Una madre destruye el pasado a través de un álbum fotográfico, mientras su hija intenta rescatar la memoria de pueblos, amigos y muertes, todos sin nombre.
La narradora de esta novela nos habla de una madre que pierde la memoria, de la experiencia de un régimen y de un grupo de niños salvajes que descubren la ciudad y la costa, el dolor y el miedo, además de los primeros amores. Así, los días lunes, el himno nacional, las fiestas y una serie de vivencias son teñidas por el gris de la repetición y el control.
Sara Bertrand, destacada autora de libros infantiles y juveniles, escribe una novela sobre las primeras imágenes y cómo estas configuran nuestra posibilidad de ver el presente y el futuro. El Álbum familiar que se destruye y se construye es una familia y un grupo de individuos, pero también un país y una época.
Sin nostalgia ni complacencia, las fotografías de esta historia son presentadas con aplomo, aunque sin la voluntad de representar las historias desde el testimonio o la biografía. Bertrand trabaja con los crímenes, la violencia y el alcoholizado horror de quienes siguen mirando hacia el pasado, y también con la esperanza de toda una generación.