¿Quién necesita una media naranja teniendo un kilo de chocolate?
Lucas es un arquitecto de éxito que ha recorrido medio mundo realizando megaconstrucciones, aunque ya está cansado de viajar y de amanecer cada día en una ciudad diferente. Necesita echar raíces y encontrar un lugar al que pertenecer.
Amaya es una mujer de treinta y cuatro años que siempre ha tenido mala suerte con los hombres, debido a su necesidad de sentirse querida, lo que la hace acabar en brazos de aprovechados e interesados. Por eso, tras su última ruptura, promete aprender de las experiencias y pensárselo dos veces antes de volver a enamorarse.
Ambos se conocen en una cena de unos amigos comunes y, tras ese encuentro, Amaya se descubre atraída por Lucas de una forma que nunca había experimentado. Lucas, aunque en un principio solo siente curiosidad por esa chica de mirada triste, por su forma de hablar, de comportarse y de reaccionar, acaba pensando en ella a menudo.
Cuando se reencuentran después de unos meses y Lucas está ya asentado en Madrid, él acepta que lo que quiere con Amaya va más allá de la amistad. Ella presiente que Lucas no es como los demás y decide darle una oportunidad a su corazón.
Sin embargo, hay cosas que escapan al control de ambos, y aunque él promete darlo todo para ganarse su confianza, ella se niega a oír lo que le grita su corazón.