Octava entrega de la serie del inspector Konrad Sejer.
Es domingo, y Reinhardt y Kristine Ris han salido a dar un relajado paseo cuando descubren el cuerpo sin vida de un chico y ven a alguien que, cojeando, se aleja de la escena. Alertan a la policía, pero no antes de que Reinhardt, para horror de su mujer, se arrodille y empiece a fotografiar al muchacho fallecido.
Los inspectores Konrad Sejer y Jakob Skarre toman el caso y dan comienzo a su investigación en la pequeña ciudad de Solberglia. Entonces, otro joven desaparece y cualquier esperanza para hallar una explicación parece más remota que nunca. Mientras tanto, Reinhardt se obsesiona cada vez más y más con los trágicos eventos... y lo que él mismo tiene que ver con ellos.