Description:La noche era cerrada y fría. Una niebla desgajada, hecha jirones, obligaba a los automovilistas que circulaban por la nacional-4 a encender sus faros antiniebla. La ciudad de Nancy quedaba ya atrás, lejos en aquella prolongada cinta asfáltica, húmeda y negra como la misma noche. Un cuidador de la autopista observó a Maurice Oyat con recelo. A los vigilantes les caían muy mal los sujetos que tomaban la autopista por una pista de carreras o acrobacias. Maurice Oyat llevaba bien ajustado un cinturón de seguridad doble, de bandolera y cinturón, y el casco ocultándole el cráneo en su totalidad.