Grace Carlyle no podía imaginarse que buscando a su hermano perdido acabaría descubriendo un mundo secreto poblado por monstruos mitológicos, ni enfrentándose con un guerrero dragón que superaba en atractivo a cualquier ser mortal.
Pero allí estaba, Darius Kragin, miembro de una raza de guerreros consagrada a custodiar los portales de Atlantis, así como a matar a cualquier viajero que atravesara la frontera.
En aquel momento, la vida de Grace estaba en sus manos, y Darius tenía que elegir entre su juramento y la mujer que había logrado abatir sus defensas y robarle el corazón al dragón más feroz de Atlantis.
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