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Revista chilena de historia y geografía PDF

503 Pages·2012·58.38 MB·Spanish
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ftáo III.—Tomo VI 2.» Trini, de 1913 Núm. 10 CHILÉMft REVISTO DE HISTORIA y QEOQRRFÍñ PÜBLICRCIÓN TRIMESTRAL Órgano de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía SUMARIO aÁ Pies. rzMIZ,Crescente.—LaCrónicade1810. Arl. VIII. ElProceso...' Do!n,ttJaogsrVéaidMaelan,rEíeannBri1qe8urgeUk.—n..zL.a.bL,Juntade..G...o..b.i..e!r.n...:o....:.d..,¿e.i...1.8.1.,0...y..\,s,•u.....a:..n..'..t.e....'-.•. 2198 Thayer Ojeda, Tomás.—Jü Doctordon Fernando Antoniodeloa Ríos, FReíornsa..n..d,a A,ntonio.d..e.:l.o..s,.—Varias novedades aco.n.-.tecidas:.e..n. . 32 estaciudad,lasquecorrendesdeelaño de1765 34 Cartadel Utmo.Señor Obispo de SantiagodonJoséSantiagoRo dríguezZorrilla adon José AlejoEyzaguirre '.:...*■„*.....> AJtUNMEQüi Solar,Domingo.—Bosquejo Históricodela.Literatu- ';■'-raChilena '. :.,.....: .-.' 106 VicuSa Mackenna, /;.—KlcapitánPaddockysusvictimas en Val PapelepsadraeísdooñaJavieradeCarre,ra ..I.....: ...'...,".?:-„.'.'. J.' 1)6386 Pristo,LuisFrancisco.—DonHernandodeSantillán .........' 190 Sánchez, PedroO.—Cartasgeográficas-deldesierto de Atacama.. 198 EafEuo,Juan Luis.—La.provincia,,cíeCuyoinvadidaporlosindios K"no,,c'heen,1W65a8lt.e..r:.—Observa..c..i.o:nes a u.■n...-a.•i-t:»e'mpestad'en Sa,n Catr.l.o..s. BertradnedA, Aneleajda.n.d'.r'o—C;•-h,■i■leenelCo■■n-■g■r,•esoGeográf'i.c.■o..'d...e.■.R..:o,:m. a 226 Edwards, Alberto; Montkbruno, Julio;.Fuenzalida, José da C; OficinadeMensuradeTierras.—MapaEscolardeChile.... 246 Emeth,Omer.—ElLibrode puentas deunNegreroen1621.- ,', 274 HumosBOGutiérrez, Ramón.—Le.BatalladeSanCarlos 287 Edwards,Alberto,—Apuntesparaelestudiodelaorganizaciónpo líticadeChile. III. O'Higgins y el ensayo de la dictadura militar... '.......:.....' ; ..'............... 307 Amberoa,Fray Jerónimo.—SepulturasdeCajas(cistes) 840 Medina, José Toribio.—El'viajedeErcilla al EstrechodeMaga llanes... ', : 348 Acostixi, Alberto X. /><■.—Como se escaló la cumbre del Monte ' Olivia BCiabvlaiodgar,aFfíraanwcis.c.,.o.../.,—Chil.o:éil:o..s. Chilotes...,...■,......■.■-.:....\.".:1.t:...: ......,...'.. 446076 ActasdelaSociedadChilenadeHistoriayGeografía. 478 Imprenta Universitaria Bandera130 '«i. 1913 COLABORADORES hasta el presente número Agostini, Alberto De Latcham, RicardoE. Amunátegui Solar, Domingo Laval, Ramón A. Ballivián, M. V. Lizana, Desiderio Barahona Veua, Clemente Machado,MiguelR. Berthling Hans Magallanes, Manuel M. Bertrand, Alejandro Matus Z., Leotardo Blanchard-Chessi, Enrique Matta Vial,Enrique Cabrera, Arturo Mardones, Francisco Cañas Pinochet, Alejandro Medina,JoséToribio Cavada, Francisco J. Molina,Evaristo Cumming, Alberto Molinare, Nicanor de la Cruz, Ernesto MontanerBello,Ricardo DíazMeza,Aurelio Montebruno,Julio EcheverríayReyes, Aníbal deMontessusde Ballore, F. Edwards,Alberto Oyarzún, Aureliano Encina, Francisco A. Posnansky,Arthur Espejo,JuanLuis PeñaMunizaga,Nicolás Espinosa,AurelioM. Prieto, LuisFrancisco Errázuriz,Crescente Porter, CarlosE. Fonck, Francisco Ramírez, Tomás A. Fuenzalida, José delC. RisoPatrón, Luis Gajardo Reyes,Ismael Ristenpart, F.W. GaldAMes,Luis Santa Cruz,Joaquín García Huidobro,Elias Silva Vildósola, Carlos (íatica Martínez, Tomás ThayerOjeda,Tomás Gómez García, Agustín Uhle, Max Guevara, Tomás VaIsse, Emilio(OmerEmeth) Hanssen, Federico VAldés Vergara, Francisco HÜBNERBEZANILLA, Jorge Varas Velásquez,Miguel Huidobro Gutiérrez, Ramón Vicuña Cifuentes;Julio Knoche, Walter Villanueva, Carlos E. Lagos,P. Roberto CONCURSO LaSociedad Chilena deHistoriay Geografíahaacordadoabrir unconcursoparacelebrarel4.°centenario del descubrimiento del Mar del SurporVasco Núñez deBalboa.. El temadelcertamenserá un estudio deconjunto sobre los grandes navegantes delMardel Suren el.siglo XVIo una monografíasobreuno o más deesos mismos navegantes. Los trabajosdeberánentregarseescritosamáquina en la Secretaría delaSociedadantesdel 1.°deAgosto de 1913. Sólose aceptarán traba josescritos en castellano. Deberán estarfirmadoscon un pseudónimoy acompañados deunsobrecerrado, en cuyacubiertase escribiráeltítulo deltrabajo yelpseudónimo. Enelinteriordel sobre seindicaráelnom bre delautor. Lostrabajosseránjuzgados por una comisión compuesta detresmiembros, designadaporlaJuntadeAdministración delaSocie dadChilenadeHistoriayGeografía. El mejortrabajosepublicará en laRevistaysu autor tendrá derecho a una edición de quinientos ejemplares. LaComisiónpodráacordar la publicación de otro ú otros trabajosen laRevista. NOTA LaDireccióndela Revistanose hace responsable de las ideasque emitanlos autoras en susescritos. "- '.; ^¿rilii^'.y-^'-- . ■Á . *< ■I ■3 REVISTA CHILEMR DE HISTORIñ Y GEOGRñFÍR :'-yy^ "■<~!f~<L.t i REVISTA CHILENA DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA ÓRGANO DE LA SOCIEDAD CHILENA DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA TOMO VI Santiago de Chile IMPRENTA UNIVERSITARIA Bandera 130 1913 flño III. Tomo VI. 2.° trimestre de 1913. JT* 10 REVISTA CHILENA DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA La Crónica de 1810 Artículo VIII EL PROCESO Conocemos la franqueza de don Juan Antonio Ovalle para expresar sus opiniones. Desde el momento que Gar cía Carrasco se resolvió a perseguirlo por ellas, le era fa cilísimo encontrar pretextos. Hallábase en esos días Ovalle en los baños de Cauque nes y allí mismo comenzó la historia de su prisión. Según . dice el auto cabeza de proceso, se empeñaba «con dema- » siada desenvoltura y procacidad, por todos los medios » posibles, en difundiry sugerir la especie de que toda la » suerte y felicidad de este reino consiste en sacudir el » yugo de la fidelidad y vasallaje, y adoptar la idea de » una absoluta independencia». Para fundar esta acusación, cuyo valor podemos apre ciar por lo que se ha visto en el artículo precedente, co menzó García Carrasco a interrogar a muchos testigos en Santiago y en Eancagua. En Santiago los interrogaba él mismo acompañado del escribano Meneses; este último fué a Eancagua a interrogar a los otros. Don Juan Francisco Meneses, hijo de una distinguida familia chilena, había adquirido grande influencia sobre 6 crescente eerázuriz el Presidente, y era, según todas las probabilidades, el que le aconsejaba que entrase por el camino de la vio lencia. Hé aquí como pinta el señor Amunátegui el carácter de Meneses: «Don Juan Francisco tenía, como su padre, el título de » abogado; pero si hubiera vivido en el siglo XVI o en el » XVII, seguramente habría sido capitán, como varios de » sus antepasados, y es probable que no se hubiera dis- » tinguido por la suavidad con los indígenas. «Su carácter era duro y batallador. «Se preciaba de hombre enérgico, que no se enredaba » en las telarañas de las consideraciones humanas cuando » se proponía llegar a cierto término. «Don Juan Francisco Meneses tenía una afición decidi- y» da a las providencias rigurosas y aún violentas. «Pensaba que los gobiernos deben imponer, antes que » todo, el respeto más sumiso Unidas a estas cualidades un sincero amor al régimen y a la causa de la colonia, y una inteligencia distinguida, se comprende que Meneses llegara a dominar a García Carrasco; y se comprende también que la dominación de un hombre, que no contaba la prudencia entre las más necesarias cualidades del mandatario, fuera fatal a la cau sa que defendía en aquellos dificilísimos momentos. Poco se adelantaba en el proceso de Ovalle seguido con el más profundo secreto: no erafácil tergiversar opiniones que todo Santiago conocía y respetaba. Sin embargo, no faltó un testigo que hablara de cons piración y que dijera que el foco de ella se encontraba en casa de don José Antonio Rojas, en donde éste recibía a Ovalle y al doctor don Bernardo de Vera. Y eso bastó LA CRÓNICA DE 1810 7 para que las dos personas que acabamos de nombrar se vieran también enredadas en el sumario, que desde en tonces se siguió contra los tres. Hemos hablado largamente de Rojas y de Ovalle; no podemos hacer otro tanto con Vera, porque en aquella época era un joven de 30 años que, si bien se distinguía por su talento, no podía aspirar todavía a la influencia de sus ancianos compañeros. Don Bernardo de Vera, nacido en Santa Fe en 1780, vino de las provincias argentinas a la edad de 19 años, el de 1799, acompañando a su tío po lítico el Presidente de Chile don Joaquin del Pino. Cuan do éste pasó a ocupar el virreinato de Buenos Aires, Vera no quiso seguirlo. A lo mucho que podía prometerse de tan alta protección antepuso el cariño a Chile, que ya era y fué siempre su patria adoptiva. Había hecho con brillo sus estudios en las Universida des de Córdoba y de Santiago y era justamente reputado uno de los abogados más notables de Chile. Se había dado al propio tiempo al cultivo de las letras; escribía con faci lidad en prosa y en verso; se hacía notar por su carácter amable y generoso, y se encontraba relacionado con la mejor sociedad de Santiago, a la cual pertenecía por su familia. El señor Amunátegui muestra la futileza de los cargos que resultaron contra los tres acusados de la sumaria le vantada: Habían dicho que la España estaba perdida: también lo decían las noticias que diariamente llegaban. Habían mostrado alegría por esos sucesos; pero ¿podía castigar la ley semejante cosa? Censuraban el régimen colonial: antes que ellos lo había censurado y condenado la Junta Central Española. 8 CRESCENTE ERRÁZURIZ Hablaban de independencia; pero García Carrasco y todos sabían en qué sentido hablaba de ella Ovalle y los que seguían su opinión. Y a la futileza de los cargos se añadía la futileza de la prueba. Resuelto elPresidente a atropellado todo por hacer un escarmiento, publicó el 24 de Mayo un bando en que, después de insistir sobre la gravedad del delito que co metían cuantos censuraban al gobierno español o habla ban de independencia, los amenazaba con las más severas penas y les advertía que para los delitos de lesa majestad las leyes declaraban suficiente «cualquiera prueba menos idónea». Estas palabras casi equivalían a reconocer la inocencia de los hombres a quienes al día siguiente iba a reducir a prisión. El 25 de Mayo a las siete de la noche fueron sacados de sus casas y llevados al cuartel de San Pablo, donde quedaron en estricta incomunicación y con centinela de vista, los señores don José Antonio de Rojas, don Juan Antonio Ovalle y don Bernardo de Vera. Apenas ejecutada la prisión, García Carrasco reunió la Audiencia, y lecomunicó el sumario; losOidores aprobaron sin reserva lo hecho, determinaron que los reos fueran esa misma noche a Valparaíso y de ahí a Lima, mientras se les seguía en Chile su causa, y comisionaron a tres de ellos para que pasasen cada uno a casa de un reo a ins peccionar sus papeles. La inspección fué infructuosa en casa de Ovalle y de Vera; en la de Rojas se encontraron sólo algunas cartas en que se manifestaba satisfacciónpor las desgracias de los ejércitos españoles. Asombra que hombres honorables e ilustrados, como los que componían la Audiencia, se atrevieran a autorizar LA CRÓNICA DE 1810 9 las resoluciones mencionadas, eD las cuales sin prueba y sin delito se comenzaba por desterrar a los acusados, se les imponía gravísimo castigo antes de juzgarlos y se les colocaba en la imposibilidad de defenderse. Los prisioneros,aquienesalas once delanoche se había llevado una mala cama, fueron notificados a las doce de que debían salir inmediatamente para Valparaíso, y a las dos de la mañana del 26 se pusieron en camino a caballo y custodiados por catorce dragones al mando del sarjento mayor don Juan de Dios Vial. Llegaron el 29 a Valpa raíso y en el acto fueron embarcados en la Astrea, que pronto debía zarpar para el Perú. Parécenos característicalamaneracomo el maestro Ova lle refiere su prisión,en un memorial que inmediatamente dirigió a la Audiencia desde el barco. Se ven retratadas en esas líneas la calma y frialdad con que recibió la noti cia y sorportó los padecimientosconsiguientes a la prisión y al incómodo viaje a que se le sometió, calma que mani fiesta hasta en los pormenores en que se fija. «A las once de la noche, se me llevó un colchón con ropa de cama, liado con una soga,sin comprender por qué razón no se puso en un almofrej que estaba a la mano,por cuya falta fué necesario tenderlo en el suelo,yresignarme con lo que había; y habiéndome acostado a las doce,entró poco después elComandantedel cuartel don Miguel Bena vente a notificarme de orden del capitán general que me preparase para montar a caballo y salir. A que le con testé únicamente que sentía no me lo hubiera dicho poco antes, porque en ese caso hubiera ahorrado el trabajo de desnudarme y volverme a vestir, como lo hice inmedia tamente; y tuve que esperar más de una hora, dando a presencia del centinela de vista paseos fuertes para entrar

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traordinario del Rey. SEPTIEMBRE. 17. Fallecieron el Padre Fray Agustín Ramírez, del orden de mi Padre San Agustín y el gallego Francisco, que servía a Cipriano Riveros. OCTUBRE. 1.° Llegó el propio de Buenos Aires de aviso de Espa ña, por la tarde. 2. Falleció don Agustín Gallegos.
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