© 2003 Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo Redacción y administración: Arévalo 1840 - Capital Federal E-mail: [email protected] Telefax: 4774-6465 rotativas ISSN 0328-2988 Registro de la Propiedad Intelectual Nº 237246 Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Derechos reservados Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Producción gráfica: Ediciones PubliKar. Tel: 4743-4648 Diseño de tapa: Curioni Producciones. Tel: 4822-6982 TOMO XXVI Número 2 - 2003 Afiliada a la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de Grupo, a la American Group Psycotherapy Association, y a la International Association of Group Psychotherapy DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES Director: Dr. Carlos Pachuk Secretaria: Corresponsales en el exterior: Lic. María Isabel Pazos de Winograd Lic. Myriam Alarcón de Soler, Bogotá, Colombia. Prof. Massimo Ammaniti, Roma, Italia. Prof. Dr. Raymond Battegay, Basilea, Suiza. Comité Científico: Dra. Emilce Dio Bleichmar, Madrid, España. Lic. Bernardo Katz Dr. Joao Antonio d’Arriaga, Porto Alegre, Brasil. Dr. Carlos Pachuk Dr. Rafael Cruz Roche, Madrid, España. Lic. María Isabel Pazos de Winograd Dr. Alberto Eiguer, París, Francia. Dr. Marco A. Fernández Velloso, San Pablo, Brasil. Dr. Arnaldo Guiter, Madrid, España. Consejo de Publicaciones: Dr. Max Hernández, Lima, Perú. Lic. Alicia Barón de Dayan Lic. Gloria Holguín, Madrid, España. Lic. Mirta Segoviano Dra. Liliana Huberman, Roma, Italia. Dra. Graciela Ventrici Lic. Rosa Jaitin, Lyon, Francia. Prof. Dr. René Kaës, Lyon, Francia. Prof. Dr. Karl König, Gottingen, Alemania. Comité Asesor: Dr. Mario Marrone, Londres, Inglaterra. Prof. Menenghini, Florencia, Italia. Lic. Elina Aguiar Prof. Claudio Neri, Roma, Italia. Dr. Isidoro Berenstein Dra. Elvira Nicolini, Bologna, Italia. Lic. Susana Matus Lic. Teresa Palm, Estocolmo, Suecia. Lic. Gloria Mendilaharzu Dr. Saúl Peña, Lima, Perú. Dra. Janine Puget Lic. Martha Satne, Pekin, China. Lic. Rosa María Rey Dr. Alejandro Scherzer, Montevideo, Uruguay. Lic. Mirta Segoviano Dr. Alberto Serrano, Honolulu, Hawaii. Dra. Graciela Ventrici Dra. Estela Welldon, Londres, Inglaterra. COMISIÓN DIRECTIVA Area Ejecutiva Editorial Iniciamos este mensaje lamentando el fallecimiento del Dr. Marcos Bernard, destacado psicoanalista vincular, líder cien- tífico de nuestra Institución y querido ser humano, tal como lo señalan los extensos comentarios que publicamos a conti- nuación en las emotivas despedidas de Janine Puget y las co- legas mendocinas. Este número se gesta en un momento especial de la AAPPG, cuando por primera vez, y luego de una intensa participación del colectivo, la gran mayoría de los miembros eligió por su- fragio a una Comisión Directiva. Acontecimiento que denota una apertura de perspectivas en la cultura institucional. Algunas cuestiones comienzan a girar respecto al rol proactivo de los integrantes de la institución y al lugar que otorgamos al psicoanálisis y a otras prácticas y teorías tanto entre nosotros como en la comunidad científica y social. En la Asociación se acentúa un perfil alejado del sistema saber-poder que, sin negar nuestra valiosa historia, apunta hacia un pensar que orilla en senderos instituyentes, proble- máticas que aparecen parcialmente expresadas en estas pági- nas donde autores de filiaciones diversas han respondido a esta convocatoria. También hubo cambios en nuestra Revista: luego de varios años de eficiente tarea despedimos con gratitud a las Licen- ciadas Nora Rivello y Diana Dorín, quienes han pasado a or- ganizar con gran entusiasmo el nuevo espacio de la informá- tica, a su vez incorporamos al staff al Lic. Bernardo Katz y la Lic Marisa Winograd fue designada en el cargo de secretaria. Respecto a los trabajos publicados, éstos nos conducen a un debate acerca ¿de qué psicoanálisis? y ¿de qué vínculo? se trata, según nos ubiquemos en el horizonte de la representa- ción, del devenir o de la complejidad, por citar tres líneas diferentes. Por ejemplo ¿cuál es el estatuto de la presencia, de la otre- dad, del signo, del sí mismo, del entre, en cada postura? ¿Por 14 qué han adquirido tanta importancia los filósofos en el psi- coanálisis vincular, especialmente los deconstructivistas? Lo cual conlleva a esa «extraña boda», siguiendo a Mónica Vaqué, entre la clínica y la filosofía. ¿Será que la desterrito- rialización implica al mismo tiempo una percolación? (for- mas de impregnación y penetración múltiple de las culturas y los sujetos, concepto de Mario Rivas) y estos imaginarios no son ajenos a los psicoanálisis. Este espacio está concebido como un encuentro sobre dis- tintas versiones de las teorías vinculares, «plusvalìa de lectu- ras» según José Milmaniene, quien afirma «busquemos en las diferencias, en la confrontación de textos y en las fricciones, un valor». En la diversidad se intuye la tensión de un giro kepleriano y no copernicano, es decir que la idea de elipse supera a la idea de centro. Después de veinte siglos la metafísica comienza a declinar como filosofía dominante a partir de la posmodernidad; conclui- da ésta nos encontramos, siguiendo a Rodriguez Magda, en la transmodernidad (transformación, transexualidad) y nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde caminamos y qué efectos se produ- cen en los psicoanálisis. ¿Otras técnicas? ¿Otras clínicas? Así podemos leer varios escritos en ese sentido: Mónica Vaqué plantea «no es lo mismo pensar en vía del descubrimiento que en clave de invención», problemática que en términos de esta Revista surge entre ampliación o perspec- tiva, y agrega «La idea de alteración sin tope anticipable es una de las formas en que lo inconmesurable nos muerde los talones». Algo en esa dirección plantea Susana Matus con su trabajo sobre lo negativo y la «imposibilidad vincular». O bien inter- pretar en esta clave a Marta Satne en referencia a la escritura china como «la oportunidad de crear una nueva lengua». 15 Noche de rondas, inquietante geografía de la invención. «Los humoristas, los payasos y los mimos tendrán un pa- pel a jugar en la formación de los psicoanalistas» nos propo- ne Rasia Friedler, en una conjunción de arte y psicoanálisis: nada menos que juntar la revuelta kristeviana con el retorno hedonista a Freud. Orillando este pensamiento, Rodolfo Moguillansky y Guillermo Seiguer refieren que «en la situación analítica la penumbra de sentido deja de ser privilegio de la poesía». Pero también el riesgo de que «las palabras sean dichas y escucha- das como una jerga y su sentido como una consigna de perte- nencia». En esta última perspectiva los autores citados por Interro- gaciones expresan reservas respecto a las consecuencias clí- nicas de ciertas ideas. Susana Sternbach nos pregunta sobre el destino de la metapsicología freudiana y el concepto de cura que se desprende de las nuevas nociones. Señala, al igual que Gloria Mendilharzu, sobre el peligro de «ideas-clave im- portadas y desgajadas del universo del que provienen, cuya aceptación fascinante y acrítica derivan en un nuevo sentido único». En paralelo, Miguel Spivacow plantea la valoración de la clínica (léase logros y objetivos) como eje central de la técnica psicoanalítica ampliada al psicoanálisis de pareja en la dimensión intersubjetiva. Graciela Bianchi sostiene la lógica de la identidad en sus estudios sobre género, mientras que para Oscar De Cristóforis la verdadera polaridad es sociedad y psiquis- mo. Daniel Waisbrot nos advierte que «la inclusión de la novedad no debe barrer con la teoría de la repetición» y agrega un concepto fundamental: hay un límite interno del vínculo y del sujeto (léase la multiplicidad y el cambio tie- nen sus topes). Es necesario un diálogo crítico con los grandes pensado- res, Giles Deleuze por ejemplo: 16 ¿Si descartarmos el origen, cómo explicar desde los psi- coanálisis, el otro primordial, la represión primaria y las iden- tificaciones primarias, tan útiles para diferenciar aspectos neu- róticos y psicóticos? ¿Si el deseo es pura producción sin ori- gen, esto no remite a una idea biologista-genética? conceptos que en la historia psicoanalítica fueron desarrollados por Georg Groddek y Wilhem Reich (el orgón). Lo originario es una temática que rescata Cielo Rolfo en su análisis de los mitos de la pareja sin renunciar a la producción vincular como presentación. También podemos observar criterios opuestos entre auto- res: por ejemplo, Silvia Gomel destaca el lugar del sujeto en el vínculo, «evitemos el todo vincular como homogenización de las subjetividades» y propone la idea recursiva, la lógica paradojal entre disyunción y conjunción y una idea positiva de la ambigüedad opuesta a la tradición blegeriana. Posición muy diferente presentan Rodolfo Moguillans- ky y Guillermo Seiguer para quienes la pareja se une por ilusión de complementariedad y la alteridad no es posible como dato inicial, luego la terapia de pareja sólo permite un «psicoanálisis silvestre» de la dimensión singular en el vínculo. Traen una interesante concepción de lo Uno que no es patología sino la unificación de pertenecer a un con- junto, pasaje de la multiplicidad (los dos de la pareja) al nosotros: ser una pareja. Esta idea de conjunto libidiniza- do recuerda el concepto de Pontalis: el grupo como objeto de investimiento. Esta noción por momentos parece progresiva: del estado fusional al estado vincular, la ajenidad es un logro vincular posterior, y en otros una versión dialéctica o pasaje de un es- tado a otro como devenir. El trabajo a miembro titular de Carlos Pachuk hace jugar el vínculo desde el concepto filosófico derridariano différance como borde o intervalo de la re-presentación. Sus discutidores plantean varias objeciones, entre ellas el «retorno teórico de 17 lo reprimido», Janine Puget a través de la clínica y Hugo Bianchi a través de la metafísica. Un escrito pensado desde el dispositivo es el de Solchi Lifac quien trabaja el efecto histerógeno, «ver y tocar» siguiendo a Kaës en la terapia vincular. Campo opuesto al origen del psi- coanálisis. (Dora entrando al diván) y que ha generado la crí- tica (injusta) de lo vincular como pre-psicoanalítico. Para finalizar, el comentario de dos libros sobre diferentes aspectos del naufragio: Emigración, Salud Mental y Cultura y Clínica Psicoanalítica de las Catástrofes Sociales, compi- lados respectivamente por Marisa Winograd y Daniel Waisbrot entre otros. El primero es la crónica de los cruces babélicos entre len- guas, culturas y experiencias con ciertos hallazgos como la nostalgia transformada en fetiche en los inmigrantes. El segundo fue el resultado de las Jornadas de Catástrofes Sociales realizadas en Buenos Aires en julio del 2002 y des- tacamos el trabajo en inmanencia sobre la desvastación, un producir en el momento de los hechos que modifican el curso de los mismos. Esta obra, como bien dice Eduardo Muller, es un «acto de resistencia», cuando se investiguen estos años trágicos en la Argentina será de consulta indispensable. La razón, el inconciente, el sujeto, la escritura, el arte, la ética... que se abran todos los debates posibles, evitemos la atracción por lo absoluto, pues, como diría un creador ya men- cionado, nos conduce hacia el pensamiento único. Adjetivo que en la historia está ligado a despotismo y alienación. Asumimos entonces el ineludible riesgo de «ese acto mal- dito»... seguir pensando. Dirección de Publicaciones
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