Los cuentos de este libro son de índole diversa (fábula, ciencia ficción, microrrelato, narración histórica…). En todos, el envés de lo cotidiano irrumpe desde las sombras para morder la silueta de la luz. A través del humor negro, lo visceral invade el cuerpo —siempre cortado, punzado, mutilado— y perfora, sin piedad ni concesiones, la comodidad y tranquilidad tanto de sus personajes como del lector para resaltar las hendiduras de una realidad siempre ambigua. «Érase una vez un niño pequeño que, cuando sus padres le preguntaban qué le gustaría ser de mayor, respondía de forma invariable: “Cuando sea grande, me acostaré con la reina”».
Pat Andrea redobla la apuesta con ilustraciones habitadas por una osada impudicia que transgrede las buenas costumbres en aras de la mejor: la libertad artística.