libro. Su gran temor era abandonar esta vida sin ver la obra de mi padre impresa. Tal era su prisa, que en 1956 redactó unas pala bras preliminares que remitió a la Editorial, y que prologan la obra. También a él el Señor lo llamó antes de ver su ilusión cumplida. El lo tenga en su gloria, y que su entusiasmo por esta edición le sirva de mérito, por lo desinteresado y puro de su intención. Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN ADVERTENCIA PRELIMINAR VII • • • Don Santiago Salvat - sin duda el más caballero de todos los editores-, ha querido rendir con esta edición un homenaje a la memoria de mi padre y aunque la tradición de su Casa no incluía experiencias como ésta (a pesar de que sus colecciones son siempre de la más depurada solvencia científica), se sumó con fervor a la iniciativa de la Academia Alfonso el Sabio de Murcia, y colabora con el Consejo Superior de Investigaciones en la tarea de darla a la luz pública. • • • Siendo fieles al texto del autor, como he dicho, había que cuidar de los detalles de la edición, reparar los errores de copia, unificar la mención biblio gráfica, ordenar el material documental. Todo ello no podía dejarse impreviso ramente en manos de cualquiera. Por ello fue preocupación inicial de los here deros del autor y de los editores el encontrar la persona adecuada, en la que se conjugaran el saber científico con la minuciosidad y competencia indispensables. Esta persona ha sido el profesor adjunto de Historia de Derecho de la Univer sidad de Madrid, doctor don José Manuel Pérez-Prendes y Muñoz De Arrac6, formado en la más responsable escuela histórico-jurídica española y vertido con entusiasmo al cultivo de la historia. • • • Como final de estas líneas, en las que la emoción natural no ha querido dejarse traslucir, debo, personalmente, en nombre propio y de mi madre, esposa y colaboradora del autor de la obra presente, dar las gracias a todos los que han sido mencionados en el curso de esta nota preliminar y también al Ayunta miento y Diputación Provincial de Murcia. A todos: Muchas gracias. M. BALLESTEROS-GAIBROIS. Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN DON ANTONIO BALLESTEROS-BERETTA y EL REINADO DE ALFONSO X EL SABIO por JosÉ PÉREZM ATEos He de comenzar estas líneas confesando qué las escribo con honda emoción. Emoción por ver cumplida por fin una obra en la que la Academia Alfonso el Sabio ha puesto tantas ilusiones, y por tratarse de la obra de mi entrañable amigo -ya para siempre en la presencia de Dios-don Antonio Ballesteros-Beretta, catedrático que fue de la Universidad de Madrid, académico de número de la Real de la Historia y miembro honorario y efectivo de gran cantidad de Institu ciones y Academias científicas del mundo entero. Me unió con él durante muchos años una amistad que ni la muerte ha podido destruir, y que pervivirá siempre en estas líneas, en este libro, aun después de muchos años. Pero he de dejar a un lado consideraciones personales y redactar estas palabras prologales a la historia del Reinado de Alfonso X, premio nacional del concurso convocado por la Academia Alfonso el Sabio, de Murcia, y -publicada gracias a la colaboración de la Excma. Diputación Provincial de Murcia, del Excmo. Ayuntamiento de la ciudad de Murcia, del Consejo Superior de Investi gaciones Científicas de España, y de la propia Academia, que hizo cuestión de honor el que la gran obra de don Antonio viera la luz. Hoy, por fin, la podemos tener impresa en nuestras manos, lo que se debe también a la generosa amistad de don Santiago Salvat, editor y amigo de don Antonio. No soy un historiador profesional, pero me he acercado tantas veces a la Historia, con amor y reverencia y he hecho del respeto hacia el pasado un culto de tal naturaleza, que me siento autorizado, por largos años de contacto con los problemas históricos, a valorar una obra de la importancia de la que comienza pocas páginas más adelante. Se trata de una de las grandes obras de investiga ción que se han hecho en nuestros días, como el propio lector verá muy pronto. ¿ Cómo fue posible una obra tal? ¿D e qué manera un hombre puede acumular cantidad tan asombrosa de datos e informaciones, que permiten la reconstrucción casi completa de un dilatado reinado pleno de incidencias mil y relacionado con grandes problemas internacionales? A contestar estas dos preguntas dedicaré las líneas que siguen. Mi larga amistad con don Antonio Ballesteros-Beretta me permiten aclarar al lector el proceso de trabajo de una obra como la presente. En 1913 aparecía en Sevilla un libro que es la primera piedra del edificio científico que en torno a Alfonso X levantara don Amonio Ballesteros. Su título es Sevilla en el siglo xm, y en él el Prof. Ballesteros presentaba un modo nuevo de hacer ciencia, que se vinculaba al mejor sistema y método alemán, y también a la mejor manera fran cesa de presentación de los problemas. La Historia no estaba sólo en las cr6nicas, Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN X PRÓLOGO en las fuentes narrativas, sino que se albergaba muchas veces con mayor autenti cidad en las órdenes y juicios de pleitos, en los nombramientos de personas para cargos públicos. Esta fue, en los primeros años de nuestro siglo, que ya dobla su mitad, la gran aportación de Antonio Ballesteros, y ésta fue la significación de su Sevilla en el siglo xm. Desde entonces Antonio Ballesteros queda encade nado a los estudios de la Edad Media, que constituyen su especialidad dominante, su preocupación cotidiana, su «descanso en el pelear» continuo en obras de otro carácter - y que han contribuido tanto como las de investigación al cimiento de su fama de gran historiador - y de su profesión de catedrático de Universidad. Desde que don Antonio escribió la obra mencionada, la Edad Media, como dije, atrajo su atención preferente y todos los archivos de España fueron cuida dosamente explorados por él. La pérdida de registros castellanos, el extravío de documentos en las guerras civiles y en la desamortización de bienes de la Iglesia, imponían al historiador una pesada tarea, que no fue eludida por Ballesteros. Sus vacaciones eran interminables viajes a las villas y ciudades que fueron im portantes en la Edad Media, o a los centros extranjeros donde los archivos tam bién le revelaban sus secretos y las bibliotecas le brindaban las antiguas ediciones. Justo es decir que estas exploraciones de archivos no estaban encaminadas exclu sivamente a la búsqueda de información sobre Alfonso X, sino que todo perga mino hallaba su acomodo en el diplomatario que, lenta pero segurísimamente iban elaborando los esposos Ballesteros. Porque en esta tarea sin descanso, don Antonio tuvo hasta el final de su vida la colaboración y, lo que es más impor tante, la compañía y el aliento de su esposa, doña Mercedes Gaibrois. Los diplomatarios de varios reinados del siglo xn y de todos los del si glo xm permitieron que doña Mercedes diera cumbre a su gran obra sobre el Reinado de Sancho IV de Castilla (e l rebelde hijo de Don Alfonso X), y darían como fruto la obra presente y el Reinado de Fernando JI/ el Santo, inédito también y galardonado como éste con un premio nacional, el del Centenario de la Reconquista de Sevilla, en 1948. Documentos y documentos de los que saldrían innúmeras monografías, alguna de tanta entidad como la dedicada a las pretensiones de Alfonso el Sabio al imperio germánico, que constituyó el discurso de ingreso de don Antonio en la Real Academia de la Historia, de la que llegaría a ser uno de los más sólidos puntales, y bibliotecario perpetuo. Estos viajes y estos desvelos por las fichas en que se hallaban los datos históricos, y las cuartillas en las cuales se copiaban pergaminos de difícil lectura, no cesaron con el gran choque nacional de la guerra. Con riesgo de la vida fueron salvados los cajones que contenían los trabajos de muchísimos años - más de veinte - y luego en la zona nacional, continuaron las búsquedas de teso ros científicos en archivos municipales, catedralicios y particulares. Don Pedro Sainz Rodríguez, ministro de Educación Nacional, posibilitó que el matrimonio Ballesteros hiciera estas búsquedas - y salvamento de documentos en muchas ocasiones, como en la Colegiata de Valpuesta (Burgos), según me contó don Anto nio - con el nombre, famoso en los anales documenta1es, de «V iaje Santo». Gracias a ello nuevos miles de fichas fueron añadidos a los que esperaban en Madrid el momento de la recuperación. Es lógico que sólo don Antonio Ballesteros pudiera ser el galardonado con el premio nacional instituido por la Academia Alfonso el Sabio, de Murcia, si Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN PRÓLOGO XI decidía poner en orden todos sus materiales, si hallaba que la coyuntura era la oportuna y disponía del tiempo suficiente para ello. He de decir con alegría que a Murcia debe la ciencia española que esta obra haya tomado forma. Sin duda hubiera seguido incansable hasta el fin de su vida organizando los com plementos del Itinerario de Alfonso X - otra de sus obras sobre este reinado-, perfilando las informaciones tomadas de los archivos, dejando siempre para el luego que el deseo de perfección ansía, la redacción definitiva de la obra. Y así fue posible este monumento historiográfico que voy prologando. Fue posible porque la coyuntura se le ofreció al investigador apropiado, y éste la aprovechó, pero también porque existía más de un tercio de siglo de actividad en el acopio de materiales, que sólo esperaban el soplo del genio creador para tomar cuerpo. Sólo hay un infortunio que no podemos dejar de llorar en estas líneas: que don Antonio Ballesteros-Beretta no ha estado presente en la pre paración de la edición de su obra. Lo lamentamos, no sólo sentimentalmente. como amigos que sabemos que su vida se vio privada de esta lícita satisfacción de autor, sino también como amantes de la Historia, ya que don Antonio no incluyó, como era lógico, todos los materiales de que disponía, en el texto que envió al jurado del Concurso Nacional. Notas, disquisiciones, documentos, etc., que cuidadosamente fue amontonando del modo dicho, han quedado sin incluir, aunque la bondadosa colaboración de los herederos de don Antonio (su esposa doña Mercedes y su hijo don Manuel} han puesto a disposición de los editores todo el material y han logrado que gran parte de él pueda ofrecerse al público erudito. A todos ellos muchas gracias. Cualquier alabanza mía a la calidad misma de la obra es reiterativa e inne cesaria, y tan superAua que no preciso disculparme de no hacerla. Un maestro consagrado, maestro de la actual generación de historiadores españoles, al menos de su mejor parte, que supo que la historia tiene sus materiales propios y que éstos han de ser conocidos antes de lanzarse a los peligrosos equilibrios malaba rísticos de los fabricantes de «caldo de cabeza», como él mismo llamó a los fáciles componedores de «síntesis» más o menos afortunados, es el autor de la obra que mis débiles pero entusiastas líneas portican. Esta obra había de tener, porque así lo merecía el tema, su calidad, y el autor, una presentación di,gna; como presidente de la Academia Alfonso el Sabio me pláce decir que por parte de todos nosotros y de la casa Salvat en par ticular, como ejecutora material de la obra, no se han regateado esfuerzos, mo vidos muy especialmente por la memoria de aquel hombre ejemplar que fue en vida don Antonio Ballesteros-Beretta. Murcia, primavera de 1956. NOTA DE LA ACADEMIA «ALFONSO X EL SABIO» Pocos meses después de escrito el presente estudio (16 de julio de 1956) falleció el Excmo. Sr. D. José Pérez Mateos, presidente de la Academia «Alfonso X el Sabio>> que edita en colaboración con el C.S.I.C. y la casa Salvat Editores, S. A. la presente obra. No le fue permitido a nuestro llorado presidente gozar efectivamente la emoción a que se refiere en el principio de su trabajo, de ver publicada esta magna obra, pero la Academia ha querido conservar sin rectificación lo escrito por el Sr. Pércz Mareos en memoria y recuerdo suyo. Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN INDICE GENERAL ADVERTENCIA PRF.Ll.MINAR, por M. Ballesteros-Gaihroi5. P1tóLoco, por J. Pérez Mateos . CAPÍTULO PR.JMEJlo. - Niñez de un prlncipe La estirpe, pág. 1. - Doña Berenguela, 2. - El infante Don Fernando, 9. - Los años tristes, 14. - La corona de Castilla, 24. - El primogénito de Cas tilla, 44. ~ Notas, 53. C.-.rírnLo II. -Alfonso, rey. Los alborc·s de tm rei11,1do. 54 FI Advenimien10, 54. -· Los contemporáneos, 55. - La corte, 57. - El rnonar- ca, 58. - La Hacienda real, 6o. - El moro, 61. - Africa, 66. - Las Cortes, 68. - Portugal, 74. - Los repartimientos, 77. - Tejada, 84. - ~otas, 86. CAPÍTULO lll. -Los problemas del Norte. 88 El viaje, 88.- Las Cortes de Toledo, 9<>-. El pleito de la Gascuña, 92. - ~avarra, 9<>-. Bodas de príncipes, 99. - Los proyectos del rey, 102. -El in- fante Don Enrique, 104. - La coalición, 111. - La rebeli6n, 114. - Francia e Inglaterra, 128. - Alejandro JV, 134.- Los príncipes de Constantinopla, 137. - Notas, 140. CAPÍTL'LO IV. - La paz y el inicio de "" sueño imperial. 143 Cn paréntesis jurídico, 143. - La paz con Aragón, 14&.- La embajada de Pisa, 153. - Las Cortes de Segovia, 165. -La política internacional, 16~. - :--;utas, 173. C.-\PÍTU1.o V. - Lt, elección impaial . 17c:; Las jornadas murcianas, 175. - La elección, 177. - Ricardo de Cornwall, 183.- La embajada alemana, 185. - Cristina de Noruega, 189. - El infante Don Fe- lipe, 193. - Las Cortes ck· Valladolid, 199. - Por tierras de Segovia, 207. - Notas, 2II. CAPÍTULO Vl.-Las Co,-tes de· Toledo del año 1259. 213 La política imperial, 213. - Ezzdino di Romano, .211'-. Las Cortes toleda- nas, 224. - La corte imperial alfonsina, 229. - La política de Alejan- dro IV, 240. - Toledo y la cultura, 243. - Notas, 253. CAPÍTt.:LO Vll.-Salii. 254 La entrevista de Agreda, .254.- El ,·1;1Je al Sur, 256. -- .\ntccc<lentes de la campaña africana, 258. - Los infantes Don Enrique y Don Fadrique, 262. - Preparativos de campaña, 2¡2. - La toma de Salé, 274. - La gestión impe- rial, 284. - El pasado vuelve, 289. - Las Cortes de Sevilla, 290. - Notas, 295. C.,rínrLo VIII. -Niebla y Cádiz. 297 La Cone de Sevilla, 297. - Sevilla y b cultura, 308. - El arte, 310. - La con- quista de Niebla, 313. - Don Remondo, 320. - Cádiz, 325. - Evolución del pleito imperial, 332. - La corte y los juglares, 345. - Las Partidas, 35fi. - · Notas, 36o. Google Original from Digitized by UNIVERSITYO F MICHIGAN

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