REFLEXIONES SOBRE LA HISTORIA Y SOBRE EL METODO DE LA INVESTIGACION HISTORICA © 1977 by Federico Suárez © 1987 de la presente edición, by EDICIONES RIALP, S. A. Claudio Coello, 16. 28001 MADRID ISBN: 84-321-1917-2 Depósito legal: M. 40.848-1987 Impreso en España - Printed in Spain Anzos, S. A. - Fuenlabrada (Madrid) INDICE Págs. Preámbulo ................................................................................. 9 I. Sobre la terminología ............................. 13 II. Sobre el carácter de la historia ................ 27 III. Sobre el método ........................................................ 49 IV. Sobre el objeto de la historia..................... 82 V. Sobre la finalidad de la historia ............... 118 VI. Sobre la objetividad del conocimiento his tórico ... .................................................. 131 VIL Sobre el tema de la investigación ............... 147 VIII. Sobre el punto de partida................................. 157 IX. Sobre las fuentes y el sentido crítico ... 169 X. Sobre los hechos históricos ...................... 188 XI. Sobre la elaboración y la exposición ......... 200 XII. Sobre la interpretación histórica ............... 217 XIII. Sobre el sentido de la historia.................... 234 Indice de autores .................................................................. 253 PREAMBULO Hace casi medio siglo que R. G. Collingwood escri bió que «lo que la historia sea, de qué trata, cómo procede y para qué sirve son cuestiones que, hasta cierto punto, serían contestadas de diferente mane ra por diferentes personas». Una somera ojeada a los libros que se han ocupado de este tipo de cuestiones basta para confirmar que, en efecto, diferentes per sonas han manifestado opiniones diferentes sobre los mismos temas. También escribió Collingwood que tales cuestiones sobre la naturaleza, objeto, método y valor de la historia tenían que ser resueltas por quienes fuesen, a la vez, historiadores y filósofos; pero esto ya no está tan claro. Probablemente estos problemas se se guirán debatiendo durante años y años, aunque una y otra vez sean tratados por historiadores filósofos o por filósofos historiadores, y es muy dudoso que al gún día lleguen a resolverse a gusto de todos. En los treinta o cuarenta últimos años, y desde 10 PREAMBULO dos o tres direcciones diversas, se ha venido postu lando una nueva historia, distinta, al parecer, de la que se venía haciendo hasta ahora (y para la que se ha reservado el apelativo genérico de «historia tradicional») y —según se pretende— más científica y profunda. Esta nueva historia implica un determi nado modo de pronunciarse acerca de la naturaleza, carácter, objeto, contenido, método y valor de la his toria, toda vez que su aspiración a sustituir a la historia tradicional debía contar con algún funda mento. Las reflexiones que constituyen este ensayo no in tentan otra cosa que examinar este fundamento y exponer algunas observaciones sobre el método de la investigación histórica, basadas más en la expe riencia que en teorías. Con ello queda dicho que no se trata de hacer una introducción a los estudios históricos, y menos aún de la pretensión (temeraria, sin duda) de resolver ninguna de las cuestiones plan teadas en el campo de la teoría de la historia. Lo que se expone no son dogmas, sino tan sólo opinio nes personales, y por tanto discutibles, lo cual no quiere decir de ninguna manera que sean infunda das. Por el contrario, he procurado tomar en consi deración lo que otros han dicho y argumentar mi punto de vista lo mejor que he sabido. Y también mostrar que, para un historiador me dianamente crítico, existen serias dificultades para aceptar el torrente de afirmaciones sin prueba que con tanta facilidad se vienen haciendo acerca de lo que la historia debe o no debe ser, de lo que la historia tiene o no tiene que hacer para ser «cien tífica», o «profunda», o poderse integrar en el área de las ciencias sociales. F. S. Descubrí por comparación que la verdad era más interesante y hermosa que la ficción. Me desvié de ésta y de cidí evitar toda invención e imagina ción en mi trabajo y sujetarme a los hechos. L. von Ranke El investigador ha de anteponer lo poco que somos capaces de hacer a lo mucho que somos capaces de recibir; va hacia la especialización científica, no hacia la amplitud cultural. José M? Albareda Insufrible necio el que quiere regu lar todo objeto por su concepto. Baltasar Gracián I. SOBRE LA TERMINOLOGIA En un debate sobre Dialéctica marxista y pen samiento estructural, organizado en 1967 por los «Cahiers du Centre d’Études Socialistes», y en la discusión subsiguiente a las ponencias sobre el mé todo histórico y el historicismo, Andró Akoun decía en su intervención a los ponentes las siguientes pa labras: «Ustedes no definen lo que es abstracto y lo que es concreto, ni distinguen entre verdad prác tica y teórica, y como no definen esas nociones, no se sabe en absoluto qué es lo que se quiere decir. Se puede estar o no de acuerdo, pero como esos conceptos no están definidos y se puede poner en ellos todo lo que se quiera, puesto que unos se determinan en relación con los otros, es algo que no significa nada»'. 1 Althusser, método histórico e historicismo (Barce lona, 1972) 49. La ponencia sobre el Método histórico fue de Pierre Vilar, y la del Historicismo, de Boris Fraenkel. Ambas giraron en tomo a ciertas cuestiones