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Acción colectiva, desigualdad y conflicto en la sociedad peruana: Una aproximación PDF

124 Pages·2009·1.388 MB·Spanish
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Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación ESCUELA DE GOBIERNO Y POLÍTICAS PÚBLICAS Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación Ismael Muñoz Portugal En cooperación con Rosemary Thorp y Maritza Paredes Agosto 2009 1 Escuela de Gobierno y Políti cas Públicas - PUCP 2 Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación Contenido Presentación 5 Acción colecti va, violencia politi ca y etnicidad en el Perú 9 Ismael Muñoz, Maritza Paredes y Rosemary Thorp Acción colecti va, confl icti vidad y descentralización. 55 Ismael Muñoz Portugal Grupos de regantes y acción colecti va en la costa peruana. 89 El caso del valle de Virú Ismael Muñoz Portugal 3 Escuela de Gobierno y Políti cas Públicas - PUCP 4 Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación Presentación Antes de fi nalizar la década de los años 2000, se observa que el nivel de confl icti vidad social ha crecido en el país. Existen momentos de relati va calma social y, otros momentos, en donde los confl ictos entre los disti ntos grupos de la población son parte coti diana de la escena social y políti ca. Por eso, es una tarea importante para la gobernabilidad democráti ca, entender las causas y característi cas de los confl ictos sociales en el Perú y los mecanismos existentes para darles tratamiento. Una democracia debe saber administrar los confl ictos y encontrar los cauces de diálogo y resolución. La Defensoría del Pueblo ha reportado una canti dad incremental e inusitada de confl ictos a nivel nacional, según informe dado a conocer en agosto de 2009. Dice la Defensoría del Pueblo que el número de confl ictos es de 272, de los cuales 223 se encuentran en estado acti vo; la mayoría de los cuales ti ene un origen en los problemas socioambientales, generados por acti vidades extracti vas de recursos naturales. Estos ocupaban el 46% (125 casos) del total de confl ictos registrados en el mes de julio de 2009. Le seguían los confl ictos por asuntos de gobierno local con 15% (41 casos), los confl ictos laborales con 11% (31 casos); y 10% por razones de gobierno nacional (26 casos).1 1 Ver el Reporte de Confl ictos Sociales N° 65, al 31 de julio de 2009; a cargo de la Adjuntí a para la Prevención de Confl ictos Sociales y la Gobernabilidad de la Defensoría del Pueblo. 5 Escuela de Gobierno y Políti cas Públicas - PUCP Una de las defi ciencias del aparato estatal peruano es que no posee mecanismos efi caces de prevención de confl ictos; y tampoco de métodos para canalizarlos de manera insti tucionalizada. Esto se pudo apreciar en el caso de los acontecimientos de Bagua en el departamento de Amazonas, en junio de 2009, cuando los hechos se precipitaron en forma violenta y sin que haya formas de diálogo democráti co que evite muertos, heridos y un saldo muy grande de desconfi anza entre las organizaciones y las autoridades del poder central. En el caso de los sucesos de Bagua, resultado de un paro amazónico de carácter indefi nido por la derogatoria de decretos leyes que no fueron consultados a los pueblos indígenas por el Ejecuti vo y el Congreso, según el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, terminó con la muerte de más de 30 ciudadanos entre policías y habitantes de la amazonía. Una realidad también observada es que la población peruana busca progresar y salir de la pobreza. Hace diversos intentos que pueden durar años para lograrlo, uti liza disti ntos mecanismos y se traza estrategias de diversos plazos. La gente quiere mejorar en sus condiciones de vida; y esto ha sido posible, en parte, por la acción organizada de cientos de miles de familias. A veces buscan el apoyo del Estado o en otros casos tratan de evitarlo. Se trata de complejas decisiones de costos y benefi cios que trae consigo la relación entre las familias y el aparato público. La acción colecti va es un enfoque o teoría que pretende dar cuenta de la realidad en que se desenvuelven las poblaciones que buscan resolver sus problemas de manera conjunta. Es decir, en forma tal que mediante la cooperación puedan producir los bienes públicos que les faciliten el progreso o les reduzcan sus difi cultades, resolviendo algunos problemas que por medio de la acción individual o de la acción estatal no habría caminos efi caces de solución. Disponemos de dos aproximaciones a la realidad que queremos entender desde la teoría de la acción colecti va. Una es la acción colecti va de nivel microeconómico, en donde el problema de los incenti vos para 6 Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación la cooperación entre individuos atraviesa por el problema del free rider; y otra es la acción colecti va de nivel meso, en la cual se da el uso de instrumentos políti cos para lograr objeti vos tanto económicos como políti cos, en donde la cooperación se ve facilitada por la existencia de liderazgo y de intereses que coinciden, basados en una identi dad común, una ideología comparti da y la ausencia de diferenciación interna en la comunidad de actores. La presente publicación reúne tres estudios en donde se ha uti lizado el enfoque de la acción colecti va. En los dos primeros casos, se trata de textos que fueron realizados como parte de un proyecto de investi gación en el Perú, a cargo de CRISE (Centre for Research on Inequality, Human Security and Ethnicity) de la Universidad de Oxford, en convenio con CISEPA (Centro de Investi gación sociales Económicas, Políti cas y Antropológicas) de la Ponti fi cia Universidad Catolica del Perú. El primer trabajo fue realizado en equipo, con la presencia y extraordinario aporte de Rosemary Thorp y de Maritza Paredes. El tercer trabajo es resultado de una investi gación desarrollada en torno a las organizaciones de regantes de la costa peruana y la gesti ón social del agua. En los tres textos está presente el interés por entender las característi cas de los confl ictos sociales y los mecanismos que asume la cooperación entre los individuos que buscan resolver sus problemas de manera colecti va. 7 Escuela de Gobierno y Políti cas Públicas - PUCP 8 Acción colecti va, desigualdad y confl icto en la sociedad peruana: Una aproximación Ismael Muñoz, Maritza Paredes y Rosemary Thorp* Acción Colecti va, Violencia Políti ca y Etnicidad en el Perú El presente documento examina la acción colecti va en el Perú a través de tres estudios de caso en el nivel local. En primer lugar el texto indaga por qué ha persisti do por tanto ti empo en el Perú una desigualdad extrema entre grupos sociales sin ser desafi ada; y explora si parte de la respuesta radica en una propensión débil a la acción colecti va, ya sea esta violenta o no. La desigualdad en el Perú, documentada por primera vez en 1961 por Richard Webb, muestra un grado extremo, tan alto como en Brasil.2 Esta desigualdad está impregnada de característi cas étnicas3: aquello que Stewart llama desigualdades “horizontales” (DH), o desigualdades entre grupos, son muy severas en términos económicos, culturales y políti cos. (*) Agradecemos los comentarios y sugerencias de Frances Stewart y Adolfo Figueroa; y el apoyo de María del Carmen Franco en la recolección de datos de los casos de estudio. El documento fue originalmente redactado en inglés; y la traducción del inglés al español fue realizada por Javier Portocarrero Maisch. El presente trabajo fue concluido en abril de 2006 como parte de un proyecto de investi gación de CRISE (Centre for Research on Inequality, Human Security and Ethnicity) de la Universidad de Oxford. 2 Sus cálculos arrojan un coefi ciente Gini de 0.61, igual al de Brasil en el mismo año (Webb 1977). 3 Reportar el tamaño de la población indígena es muy difí cil debido a problemas de defi nición y medición, pero un esti mado razonable se encuentra debajo del 40 por ciento. 9 Escuela de Gobierno y Políti cas Públicas - PUCP La exclusión ha llevado históricamente a movilizaciones violentas4, pero durante los últi mos cincuenta años o más, ha sido notable la relati va ausencia de cualquier ti po de movilización étnica. La enorme violencia desatada por Sendero Luminoso, movimiento maoísta, a inicios de la década de 1980 y que dominaría la escena pública peruana hasta la captura de su líder, Abimael Guzmán, en 1992 fue principalmente un movimiento de ti po clasista; sin embargo su desencadenamiento violento tuvo enormes implicancias étnicas.5 La Comisión de la Verdad y la Reconciliación ha documentado recientemente que el 75% de las vícti mas fatales fueron de origen indígena.6 Sin embargo, posteriormente no ha habido señales de movilización como las ocurridas en Bolivia y Ecuador, ni un desarrollo de la conciencia étnica, tan evidente en Guatemala, Bolivia y Ecuador. En términos generales, la característi ca disti nti va clave que debemos explorar es la habilidad del sistema para perpetuarse en medio de DH extraordinarias que coexisten con reducidos niveles de protesta. ¿Por qué no ha habido – en los últi mos ti empos– desafí os mayores al sistema establecido, sean violentos o no? ¿Por qué la violencia extrema de Sendero ocurrió en ciertas regiones y no en otras? ¿Por qué no se habría desarrollado una mayor conciencia étnica7, a pesar de las consecuencias del período senderista en este campo? Mucho de la 4 Existen pocos estudios sobre la violencia social y políti ca antes de 1980. Las movilizaciones sociales y políti cas más importantes del siglo XX peruano ocurrieron en el sur andino durante el período 1958 – 1964, con enfrentamientos violentos entre terratenientes y campesinos en torno a las ti erras de las haciendas. Según Guzmán y Vargas (1981), sólo 166 personas murieron en esas movilizaciones, un número signifi cati vo, pero bastante menor que el número de fallecidos en el primer año del confl icto armado de los años 80. 5 Todavía subsisten células acti vas de Sendero, movimiento que no debería ser menospreciado, pues las condiciones subyacentes que permiti eron su propagación han cambiado poco, como mostraremos más adelante. 6 La Comisión de la Verdad y la Reconciliación (2003) ha podido establecer en su informe fi nal que la violencia, en combinación con las brechas socioeconómicas, han sacado a la luz pública la seriedad de las desigualdades que todavía prevalecen en el país. Conforme a los testi monios recogidos, 75 por ciento de las vícti mas que perecieron en el confl icto armado interno hablaban Quechua, u otro idioma nati vo, como su lengua materna. 7 Entendemos por conciencia étnica la presencia de una identi dad colecti va basada sobre todo en las fracturas étnicas de una sociedad, como en otros países lati noamericanos, tales como Bolivia, Ecuador y Guatemala. 10

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