Fernando González Santos 2 No habré vivido en vano Fernando González Santos No habré vivido en vano 3 Fernando González Santos González Santos, Fernando. No habré vivido en vano / Fernando González Santos. -- Bogotá : Editorial Oveja Negra, 2019. 150 páginas ; 16 X 23 cm. ISBN 978-958-06-1421-0 1. Garzón, Jaime, 1960-1999 - Novela 2. Garzón, Jaime, 1960-1999 - Pensamiento político y social - Novela. 3. Novela colombiana 4. Justicia - Novela 5. Imaginación - Novela. I. Tít. Co863.6 cd 22 ed. A1639293 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcial, ni registrada, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, de ninguna forma ni por ningún medio, sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso escrito del autor o de la Editorial. 1ª edición: Agosto de 2019 © Fernando González Santos, 2019 [email protected] © Fotografía de portada, 2019 Carlos Duque, donada a Marisol Garzón. Archivo particular. © Diseño de la portada, 2019 Diego Martínez Celis © Editorial La Oveja Negra Ltda, 2019 [email protected] Cra. 14 Nº 47 – 39 Of. 205 Bogotá, Colombia Preparación Editorial y Diseño: Lady Tatiana Olarte © Controversia Editorial, 2019 Impreso por Impreso en Colombia – Printed in Colombia ISBN: 978-958-06-1421-0 4 No habré vivido en vano Un lugar en la memoria de Jaime Garzón 5 Fernando González Santos Estimado público, en contados instantes daremos inicio a la tragi- comedia más asombrosa de todos los tiempos. Tomen sus libretos y escojan su respectivo personaje. Voces de todas las épocas, de to- dos los pueblos, de todos los tonos. Voces conocidas y desconocidas. Voces dormidas e insomnes. Voces que mienten y desmienten. Voces de sobrevivientes y difuntos. Todas, todas las voces, emergerán desde cualquier lugar de la vía láctea. Pero no se dejen confundir, la verdad es una sola y ustedes se encuentran aquí en calidad de testigos y de autores materiales e intelectuales. La historia que presenciaremos no tiene un final triste ni feliz, sino sencillamente, enigmático: morirán, literal y crudamente, de la risa. Hoy es un día muy especial, el señor Jaime Garzón ha confirmado su presencia, ya se halla entre la multitud. Cuando menos lo esperen hará su aparición. Bienvenidos a la mayor desinformación de Colombia y el mundo. 6 No habré vivido en vano 1. −Buenas noches, Edificio Nueva Granada, le habla Marcos Elías. ¿A quién necesita? Y ¿cómo de parte de quién o qué? No, aquí no co- nocemos a ningún Garzón. Sí hubo un Angelito Garzón, que fue vice- ministro, pero hace rato, cuando no se había desplomado el antiguo Edificio Colombia; por estos lados no volvió. Y el del dueto Garzón y Collazos, que cantaba: “No me den trago extranjero que es feo y no sabe a bueno”. ¡Ah, tiempos aquellos! “Qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano”. ¿A usted le tocó esa época? O ¿usted luego de qué época es? Porque yo no lo veo ni en la lista de visitantes autori- zados. Tal vez en las listas de otros años. Aquí donde me ve, en este teléfono fijo, yo solo recibo mensajes de personal acreditado. Por eso me parece raro que usted tenga el número. Claro, se nota que llama de larga distancia, se oye como medio chuzado. Chuzadas, las que hace Inteligencia a los periodistas y a los de la oposición. Pero el país que me dice tampoco está en la lista. Yo comienzo de abajo y voy subiendo pa´ memorizar; por la V de Vene- zuela y luego la P de Palestina, esos sí están en la lista de visitantes especiales de la Nueva Granada. No es que vengan al edificio, pero los nombran a cada rato en las cartas que envían a otros lados. El reglamento es muy claro: acreditados son los que llevan su carnet y entran sin problema; autorizados son los que pueden ingresar bajo la responsabilidad de algún propietario; y para los especiales hay res- tricción total. Ni pa´ qué le cuento de los bienaventurados. 7 Fernando González Santos ¿Qué dice? No señor, ¿cómo le voy a pasar a don Clínico Karma? Él es muy serio en sus cosas; le tiene arrendado el edifico al presidente, pero don Clínico es con quien uno arregla todo. Para qué intermedia- rios, sí señor, yo lo entiendo. Pero, ¿qué le voy a decir? ¿Que un tal Garzón…? Perdón, ¿cómo es que es su nombre? Eso, ¿que un tal Jaime Garzón lo necesita? Me manda pa´ la porra. ¿Alguna vez le hablaron de la porra? Pues el mango del bastón antiguo de los soldados de antes; el famoso bastón se llevaba a un lugar alejado del campamento militar y allá conducían al castigado. Leí eso una vez que dejaron un manual de instrucciones para el mantenimiento del edificio en portería; como a media noche uno busca con qué distraerse me dio por leer. ¡Uy! Dicen que los castigos son terribles. ¿Se imagina si a uno, ahora, lo mandan pa´ la porra? Me disculpará, señor Garzón, pero es que va a comenzar el noticiario, ya prensa está golpeando a la puerta; debe- mos estar pendientes porque algo raro está pasando. 2. En directo Robinson Crusoe de Francisco, su viejo corresponsal, transmitiendo para Zoorealidad. ¡Atención! ¡Noticia de última hora! Parece ser que seres de otro mundo andan merodeando nuestro mag- nánimo planeta; bueno, nuestro es mucho decir, el planeta llamado Tierra y que ahora es un tierrero. Según fuentes confiables, aquellos seres se hacen pasar por personajes que habitaron en otros tiempos, si es que otros tiempos hemos tenido. Para más información sobre el tiempo consulte con el IDEAM el pronóstico meteorológico. Aquí entre nos, no hay que confiarse demasiado, especialmente si salen con que “cielo despejado”. En realidad, el IDEAM solo acierta cuando anuncia que amanecerá completamente nublado, que habrá tormentas, rayos y centellas. Ampliaremos esta y otras noticias desde el lugar de los hechos. Sigan ustedes en estudio. 8 No habré vivido en vano 3. –Doctor Clínico Karma, está comunicado con un delegado de la institución. ¿Cómo se encuentra usted? −No me estará hablando desde el Edificio Colombia. −Claro que no Doctor. Yo sé que es una conversación confidencial. Y recuerde, doctor, que este Edificio hace rato no se llama así, sino Nueva Granada. −Es que ya no sé ni en qué época vivo, estoy como desvariando. Además, esta gente ya no paga ni el arriendo, andamos endeudados hasta el cogote, ¡caray! Ellos, porque yo no le debo nada a nadie. −Doctor, doctor, discúlpeme, pero no es momento de oratoria. Lamento comunicarle que nos han descubierto. El periodista Jaime Garzón, lo sabe todo. Vino, que por casualidad, al verraco páramo a una de las acciones humanitarias que le da por hacer por los secues- trados y con sus propios ojos se dio cuenta de lo que ocurría. Hasta llamó al edificio a preguntar por su persona. −¿Es que usted se ha vuelto loco o qué? ¡Carajo! No me tome del pelo ¿Aquello no ocurrió hace 20 años? Vaya a echarle cuento a su propia mamacita, mijo, que yo estoy muy ocupado con una rueda de prensa. −Doctor, sí, sé que suena extraño, no sé cómo explicarlo, pero al tal Garzón le dio por volver, la gente en Sumapaz solo habla de su aparición y los más viejos comenzaron a recordar un montón de co- sas que pasaron hace mucho tiempo. Yo tampoco creo en fantasmas, pero que los hay, los hay. −¿Cómo así? ¿Es que acaso estoy tratando con un principiante? −Doctor, pues que estábamos en la vuelta de entregar al secues- trado y preciso llegó Garzón. −No me venga con cuentos chinos, ni me siga hablando del pa- sado. −No, doctor, son cuentos colombianos. Garzón sabe ya que los 9 Fernando González Santos que persiguen a los secuestradores no los persiguen, sino que cobran por los secuestrados. Se habla de una mafia al interior de nuestra institución. Mejor dicho, usted comprende cómo es la cosa. Y en este momento él también. Fue un accidente, doctor. Lo que a mí me pre- ocupa es que se sepa toda la verdad. ¿Y ahora cómo procederemos? −No me lo pregunte. Los manuales son claros. Lea muy bien donde dice que se requiere atacar en caliente y en tiempo presente a los incitadores de cualquier cambio social. Y si con los años persiste el mal, se dará de baja a la verdad en persona. −Doctor Clínico, algo así se nos ha dicho, pero la presión es muy fuerte. Desde el momento en que apareció Garzón, la muchedumbre está alebrestada y no sabemos cómo atajarla. −Vamos a entender qué es el orgullo patrio de una vez por to- das, ¡carajo! Eso de la tan mentada memoria histórica como que nos está sentando mal a todos. Explicaré por partes. Primero: ocurrió un hecho. ¿No es así? Ese hecho lo tienen que recordar tal cual se los hemos relatado desde un comienzo. Segundo: obviamente, saldrán a reclamar la verdad. ¿Cuál verdad? La nuestra. Tercero: es normal que vengan con el tiempo versiones de que nuestros honorables militares estuvieron involucrados, solo por dañar el buen nombre de la institu- ción. Esas habladurías me hacen el favor y las destierran de sus cabe- citas huecas. Por pura lógica, señores, cuando aparecen comentarios dañinos empezamos a dudar del derecho de las cosas y nos dejamos engatusar. Es más, tendemos a confundir el pasado y el presente. Cuál que volvieron seres de otro mundo ni qué ocho cuartos. La ver- dad es una sola y se lleva en la sangre. Ya saben lo que hay que hacer, para eso se les entrenó. Los operativos se coordinarán directamente con el Quebrando Central. Punto. 4. Yo no sé qué hago por aquí, mi madre sí me dijo que esa carrera 10