EUROPA Y AMERINDIA El indio americano en textos del Siglo XVIII Cornelius de Paw-Williams Robertson-José XPer=netty-Luigi Brenn a 30 Colección 500 AÑOS EUROPA Y AMERINDIA EUROPA Y AMERINDIA El indio americano en textos del Siglo XVII CORNELIUS DE PAW - WILLIAM ROBERTSON JOSE PERNETTY - LUIGI BRENNA - ABAD RAYNAL AETETE Colección 500 Años 30 Ediciones ABYA-YALA 1991 EUROPA Y AMERINDIA El indio americano en textos del S. XVIN Cornelius de Paw - William Robertson José Pernetty - Luigi Brenna - Ábad Raynal Traducción del italiano: María Victoria de Vela . Traducción del francés: Carlos Viteri, María Victoria de Vela Edición cuidada por: José E. Juncosa Coedición: + Ediciones ABYA-YALA Casilla 17-12-719 Quito - ECUADOR + MLAL Movimiento Laicos para América Latina Roma - ITALIA Levantami ento de texto, diagramación e impresión: Talleres ABYA-Y ALA Cayambe - ECUADOR INDICE JE INTRODUCCION —oocccccnnconcconccncn cnonncncncncnc nonoa cnrnnnccnnces AMERICA CORNELIUS DEPAW o.cccocccccocccnoncconcnnonnnnnnocnno rrcannar rcann n DISERTACION SOBRE AMERICA Y LOS AMERICANOS CONTRA LAS INVESTIGACIONES FILOSOFICAS DEL SEÑOR DEPAW JOSE PERNETTY ....ccooocccnc ono cronco ccoracn cannna cnocran rcacnenr ESTADO Y CARACTER DE LOS AMERICANOS WILLIAM ROBERTSON —.ooococcconccncocnnncn cnononnnancannacrcoraonnoaso SOBRE LOS SALVAJES DE AMERICA LUIGIBRENNA —oooccccooccccnononsecnocran raonan noonc roo rnroo r nrro nnroo REFLEXIONES SOBRE EL BIEN Y EL MAL QUE EL DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO MUNDO OCASIONO A EUROPA ABADRAYNAL cooccocccoccoccconnnncccnnn onn nnanronanonnroerncnnnnnnnanas s INTRODUCCION AENETE uevamente, ante la necesidad de reeditar este libro, insistimos en la dedicatoria e intención de aquella primera edición reducida tan solo a q la carta del Abad Luigi Brenna sobre los A, salvajes de América: ofrecer a los indígenas “un material históricamente muy definido para enriquecer el largo e inacabado proceso de reflexión sobre la identidad, el cual inex- des. cusablemente pasa por la imagen que los otros A ze?” continuamente han construido, inventado, recabado, falsificado y reflexionado sobre ellos desde el primer día del arribo de Colón y sus marinos. Los indígenas consideran el rapto o la deformación de la imagen como un instrumento chamánico para destruir la seguridad y la fuerza interior de la persona; análogamente, la reflexión de occidente sobre el "salvaje" de América adquiere el mismo carácter: todos los matices de esta reflexión, de una u otra forma, constituyen una apropiación, encubierta por el debate académico, de la imagen del indio. Los textos aquí reunidos testimonian este proceso que culmina con la deshumanización del indio, ya sea mediante la demonización (el "mal salvaje") o la idealización (el "buen salvaje”). El resultado final de la segunda edición es un libro de libros, mucho más amplio con una serie de obras del S. XVIII que sistematizan de manera muy típica y represen- tativa la discusión y la polémica del Siglo de la Luces acerca del Salvaje de América. x José E. Jr¡ncosa Sus autores, Comeüus de Paw, José Pemetty, William Robertson, el Abad Raynal y Luigi Brenna, todos ellos eclesiásticos y contem- poráneos, comparten, más allá de la cercanía en el espacio y en el tiempo, los suficientes rasgos comunes como para justificar su inclusión en esta obra conjunta. Los autores, autodeterminados "fiIósofos" vivieron una época marcada por el ocaso del imperio español como potencia de ultramar, por la redefinición del poder polftico en un nuevo equilibrio entre potencias europeas (Inglaterra, Francia y Prusia) en el que Inglaterra, a partir de la pazde Utrech(1713) asumiría el liderazgo, y, desde el punto de vista de la historia de las ideas, caracterizada por la emergencia de un pensa- miento "euro¡)eo" determinado por el enciclopedismo y la ilustración que se extendió, incluso, con Pedro el Grande, hasta las estepas rusas. Nuestros autores se inscriben en la corriente de la reflexión "académica" del Siglo de las Luces, fomentada por las cortes, en especial por la de Francia, Inglaterra y Prusia. Este pensamiento de carácter "oficial" y cortesano, fue alentado personalmente por los monarcas ilus- trados mediante la creación de "academias". En lo concemiente a las "ciencias de Ia tierra" (en el seno de cuyo debate se incluye el rcma del "salvaje"), las principales fueron la Academia de Ciencias de París y la Real Sociedad de Londres que capitalizaron la discusión entomo a la astronomfa, la geografía, la física, la filosoffa de lo natural, temas y deba- tes fomentados con perspicacia para racionalizar la expansión política y económica de los imperios de ultramar en momentos de la irremediable decadencia española. En el seno de dichas "asademias" las discusiones y debates tenían las más amplias y multidisciplinarias repercusiones: "teorfa vs. experi- mento, newtonismo vs. cartesianismo, laicismo vs. escolasticis mo, s (Nant vs. académico, Inglaterra vs. Francia..."l El tema del salvaje se incluye también en el conjunto de este debate ideologizado y determinado por las discusiones de orden académico y de ningún modo debe considerarse A. Lafuente y A. Mazuecos: Las caballeros del punlo lJo, SERBAUCSIC, Madrid, 1989, p.48. Irúrduccíón El pensamiento de la ilutración estuvo deternimado por los debates "académicos". En la figura, Federico tr de prusia. discure con los "fiIósofos", entre ellos Voltaire. ,dl José E. Jtmo,sa como el resultado de una disputa aislada y gatuita; la posición entomo al tema del "salvaje" implicaba un lineamiento político y la definición a favor o en contra con respecto a las teorfas sobre el poder, la sociedad polfüca, el futuro de Europa... y su destino para regir y gobemar otros pueblos carentes de civiüzación. La Real Academia de Prusia cuidada personalmente por Federico II, es sin duda la más importante en cuanto a la discusión sobre el Salvaje. A ella se vinculan Comelius de Paw y José Pernetty (-uigi Brenna perte- nece al cfrculo académico del Conde de Toscana y W. Robertson al de Edimburgo). Asf, aunque estos autores trasladen a otro tereno, tal vez menos importante y definitivo, los grandes debates intelectuales del momento, tienen el mérito de sistematizar y circunscribir el tema del "salvaje" superando su tratamiento parcial o como elemento dialéctico en función de la comprensión de otra realidad: el objeto de sus investi- gaciones y disenaciones filosóficas no consisten en más que el salvaje mismo, como objeto último de su análisis. Las fuentes Ninguno de los que compusieron estos textos pusieron un pie en América. Reflexionan sobre el carácter y la naturaleza del indio paniendo de la información reunida en las memorias y relatos de viajes, que para entonces se referían a casi todas las partes del globo. Para 1776, el Capitán Cook terminará por completar el variado aspecto del globo incluyendo en la imaginería de la diversidad geográfica y cultural de entonces los paisajes de laPolinesia. Este hecho, el no haber abandonado Europa para refleúonar sobre América y los americanos, no era percibido como limitación. Se constituía más bien, en una prerrogativa metodo- lógica consistente en compilar información, (generalmente de las relacio- nes de viajes), sistematizarla, someterla a un examen cítico y compara- üvo de equivalencias y contradicciones para luego establecer las genera- lizaciones apticables a todos los salvajes de América. Erguidos desde el "tribunal de la razón", se sintieron capaces de establecer que "unos conta- ron patrañas, otros disfrazaron la verdad por idiotez o la violaron por malicia, los otros atolondrados por el vértigo de su entusiasmo no fueron Introduccón xiii capaces de ver bien las cosas. . . " 2 Aunque Pemetty viajó a las Malvinas como capellán de Bougain- ville (1763), ello no influyó para que adoptara otro método radicalmente distinto. Para el perfodo de la publicación de estos textos (1768-1785), los autores contaban con numerosas pubücaciones de "cosmograffas" (com- pilaciones de relatos de viajes por todo el globo) y una cantidad de relatos a regiones particulares de América como Canadá, las costas de Califomia, las Guyanas, Brasil y la Patagonia que, en el transcurso de 1650 a finales del S. XVII, fueron editados en Holanda, Inglaterra, Francia y Alemania principalmente, coincidiendo con la expansión a ultramar de estas nuevas potencias.3 La reconstrucción de la bibliografía citada por los autores, al final de este volumen, puede dar una idea clara de cuáles han sido las fuentes; mediante su lectura podemos concluir también el olvido inten- cional (o en el mejor de los casos el uso polémico) de las grandes sfntesis sobre América correspondientes a los cronistas españoles, sobre todo las obras de José de Acosta del S. XVI y los trabajos etnográficos de los franciscanos de México en la primera hora (1524-1577.4 Sumando a esto 2 Cfr. Pemetty, 1., Disertación, cfr. infia, en este volumen. 5 Al respecto Duchet afirma: "Algunos viajes importantísimos fueron casi ignorados, a las dificultades de la traducción... hay que añadir la censura oficial sobre todos los descub¡imientos susceptibles de interesar a una nación comperidora... Por consiguiente, la geografía de los filósofos acusa un reta¡do considerable respecto a los acontecimientos, reta¡do que, a su vez, trae consigo un defecto de deformación: por comparación con viajes de importancia capital, pero de los que casi nada se sabía, privilegiaron a Relaciones de interés secundario, a las cuales, a la inversa, la historia actual de los viajes ya no toma en cuenta" (Aruropología e tlistoria en el Siglo de bs Luces, S. XXI Editores, Bs. As. 1975, p. 38-39). LaHistoriaNaruraly Moral de las Indias... (1608) y De Natura Novo Orbís (1590) de José de Acosta constituyen tal vez la primera gran síntesis sobre la Naturaleza y el hombre americano. Los trabajos de los franciscanos de Méxrco entre 1524 y 1577 que rescataron admirablemente la historia, la religión y la sociología de los pueblos constituyen otra gran fuente, posiblemente fuera del alcance de nuestros autores del S. XVII. La tradición jesuita se fundamenta sin duda, en el espíritu emográfico de los primeros franciscanos como Andrós de