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Alejandro 334-323 Ac La Conquista Del Imperio Persa PDF

93 Pages·1994·7.906 MB·English
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BATALLAS DE LA HISTORIA 18 ALEJANDRO 334-323 A. C. LA CONQUISTA DEL IMPERIO PERSA BATALLAS DE LA HISTORIA 18 ALEJANDRO 334-323 A, C, LA CONQUISTA DEL IMPERIO PERSA JOHN WARRY ^Alejandro ataviado con el uniforme de oficial superior de los Asociados, basado en el mosaico de Isso. Al igual que su padre antes que él, Alejandro utilizaba su caballería en la batalla, ^ • w^ para asestar el golpe decisivo después de que la falange hubiera acorralado al enemigo. (Dibujo de Angus McBride) ÍNDICE Persia, Grecia y Macedonia Después de Isso 39 La ascensión de Macedonia _6 El asedio de Tiro 41 Alejandro en el poder 8 Operaciones navales 44 Ejércitos y jefes La rotura de la muralla 47 Hombres y armas Interludio egipcio 48 Objetivos y estrategias de guerra La batalla de Gaugamela 53 La batalla del Gránico El avance hacia Gaugamela 53 Las tácticas de Alejandro En la batalla 59 La primera victoria _24 Victoria final 64 Después del Gránico Los años bactrianos 68 La batalla de Isso La batalla del Hidaspes 70 Marcha y contramarcha _3_0 Operaciones nocturnas 72 Cara a cara j$3 La reacción india 73 Los altibajos de la batalla "35 La derrota de Poros 77 Retorno a Babilonia 80 Dirección Editorial: Juan María House, 81 Fulham Road. London Después de Alejandro 85 Martínez. SW3 6RB. Dirección Técnica: Eduardo Glosario 87 Peñalba. © Reed Int. Books Ltd. Coordinación Editorial: Juan © Septiembre 1994, Ediciones del Los campos de batalla hoy 89 Ramón Azaola. Prado, de la presente edición. SBuepneitrov.isión y adaptación: Javier de 1S11N (obra completa): Cronología 90 Comité de Redacción: Manuel 84-7838-472-3 Baños, Bernardo Rincón, M. J. ISBN: 84-7838-509-6 Juegos de guerra sobre las batallas Ramírez. D.L.: M-28.557-1.994 de Alejandro 92 Edición: Luis García, Iñigo Castro, Impreso en Josmar, S.A. Coslada Francisco Perales. Impreso en lispaña Fotografía y Documentación Gráfica PriiHCt! in Spain de la edición: José María Sáenz de Almeida, Marta Carranza, Nano Todos los derechos reservados. Esta Cañas, Joaquín Yerga. publicación no puede ser Versión castellana: Bernardo reproducida, ni en todo ni en parte, Rincón. ni registrada en, o transmitida por, Título original: Alexandre 334-323 un sistema de recuperación de BC. información, en ninguna forma ni Autor: John Warry. por ningún medio, sea mecánico, rotoquímico, electrónico, magnético, Publicado originalmente por electroóptico, por fotocopia, o Osprey, sello editorial de Reed cualquier otro, sin el previo permiso Consumer Books Ltd., Michelin por escrito de la editorial. PERSIA, GRECIA Y MACEDONIA Para comprender el lugar de Alejandro Magno en Sin embargo, la supremacía espartana alarmó la historia es necesario considerar previamente el pronto a los persas, y una alianza entre éstos y las curso de los acontecimientos que habían determina- flotas atenienses restauró de nuevo el poder de Ate- do las relaciones de Grecia con Persia durante el an- nas mediante una victoria naval en Cnidos, en el terior siglo y medio. Las ciudades griegas de la cos- año 396 a. C. Entre tanto, un ejército griego de ta asiática del mar Egeo habían estado sujetas de una 10.000 hombres había apoyado las pretensiones del manera no muy firme a los reyes lidios de Sardis, príncipe persa Ciro en una guerra contra su her- hasta que la misma Lidia fue sobrepasada por el as- mano Atajerjes II. Este ejército se vio obligado a censo meteórico de Persia como potencia imperial. realizar una marcha hasta el interior de Mesopota- Los persas, al igual que los lidios, fueron en ge- mia y a una ardua retirada a la costa del mar Ne- neral unos vencedores apacibles. Hasta el año 499 gro. Esta hazaña de guerra no pasó, desapercibida a. C. no se rebelaron las ciudades griegas de la cos- en Grecia, y los generales espartanos, apoyando a ta, y cuando recibieron ayuda de la Grecia conti- las ciudades griegas de Asia contra los sátrapas per- nental, los reyes persas Darío y Jerjes realizaron dos sas, fueron animados a luchar en el interior de Asia. fracasadas expediciones de castigo contra Grecia en Pero en el año 386 a. C., Esparta y Atenas en corres- el año 490 y 480 a. C. respectivamente. pondencia al reconocimiento persa de sus propias Las invasiones persas fueron repelidas y la inde- pretensiones, concedieron el derecho del dominio pendencia de Grecia quedó asegurada. Sin embar- persa sobre las ciudades griegas del territorio con- go, las ciudades griegas pronto reanudaron las hos- tinental de Asia Menor. Pero esta más bien cínica tilidades entre sí, y la larga guerra del Peloponeso paz tampoco duró mucho tiempo, y el esquema de entre Esparta y Atenas (431-404 a. C), con sus cam- continuas luchas se reanudó en Grecia. La guerra biantes esquemas de alianzas y confrontaciones, ter- era endémica, tanto en Europa como en Asia, y la minó agotando a Grecia. Si los persas fueron inca- riqueza y energías de todos los estados y naciones paces de aprovechar la debilidad griega, fue por- implicados estaban dedicadas año tras año a reali- que ellos mismos, tras la muerte de Jerjes en el 464 zar actos de violencia y destrucción. a. C., habían entrado en un período de debilidad militar. El inmediato sucesor de Jerjes, Atajerjes I, La ascensión de Macedonia demostró tener una considerable capacidad diplo- mática, pero en el 404 Persia perdió control sobre Macedonia se había librado desde hacía mucho Egipto; esta provincia volvería a ser recuperada para tiempo de este desdichado estado de cosas. Su po- el imperio persa por Atajerjes III, con la ayuda del sición geográfica y su significación estratégica en la líder mercenario griego Mentor, en el 343 a. C. primera mitad del siglo IV eran de poca trascen- En los últimos años de la guerra del Peloponeso, dencia en la política greco-persa. Extrañamente no los sátrapas persas (gobernadores provinciales) del había participado en el tratado del año 386 que ce- Asia Menor, actuando a veces de forma combinada día el control a Persia del territorio continental del y otras independientemente, prestaron su apoyo al- Asia griega. No se pretende decir con esto que los ternativamente a las ciudades de Atenas o Esparta macedonios no fueron propensos a las guerras. Por de una manera calculada para conservar el equili- el contrario, las entremezcladas poblaciones de Ma- brio del poder y asegurarse así la continuación de cedonia (griegos, tracios e ilirios) luchaban entre sí la guerra. La derrota ateniense del año 404 a. C. y resistían los intentos de invasión de sus vecinos. fue debida a que Lisandro, el almirante espartano, Finalmente, en el 358 a. C, el regente griego de había podido contar con dinero persa para la ad- Macedonia se proclamó'a sí mismo rey. Era Filipo quisición del equipo necesario y para el manteni- II, padre de Alejandro el Magno. Con su sede en miento de su flota. Pella, situada a unos 20 millas al norte del golfo de Grecia v Macedonia Termos, Filipo ejerció su autoridad sobre todo el toda justicia como un benefactor de la civilización territorio macedonio y amplió sus fronteras hasta griega. abarcar el valle de Estrimon, al oeste de Tracia, con Ciertamente Filipo no se impuso sin luchas mili- sus fáciles accesos a las minas de plata y en los ya- tares y diplomáticas prolongadas, con frecuencia cimientos de oro. En los siguientes 20 años, me- conducidas de forma aviesa. Pero cuando Atenas y diante la utilización del oportunismo político y de Tebas finalmente decidieron unir sus ejércitos con- un ejército permanente y altamente entrenado, Fi- tra él, las derrotó rápida y decisivamente en Chae- lipo fue capaz de dominar completamente el cam- ronea, en Beocia, el año 338 a. C. Esparta perma- po de la política griega. Mediante la imposición a neció ajena; sin embargo, Filipo pudó reunir un los griegos de una paz que ellos mismos no fueron congreso de estados griegos en una conferencia ce- capaces de imponerse, satisfizo esa personal ambi- lebrada en Corinto, de la que emergió como líder ción (\ue es connatural a todo hábil hombre de es- de una federación griega en guerra contra Persia. tado, y pudo al mismo tiempo ser considerado con La guerra contra Persia había logrado en gran PERSIA, GRECIA Y MACEDONIA •^ La cabeza de Apolo era corriente en las monedas de Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno; la inscripción en el reverso es la de Filipo (Philippou). El nombre Filipo significa literalmente «amante de los caballos», no debemos pensar sin embargo que se trata de un juego de palabras deliberado, pues una característica común de las monedas macedonias fueron diversos tipos de caballos, que algunas veces derivan de los de un distrito minero de la Tracia ocupado por Alejandro I de Macedonia. (498-454 a. C). parte unir a muchos de los estados griegos en la que entre ellos se encontraban hombres sinceros, época de la invasión de Jerjes del año 480 a. C. Di- así como contemporizadores. En cualquier caso, rigiendo un esfuerzo de guerra combinado similar Grecia permanecía tranquila cuando en el año 335 (pero en esta ocasión ofensivo en vez de defensivo), Alejandro fue requerido en el exterior para asegu- Filipo tenía la esperanza de imponer su autoridad rar sus guarniciones en Tracia, que se habían rebe- en Grecia tanto para el bien de ésta como para el lado. Las tribus en cuestión estaban recibiendo ayu- suyo propio. Sin embargo, fue asesinado en el año da de sus aliados escitas, al otro lado del Danubio; 336 como resultado de una conspiración palaciega. sin embargo, Alejandro, inesperadamente trans- Alejandro, que entonces contaba veinte años de portó su ejército cruzando el Danubio en botes de edad, ejecutó al homicida sin hacer preguntas: qui- pesca locales y acabó con las hostilidades en este zá sospechaba que el crimen había sido instigado frente. Teniendo la guerra persa en mente, estaba por su misma madre, Olimpias, en su propio inte- obligado ciertamente a dejar la Tracia completa- rés, ya que Filipo no tenía pretensiones de ser mo- mente pacificada, ya que ésta quedaba en la ruta al nógamo. En todo caso, Alejandro heredaba el rei- Helesponto (Dardanelos) y al interior del territorio no de su padre y todo lo que éste conllevaba. persa. También, en este tiempo, guerras tribales ame- Alejandro en el poder nazaban a Macedonia desde la región de Liria, ad- yacente a la costa del Adriático, por lo que la pre- Aunque la guerra contra Persia era tanto para Ale- sencia de Alejandro fue también requerida en esta jandro como para Filipo un objetivo político y mi- zona. Mientras luchaba contra las tribus de Liria es- litar de gran importancia, aquél se vio inmediata- talló una nueva rebelión en Grecia, al extenderse el mente comprometido por las guerras más próximas rumor de que Alejandro había muerto. Dos oficia- a su país. La política pan-helénica de Filipo habían les de alta graduación de la guarnición de Macedo- encontrado en Grecia tanto amigos como enemigos. nia, en Tebas, fueron asesinados y la guarnición mis- Pero el rápido descenso realizado por Alejandro ma estaba en peligro. Cuando llegó la noticia a Ale- con su ejército, cruzando Tesalia y las Termopilas jandro, éste rápidamente demostró que estaba vivo (336), fue suficiente para desanimar cualquier aspi- regresando a Grecia a gran velocidad. A pesar de la ración de independencia entre las ciudades griegas, situación, esperaba que los tebanos negociarían con que enseguida le reconocieron como el sucesor de él; sin embargo, éstos rehusaron hacerlo. Finalmen- su padre en todo lo concerniente a la guerra con- te asaltó la ciudad entrando en ella a saco y despia- tra Persia. dadamente. Esta muestra fue suficiente para produ- Alejandro rápidamente se aseguró de que Grecia cir un ambiente más conciliador en el resto de Gre- estuviese controlada por guarniciones macedonias cia, que se sometió rápidamente, como lo había he- o por políticos aliados. A estos últimos no se les pue- cho antes, a la autoridad macedonia. de aplicar correctamente el termino «títeres», ya Al principio de la primavera siguiente, Alejandro PERSIA, GRECIA Y MACEDONIA sf* A El orador ateniense el poder macedonio estaba A Demóstenes, el orador, es llamamiento en Atenas hacia Esquines, contemporáneo de en su cénit, éste siguió recordado sobre todo por su los estrechos ideales de una Filipo II de Macedonia y de recibiendo toda la noble estilo literario; su ciudad-estado griega, y Alejandro Magno, mantuvo consideración de Esquines. carrera como hombre de cuando fue amenazado con una actitud conciliatoria y estado es más cuestionable. ser arrestado por los mediadora hacia el liderazgo Tanto Filipo como Alejandro macedonios de Antipater, se macedonio. Esto le hizo ser de Macedonia mostraron suicidó (322 a. C.) durante muchos años el cierta tolerancia a su enemigo político y personal implacable hostilidad. de Demóstenes. Pero incluso Después de la muerte de en el año 330 a. C, cuando Alejandro, hizo un Derecha, PERSIA, GRECIA Y MACEDONIA estaba listo para iniciar la guerra contra Persia. Dejó clusa guerra de su padre contra las ciudades satéli- a uno de sus jefes, Antipater, para guardar y pro- tes atenienses en Propontis (mar de Mármara), aun- teger Grecia con una fuerza de 12.000 hombres de que es probable que muchas de estas tropas se hu- infantería y 1.500 de caballería. Él mismo dirigió a bieran ya retirado de esta zona. su ejército de invasión a través de la Tracia hacia el Entre las tropas ligeras de Alejandro destacaban Helesponto. Según las estimaciones más fiables, es- los agrianes, un contingente tribal procedente del taba compuesto por poco más de 30.000 hombres extremo norte de Macedonia. Alejandro, en su de infantería, incluidas tanto tropas pesadas como guerra contra los ilirios, había estado apoyado in- ligeras, tales como arqueros. Los efectivos de la ca- condicionalmente por Langarius, rey de Agrianes, ballería han sido estimados en unos 5.100 hombres. que de no haber sido por su inoportuna muerte hu- Alejandro esperaba que se le unieran otras tropas biera sido recompensado con su matrimonio con la macedonias estacionadas en Asia, restos de la incon- hermanastra de Alejandro. En todo caso, los agria- 10

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