El 2 de agosto del año 2011 fue la fecha que AC, una periodista solitaria extremadamente racional y apática, seleccionó para lanzarse de un alto edificio abandonado, en Usaquén, un barrio de Bogotá. A las 3:00 p.m. caminaba hacia ese lugar con la firme determinación de terminar con su vida, pero cuando llegó al lugar un hombre se lanzó del edificio y cayó frente a ella, contrariando sus objetivos y obligándola a posponer su muerte.
AC se enfurece al leer la carta suicida del sujeto, presentada posteriormente en las noticias, ya que las razones del suicidio le parecen vanas y vacías. Ella se siente ofendida y burlada por su suerte, así que decide crear un mejor escenario, una despedida sublime, una carta suicida magnífica. Para llevar a cabo su proyecto se sumerge en el arte suicida y va evocando en el cine, la literatura y la música los suicidios más impactantes de la historia.
En su búsqueda, AC se encuentra con una mujer que le hace dudar de sus intenciones, y poco a poco sus sentimientos contrariados de amor y autodestrucción la llevan a vivir situaciones inimaginables. En medio de muchas historias y muertes, cercanas y lejanas, AC se encuentra entre el mundo bogotano y los paisajes cundiboyacences, describiendo escenarios y personajes de la gente del común, de una cultura violenta y sensible, despreciando a su familia tradicionalista, y poniendo en relieve sus demonios más ocultos y sus sentimientos más tranquilos.