Sage Wilkins no tenía idea de que tenía superpoderes secretos hasta que perdió los estribos y casi destruye la casa de su familia. Después de una semana huyendo con esta maldición fuera de control, ha comenzado a preguntarse si no sería más seguro si él no existiera.
Gideon Ward pensó que tener un superpoder secreto era genial cuando era niño. Ahora, es una de esas cosas. Pero incluso un regalo asombroso parece inútil cuando no hay ningún villano contra quien luchar, ningún mal que deshacer. Para lo que más lo usa es para reducir la inflamación en sus clientes peludos en la clínica veterinaria. No puede evitar preguntarse si alguna vez será aceptado como algo más que el niño extraño que Caspar y Theo adoptaron hace diez años.
Es una casualidad cuando Gideon es el que ayuda a rescatar a Sage... ¿o no? Cuando uno de tus papás puede ver el futuro, nunca se sabe realmente. Alguien tiene que enseñarle a Sage a controlar su poder y ese alguien resulta ser Gideon. Pero Sage no es el único que tiene algo que aprender. Antes de que Gideon pueda encontrar la aceptación en su comunidad, primero debe aprender a aceptarse a sí mismo y a encontrar alegría en la magia que ya existe dentro de él.