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17 Congreso De Filosofia En Valencia PDF

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Índex 1 XVII CONGRÉS VALENCIÀ DE FILOSOFIA 2 Índex Índex 3 XVII CONGRÉS VALENCIÀ DE FILOSOFIA València, Facultat de Filosofi a i Ciències de l’Educació 6, 7 i 8 de març de 2008 SOCIETAT DE FILOSOFIA DEL PAÍS VALENCIÀ VALÈNCIA 2008 4 Índex Societat de Filosofi a del País Valencià SOCIETAT DE FILOSOFIA DEL PAÍS VALENCIÀ JUNTA DIRECTIVA Enric Casaban (president), Vicent Martínez (vicepresident), Vicent Baggetto (secretari), Pascual Casañ (tresorer), Antoni Defez (vicesecretari), Vicente Domingo García (vicesecretari); els vocals són: Jesús Alcolea, Amador Antón, M.ª Teresa Beguiristain, Rafael Beneyto, Salvador Cabedo, Neus Campillo, Jesús Conill, Adela Cortina, Román de la Calle, Carmen Ferreté, Joan Gaspar, Vicent Gozàlvez, Tobies Grimaltos, Javier Méndez-Vigo, Amparo Muñoz, Jesús Pardo, Marta Pedrajas, Fernando Pérez, Antoni Pomares, Eduardo Ranch, José Manuel Ros, Lluís Sánchez, Vicente Sanfélix, Sergio Sevilla, Xavier Sierra Editor Enric Casaban Moya Societat de Filosofi a del País Valencià ISBN: 978-84-370-7375-0 Dipòsit legal: V-713-2009 Fotocomposició, maquetació i impressió: Impremta Lluís Palàcios, Sueca Índex 5 ÍNDEX Andrea Luquín Calvo: JJJooosssééé GGGaaaooosss::: EEElll PPPeeennnsssaaammmiiieeennntttooo dddeeelll HHHooommmooo VVViiiaaatttooorrr .......................................................... 7 Elena Nájera: La utopía de los libros. Nietzsche y Sloterdijk contra el humanismo ...... 19 Jesús García Cívico: Los usos del mérito ......................................................................... 35 Modesto M. Gómez Alonso: “Una duda no es necesaria incluso cuando es posible”: El uso del escepticismo en Sobre la certeza de Wittgenstein ..................................... 51 Javier Gracia Calandín: Ensayo de realismo hermenéutico ............................................. 67 Isabel Tamarit: Una propuesta de justicia global distributiva desde el enfoque de la ca- pacidad. Posibilidades y virtualidades del enfoque ................................................... 77 Juan Carlos Siurana: Las ventajas de las ideas regulativas en ética frente a las utopías . 89 Nieves López Agrasar: El debate Realismo-Antirrealismo en el neopragmatismo: la perspectiva de William ................................................................................................ 105 Nemrod Carrasco: Retórica y dialéctica, o el arte de juntar el Fedro ............................ 117 Paolo Stellino: Un análisis del resentimiento en la Genalogía de la moral de F. Nietzs- che ................................................................................................................................ 123 Juan Manuel Ros Cherta: Consideraciones sobre la crítica republicana al liberalismo 139 Soledad Arnau Ripollés y Mario Toboso Martín: La “IN-dependencia”: Un nuevo de- recho de Ciudadanía. Una cuestión de Derechos Humanos: .................................... 149 Lidia de Tienda Palop: El enfoque de las capacidades de Martha Nussbaum: ¿Esen- cialismo o Liberalismo? .............................................................................................. 163 Vicente Claramonte Sanz: El concepte de ciència en la hipòtesi del disseny intel·ligent: la sentència TTTaaammmmmmiii KKKiiitttzzzmmmiiilllllleeerrr eeettt aaalll... vvvsss... DDDooovvveeerrr AAArrreeeaaa SSSccchhhoooooolll DDDiiissstttrrriiicccttt .............................................. 175 Begoña Ramón Cámara: La concepción de la retórica en el Fedro de Platón ............... 191 Lorena Cebolla Sanahuja: Lyotard y Kant. Diferencia y Cosmopolitismo ...................... 197 Vicente Raga Rosaleny: Montaigne, Sócrates y la ironía, por una lectura aporética del rostro socrático ...................................................................................................... 209 Francisco Arenas-Dolz: La retórica como fundamento de la ciudadanía ....................... 225 José Ignacio Benito Climent: Resistencias irresistibles (de Max Stirner a Paolo Virno) 241 Guillermo Cano Rojas: La creación absurda y el principio de creación permanente: dos aproximaciones hacia una teoría de la experiencia creativa en la estética con- temporánea .................................................................................................................. 247 Juan José Colomina Almiñana: La corazonada “Zombie” y el Materialismo ................ 261 Jesús Fernández Orrico: Notas sobre El silencio del arte ................................................ 273 Carmen Ferrete Sarria: Educar en valores globales trabajando en proyectos conjuntos 289 Joaquín Gil Martínez: El juicio teleológico kantiano: su recepción y la crítica hegeliana 299 5 6 Índex Jorge Pulla: Walter Benjamin: el surrealismo y su fotografía en el origen de las nuevas funciones sociales del arte .......................................................................................... 309 Karina P. Trilles Calvo: El cuerpo propio en E. Husserl: un tratamiento ambiguo ....... 319 Joan David Mateu Alonso: El cos com a voluntat i representació: Schopenhauer i la cccooorrrpppooorrraaallliiitttaaattt .................................................................................................................................................................................................................................... 331 Josep Rafel Moncho Pascual: Refutando la refutación nietzscheana de la caridad cris- tiana ............................................................................................................................. 343 Pedro Jesús Pérez Zafrilla: La religión en los espacios públicos: propuestas para el debate ........................................................................................................................... 349 José M. Sánchez Fernández: La ilustración en la frontera: el espíritu y la cultura en Hegel. (Entre el proyecto deseado y la realidad vivida paradójicamente) ............... 365 Francisco Saurí: Qué es la fi losofía de las matemáticas. Unidad didáctica para un curso de introducción a la fi losofía ............................................................................ 381 Teresa Aguilar García: EEEnnn tttooorrrnnnooo aaa lllaaasss nnneeeccceeesssiiidddaaadddeeesss::: HHH... MMMaaarrrcccuuussseee yyy AAA... HHHeeelllllleeerrr .................................. 403 Vicent Agut i Martínez: Las ideas gnoseológicas y políticas de M. Sacristán: defensa de la abstracción y política de la cordura ................................................................. 411 Verónica Rosillo Pelayo: El nihilismo como enfermedad en Nietzsche. Un acercamien- to a la patología enfermiza de la Europa moderna ................................................... 421 José Gaos: El Pensamiento del Homo Viator 7 JOSÉ GAOS: EL PENSAMIENTO DEL HOMO VIATOR Andrea Luquín Calvo [email protected] Abstract: This document presents a new perspective of the work of the Spanish philosopher José Gaos, analyzing the concept HHHooommmooo VVViiiaaatttooorrr ((tthhee ssuubbjjeecctt lliikkee ttrraavveelleerr)) FFoorr GGaaooss,, tthhee Homo Viator, (together with the hand and the time) is an essential note for the person. Living his own exile, the Homo Viator’s concept (that appears in The Origin of the Philosophy and his History, and in HHHiiissstttooorrryyy ooofff OOOuuurrr IIIdddeeeaaa ooofff ttthhheee WWWooorrrlllddd)) iiss the base of his most important thought: his theory of two lands (origin and destination) and Transtierro’s concept. With these concepts, the Spanish teacher is one of the most important philosophical thinkers of the History and the political philosophy in the 20th century. With his thought, Gaos explains new ideas of the traditional conception of inscription of person to the nations (citizenship), which answer to our pro- blematic present. Keywords: Homo Viator, exile, land, citizen, residence, cultural identities. LOS MOTIVOS DEL HOMO VIATOR L os motivos que orillaron a José Gaos y Gonzáles Pola a desarrollar su interés fi - losófi co por lo que denominó Homo Viator, el ser humano cuya existencia consiste en viajar por el espacio, el tiempo o la historia, están unidos, como él mismo señala, a su propia biografía: “…las convicciones fi losófi cas de un pensador”, apunta Gaos, “no están constituidas sino a lo sumo inicial(mente)…por las ideas ajenas que adop- ta, sino por los motivos por las cuales las adopta…motivos personales que, si en un principio…son poco conscientes para el movido por ellos…constituyen la fi losofía original y privativa del pensador.”1 Estos motivos que nos mueven, nos imponen abrir los ojos a la circunstancia en la que nos encontramos como inicio de toda auténtica fi losofía. Hay que asumir la pro- pia historia, anclarse en la vida misma, como inicio de la aventura del pensar, pues como expresaba su maestro José Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo yo a ella no la salvará nadie.” Siguiendo esta premisa, Gaos, que había experimentado en carne propia la guerra civil, el totalitarismo y el destierro de miles de desplazados, se impuso la tarea de elaborar una nueva fi losofía que reclamara y salvara la realidad en la que, no sólo él, sino cada vez un mayor número de personas, se veía involucrada: la del exilio: “La experiencia de la emigración, del destierro es, 1 Se refi ere a Samuel Ramos en un artículo publicado el 15 de agosto de 1940 titulado “Hacia un nuevo humanismo.” 7 8 Andrea Luquín Calvo sin duda, una de las más importantes, de las más decisivas”, nos cuenta Gaos, “Nada tan explicable, pues, como que esta experiencia haya hecho que a todos, seguramente, cuantos hemos pasado por ella, se nos hayan ocurrido muchas ideas e ideas relativa- mente importantes y decisivas. La que quizás no se haya ocurrido igualmente a todos, es la de reunirlas y sistematizarlas…”2 Gaos se propone así crear un pensamiento que no puede, ni debe apartarse de las circunstancias que había vivido. El motivo que mueve su fi losofía no es más que su propio exilio, a través de la toma de conciencia de una razón que tiene que ser res- catada ante el asenso del pensamiento totalitario capaz de desplazar a miles de seres humanos para convertirlos en refugiados, en exiliados. Seres sin ubicación geográfi ca, sin patria, que se convertían, para la pensadora Hanna Arendt, en el signo de nuestra época. Por ello, ante la quiebra de la razón que signifi ca el abandono de los seres hu- manos en el destierro, el pensamiento debe luchar por recuperarse, haciendo una revi- sión profunda de su constitución. En este sentido, nos dice Gaos, la fi losofía posterior a la decepción de un pensamiento capaz de destruir a los seres humanos ya no es sin más fi losofía, sino fi losofía de la fi losofía, que plantea una reforma del pensamien- to como el único camino posible “a estas alturas de la historia”3 como conciencia de crisis, como pensamiento que no puede de dejar de replantearse su propia existencia y estructuras. La fi losofía de la fi losofía conduce no a una disciplina fi losófi ca más, sino al cuestionamiento de la propia fi losofía, del propio pensamiento, partiendo de lo único que se tiene: su historia, nuestra propia historia: “Mi fi losofía de la fi loso- fía”, escribe, “concluye que la fi losofía empezó por ser idea del mundo rehecha por la razón personal, para rehacer la vida colectiva… Mi fi losofía debe ser, pues, un re- hacer la idea de mi vida personal y de la vida de mi colectividad, comprendiendo la idea del mundo, por mi razón. Ateniéndome exclusivamente a lo radical: un rehacer por mi razón la idea de mí mismo.”4 Así, no es de extrañar que Gaos identifi que al pensamiento (la fi losofía) y su pro- pia vida, cuyas circunstancias entrelazadas debía de salvar, para salvarse a sí mismo. La fi losofía, si quiere ser auténtica, debe ser autobiografía, verdad personal. Por ello es que la metafísica, según el fi lósofo, aunque no nos enseña nada científi camente ver- dadero de sus objetos, no puede dejar de mostrarnos al sujeto que la hace, en su lucha y voluntad por explicarse, por salvarse. Es así que ante el abandono de los discursos que nos daban sentido, Gaos constituye al yo como la única garantía posible frente a la irrealidad de una realidad que, como afi rmó Adorno no debería de haber sido ser posible: la realidad del exilio, de la guerra y la destrucción. No es de extrañar, en este sentido, que Confesiones Profesionales sea uno de los textos más importantes del fi lósofo español. Se trata de una revisión de su propia vida, de la voluntad que le ha hecho sobreponerse y resistir en medio de la ruina y el desengaño, para encontrar así su propia razón. Al hacerlo, construía una subjetividad que logra mantenerse a fl ote cuando el mundo y el pensamiento es condenado a la inexistencia por el totalitaris- mo, por la sin razón. Así se teje el puente: el énfasis de la obra de Gaos en lo biográ- fi co que da cuenta del yo en medio de una situación histórica, es el primer paso para la “salvación” de la circunstancia humana, la suya propia, la del exilio, la de un errar 2GAOS, Confesiones de Transterrado, pp. 544-558. Tomo VIII, UNAM, México, 1982, p. 544. 3GAOS, Obras Completas, tomo VII, p. 99, UNAM, México, 1987. 4 GAOS, Curso de Metafísica, tomo 2, p. 24. Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca 1993. José Gaos: El Pensamiento del Homo Viator 9 sin paradero posible. Es así que este planteamiento pasará a convertirse en el proyec- to de su pensamiento, en el motivo de su obra, a veces, como el mismo lo señalaba, plenamente conciente, a veces no. LA MANO, EL TIEMPO, LA VOLUNTAD Y LA RESISTENCIA: NOTAS PREVIAS AL HOMO VIATOR Si la conformación del yo es el lugar donde aún podemos encontrar las respuestas que buscamos en medio del desencanto, nuestra refl exión no puede más que desem- bocar, para Gaos, en una antropología. Para formularla, el fi lósofo se percató como la refl exión sobre el ser humano pasa necesariamente por el lenguaje. Nuestra identidad se funda en un hacer y decir ante y con otros, que tiene como producto inmediato la acción y la palabra. Por ello, las obras principalesde Gaos, De la Filosofía y Del Hom- bre, se basan en el intento de explicar los enunciados ontológicos fundamentales por la constitución moral del ser humano y en desarrollar una teoría de la subjetividad a través de lo enunciado. Había que entender así, a través del sujeto que construye, en sus actos y en su enunciación, al mundo. El hincapié que realiza el fi lósofo al desentrañar el acto de enunciación y lo enun- ciado, que origina el sentido y la conquista de la identidad, conlleva una característica del ser humano: El tiempo. La temporalidad humana se genera por medio justamen- te de la presencia a sí mismo y al mundo que el acto de enunciación hace posible. El fi lósofo estableció en este sentido su ensayo Dos exclusivas del hombre, las cuales están constituidas por la mano y el tiempo. No son las únicas, nos dice el fi lósofo, sino que son los dos extremos entre los cuales se desarrollan todas las demás notas fundamentales del ser humano. En primer lugar, la mano, hace referencia a la mano humana que construye, al pulgar oponible del HHHooommmooo FFFaaabbbeeerrr qquuee ppeerrmmiittee llaa ccoonnssttrruucc-- ción de la acción humana en el espacio. El tiempo, la otra exclusiva, refi ere a como si bien todos los seres pueden vivir en el tiempo, sólo el ser humano es capaz de vi- vir el tiempo, es decir, es capaz de captar presente, pasado y futuro, el fl uir del futuro hacia el presente (proyectarse) y del pasado hacia el presente en lo enunciado. Al vi- vir el tiempo de esta manera captamos no sólo la radical historicidad de la naturale- za humana, sino que también descubrimos nuestra propia vida limitada,5 la fugacidad de todas las cosas, que lleva a señalar al pensador como la existencia se revela “entre dos inexistencias y existir es rehacerse en cada instante, re existir, es decir resistir.”6 Esta circunstancia resulta en otra característica, además de la histórica, especifi ca de la existencia temporal del ser humano: la de la voluntad que resiste, que se opone y combate a su desaparición o nulifi cación y se impone a través de su acción siempre constante, que lucha por aparecer y manifestarse, por hacer así, historia, por revelar su identidad en el mundo, por rehacerse en medio de la adversidad. Resistencia y vvvooollluuunnntttaaaddd ssoonn llaass nnoottaass ccoonnssttiittuuttiivvaass ddeell sseerr hhuummaannoo qquuee hhaann ssiiddoo amplifi cadas y mostradas en el exilio, pues el exiliado ha sido colocado fuera del tiem- po: vive con un futuro nulifi cado y con su nombre borrado de la historia. En esta cir- cunstancia, no puede más que resistir para colocar de nuevo su voluntad en el espacio, para constituirse nuevamente en un yo visible, que pueda proyectarse en el mundo. 5 GAOS, Orígenes de la fi losofía y de su historia, Xalapa, México, Universidad Veracruzana, 1960, pp. 53-54. 6GAOS, De la Filosofía, p. 340. Las cursivas son mías. 10 Andrea Luquín Calvo Por ello, no es de extrañar que el fi lósofo rastree la voluntad que le hace mantenerse en la fi losofía, en medio del desengaño de la multitud de pensamientos que conforman su historia. Gaos y la fi losofía resisten, por soberbia, por hacer caso a la vocación, a la voluntad que nos inclina a tratar de encontrar sentido al mundo. De esta manera, al contarnos en sus Confesiones su propia historia, Gaos no hace referencia sólo al fi ló- sofo que es, sino a un ser humano concreto, quien ante la realidad vivida descubre el fracaso de su vocación y se ha obstina soberbiamente en ella, en la fe en la razón, re- sistiendo. Un ser humano que resiste, que espera seguir proyectando sus acciones en el tiempo, en la historia y en el mundo, aunque se le niegue, en el exilio, esa posibi- lidad. Gaos nos propone así, desde el exilio, un yo que sólo se actualiza y sobrevive en la voluntad de ser libre, de resistir, para poder seguir actuando y proyectando su ser y su historia en el mundo, en el espacio. Un yo que sólo puede sobrevivir y pro- yectarse si existe como lo que el fi lósofo llamó Homo Viator. EL SER HUMANO COMO HOMO VIATOR En esta voluntad y resistencia, en este proyectarse que concretiza al yo, Gaos mos- tró una exclusiva más del ser humano. Fue la única, junto con la mano y el tiempo que el fi lósofo formuló y que apunta, precisamente, a ese poder actuar: el viajar. Para nuestro pensador, la estructura constitutiva del ser humano está determinada por un carácter dinámico que la hace actuar constantemente,7 en el espacio y en el tiempo, en la urgencia por apropiarse de su existencia. La naturaleza humana es para Gaos “en algún modo y sentido una naturaleza viajera”8 que debe de proyectarse en el espacio y en el tiempo para revelar su identidad, puesto que el sujeto “es un ente abierto, ex- travertido, que tiene fuera de sí las condiciones de su vida, de su ser.”9 El ser humano es así un Homo Viator,10 una “modalidad de la existencia humana, a la que pedimos en parte el secreto de la historia y de la fi losofía.”11 La gran posibilidad de la vida humana como HHHooommmooo VVViiiaaatttooorrr eess uunnaa eexxpprreessiióónn ccoonnss-- tantemente recurrida en la literatura. La Odisea, en donde el sujeto, gracias a su as- tucia dio nombre, en su errar por mares y tierra, al espacio,12 es muestra de ese valor al viajar que otorga la conciencia humana. Es así que toda gran época, nos dice Gaos, comienza precisamente por un viaje,13 por la proyección en el espacio de nuestras ac- ciones que abren nuevas posibilidades de realización. En este sentido, el ser humano siempre “ha sentido que vivir es viajar en un medio impropio…Ha sentido este mun- do, no como tierra fi rme, sino como elemento fl uctuante, y su vida en él como nave- gación…”14 Por ello, la Historia nos muestra a un ser humano que lucha por imponer su voluntad en el mundo, en donde los sujetos proyectan y construyen sus acciones en 7Op. cit., GAOS, Orígenes de la fi losofía y de su historia, p. 45. 8Ibid., p. 44. 9Ibid., pp. 50-51. 10GAOS, Obras completas, volumen XIV. Historia de nuestra idea del mundo, UNAM, México, 1994, p. 681. La lección 8 de esta obra, La idea de la tierra y los viajes, redondea nuestra exposición. 11Op. cit., GAOS, Orígenes de la fi losofía y de su historia, p. 43. 12La Odisea es para Adorno y Horkeimer metáfora de la ordenación del espacio por el sujeto mo- derno. 13Op. cit., GAOS, Orígenes de la fi losofía y de su historia, p. 41. 14Ibid., pp. 55-56.

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