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Los cautiverios de las mujeres/ The Women's Captivity: Madresposas, Monjas, Putas, Presas Y Locas PDF

440 Pages·2005·64.005 MB·Spanish
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Marcela Lagarde y de los Ríos Dirección General de Estudios de Posgrado . Cnntro de investigaciones Interdisciplinarias Los cautiverios do las mujeres: ~ ~~~~.,.:., en Ciencias y Humanidades 1 •. :· . . -. - n1adresposas, monjas, putas, :..,..!:.r\~ presas y locas Programa Universitario de Estudios de Género . ·-·-.¡ ~- ··.;: ·.·'.~·· :·} \ ~/ •//····-:· . · ..... !.n Colec:r.ión Pn;;gradu n:•!n,~. dng('!r, 1!!8/. les tr.x~o.s que !~Omo losis de ~ '''"'':-.t:·ía y doctcrado prc;;~J:W~n. pn::a ohtl:n;:r el grado. los t;lgresados ele lw· '..-:· ..... Pr.,~r.w.as del Sistlmw ( it;ivnrsi!r:ri•) cic í'ü~:;ri!do dt.> la IJI\'!\M. El ::'Ol!julltC' de nlm~s S(;lr.•.:cic>n:~ria!;. adem&s dt: s,, origi!.lidid::Jd, ofrectm :d !~.;ter d trntaminr.lo O(! lt:i~la:; y ¡;,r•Jhlúmit'> de gntP. reloJvanda, C<m· UN!VEKS!DAD NACIO;o,;AL 1\UTÓNOM:\ l.'l~ Ml~XíU) tríl>'lycndo n la comprensión de bs mismos y a la rlifusión riel pensn· mi'mtu uuive¡·sitario. 2005 a • 1;$) ., r Universidad Naciunal Autónoma de México Dr. Juan R~tmón de la Fuente Rector Lic. Enrique del Val Blanco El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, Seantario General persigo la historia de mi miedo. O, más exactarnel#e, Dra. Rosaura Ruiz Gutiérrez la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de Secretaria de Desarrollo Institucional '· su liberación. S~ de veras, tambié11 el miedo puede ser Dr. José J.uis Palacio Prieto ·~ liberado, y en ello se ve que forma paTte de todo y de Director General de Estudios de Posgrado todos los oprimidos. La hija del rey no tiene miedo, Dr. Danid Cazés Menache porque el miedo es debilidad y contra la debilidad sin•e Director del Cnntro de Investigaciones un entrenamiento fé"eo. La loca tiene miedo, está loca de JntATdi:;ciplinarias un Ciencias y Humanidades ) miedo. La cautiva debe tener miedo. La mujer libre Ora. Maria Isabel Belausteguigoitia Rius aprende a apartar sus miedos poco impoTtantes y a no Din~ct<>ra del Programa Universitario de Estudios de Género temer al único gran miedo impoTtante, porque ya no es Lic. Gernrdo Reza Calderón demasiado orgullosa para compartirlo con otras. .. Secretario t\c:adómico de la Dirección General de Estuclios de Posgrado Fómwlas, desde luego. Lic. I.onma Vázquez Rojas Coordinación Editorial Casandra, Chri.tta Woolf ,) ) i i'timem "di,·:c.'>::. • 990 S::g<•nt!a ~<!k:ó.~. 1993 T~r,...,r:o ctli:::ón. H•!l7 C:•arta Cld¡t.i,in. ¿QI)'j 1 D R >€ Marc·,•ls Ulgarde y Jc los R.1.':' Unh·t•il-id<td Naciom!l .A.ut(l·.~,mla rie Mb:icn Cin.!.l,i t•aiversilaria. 0151t' Ct>)'•l,ocán, M6xico. D. ~: lmp:-cso y h!!c.ho en Méxicc ., 1 . ) · Presentación a la primera edición La antropología de las mujeres es un tema que no ha sido tratado ) en nuestro medio académiCo desde una perspectiva científica, con la amplitud, profundidad y creatividad con que se aborda en este texto. Estudios de esta magnitud sólo se han llevado a cabo, hasta . donde yo sé, en algunas universidades n0rteamericanas y euro peas. Necesariamente con una problemática diferente, dadas las perspectivas culturales de esos países. Es por ello que el estudio antropológico de la condición femenina es w1a contribución cien ) tífica, que viene a llenar una laguna en los estudíos.de género desde !a Antropología. Por esta misma carencia de interpretaciones antropológicas de la mujer, la doctora Lagarde ha debido crear sus propias cate gorías de análisis que vienen a enriquecer los instrumentos epis temológicos de su disciplina. Me refiero en concreto al concepto dP. cautiverio, que denot~· rasgos diferenciaies dentro de ln intcr pr.,tación tradicional de id conwción fdme•t!na de opresión, y en _) esa medida la distir.guen, an s•l espncificidad, de otras opresiones, 1 1 tu!es como la de raz¡¡, grupo marginado, y ottas. El problema st: 1 f•nriquecP, cuando es una mujer la que tr:1ta ¿P. cotnp¡·endcr -en 1 profundidad- su condición C:Jltural. Por tanto,' el rasgo dP. "dis tancia" es pertinente p<.trn guardar h objetividad debida en el anáHsi:> etnolégico. 1 La teoría ÍP-minista abre la nueva pr:rspcciiva de análisis que se hallaba oscure<.:ida por la visión unil:!tcral, pa!riarcal, de sus f objelos de estudio. Mayor riesgo de enm:Jscaramientu surge preci samente de b rt'l~lidad femP.nin<l. La melodoloJ;Ía feminista no sóio intenta davelar una realidad antes ignorada, también tiene el propósito de camh!~rla. Se presenta en esta metodología la posi ;t bilidad de construir un nuevo paradigma que SI! abra en ia cuhura, Clrgado de posibilidades IP.órir.as y prác;ticas, para supr.rar -en :>------~.- ~ ~~~~====~----------i=,;l-==~--~--~·~:a~~------·------9, ----- .. . j este caso- los CAUTIVEJUOS femeninos tradicionales, vividos por las mujeres, que la autora reconoce, describe, analiza y propo ne su erosión. A Valeria y a todas con sororidad Otro valor de este texto es que no pretende caer en los viejos A mi amado Danielo mitos del descubrimiento de "lo mexicano", ahora en la condición femenina. Se trata de un camino, como señala la autora: de "construcción de una teoría" histórica que permita aproximacio nes a las mujeres reales, plantear problemas y dudas y formular nuevas teorías. Se crean así los prolegómenos de una visión histórica enriquecida. Porque no se parte de cero, se integran c:rcativamente los avances culturales, las disoiplinas pertinentes, Presentación de la segunda edición por ejemplo, aspectos de la teoría gramsciana que convergen eo un oje: la visión feminista. Si lo anterior demuestra la originalidad del tratamiento del toma y de la metodología utilizada, otro acierto más es el propósito que yo considero central en esta investigación: desarticular la Terminé de escribir este libro en 1968, y con su versión original creación cultural histórica de las mujeres, que da razón de sus presenté mi examen de doctorado en septiembre de 1989. Integra opciones ac:luales de vida, de sus diferencias y semejanzas, en el mos.1ico cultural del país. Para este propósito se siguen dos ejes de ron mi jurado Gracicla Hierro, Sol Arguedas, Roger Bartra, Alfredo análisis: el sexo y el poder que estructurnn el sujeto femenino y López Austin y Pilar Gonzalbo, quienes pacientemente discutie que impiden. en la condición actual, su autonomía. Se parte de la ron conmigo durante cuatro l;1rgas horas y me otorgaron la califi experiencia vivida traducida a conocimiento, elaboración teórica cación máxima. Un ·par de meses después, otro jurado me hizo y sabiduría. llegar el inesperado Premio Maus, cuya generosidad permitió que El trabajo de campo es extenso y cruza la amplia gama de mi tesis se convirtiera en libro. difcrcnclns del góncro: clase, r?ligión, forma de vida, P.dad y otras más. Todo lo cual se apoya en una investigación bibliográfica de La primera edición estuvo bajo el cuidado de Fernando Alba tex:os clñsicos y conteo1poráneos sobre l:t temática. y la corrección tipográfica y de estilo a cargo de Matildc Mantecón. L1 nrgumcntadón a lo largo dd texío <)S sólida, flexible y no La segunda a cargo de Matiltlc M:mtecón. Ari Cazés y Rogelio dnt?'p;it!ca, munslm unn capacidad de observación muy amplia, López. ) un,c!a a l:1 enalidóP- y a b voluntad de !:aher de Marcela Lagarcle. Cuando conocí a M atilde me dijo "eres un so!". A! poco tiempo T0do !o cual~;:} cxprC'sa en un~ expresión litcrarin fluid~. snncilla, pero no simpln. me !:amó para avisarm" que había terminado la lectura dd prime 1 Fin¡¡Jmnt~tu, lns conclusicnos a ias que llega cubr~n las hipú ro de mis tres tomos, y que no sólo est~ba muy Interesada sino t.,s!s <¡t!C se p!antnan al inicio de h obra: la lii;eración de las tambiéu conmovida. Le lk;;.ría m:"is de un aüo leer y corregir todo 1 n·,u;cms de sus cau!ivcrios, con ba:;e cu las estralegias que se ! mi texto, en algunos pa~ajns aprasurado, y parece que nn ie bastó: d~tüllan. Esto no significa 4uc b experiencia Jc ser mujer se atomi ) promete ocuparse tamhién clel siguiente. Celebramos la primicia c-e, siilü que se enriquece y mu'.!stra la evidencia du su complejirlad 1 innLarcilblc, aunque su r.ompartan :asgos ontológicos. en su casa, con una cena exqlJisila que ella misma preparó. Dcscuhrir nues!ros C<!t!::vnrios es el pr!mcr paso pnra abando Recorrimos juntas sus carn::rlore5 y habitaciones, poblados por narlos. muj(;res :.alid:!s de los pinr.clcs rie su s'.legro. Rnímcs con gusto ¡:_ cuaP.do me dije: ·. .. "Y una que éreía vivir tan foliz, así tan simph:mcnle, y vienes Crncicla Hierro );.. .. tú con tu libro y, anda, que todas estamos cautiva:;!" •f'" , .;(.'' 10 !.~..·..., , 11 - \7)~··1 ;¡) .............._... - --..... ·x -"""--..,...--~---~--~·::-:::~w-:~· • .a¡ T Otra casa cuya puerta abrió mi libro fue la do Fernando Alba. a F!ora Cold!Jerg. Yo hahía colaborado en OMNJA, revista del Trepada en las laderas de un cerro y rodeada de eucaliptos, tiene posgrado ele la UNAM. en el número en que se publicaron arl ículos el gusto del espacio diseñado por él y su esposa. En su taller nos y grabado!' producidos por mujeres teniendo como tema, precisa mostró sus grabados sobre la serpiente y la muerte. En su orden mente, a las mujeres. Uno de los grabados, impreso en blaw;.o y de artista hallé un pequeño y delicado grabado que, al devoiver la negro en una de las páginas de mi articulo sobre identidad feme visita, Fernando discretamente me regaló y hoy está sobre mi nina, me fascinó: escritorio. Aquella noche la cena deliciosa fue preparada por Es el retrato de una mujer detenida en el tiempo, contenida en Christianne Chaubet, cuyo trabajo por las mujeres la ha llevado a sí misma. Íntima, observa el mundo tras el velo que deja entrever Nairobi. su rostro franco y una boca firme y sensual, mientras su mano Con Graciela Hierro hablé por primera vez para pedirle que sostiene el mango de una sombrilla que la antecede. formara parte de mi jurado en la Facultad de Filosofífl y Letras. Comprendí que esa obra debía ser la portada de mi libro. Había oído de mí, y sin conocerme aceptó de inm~diato en cuanto Animada por Fernando llamé a Flora y le pedí reproducirla. Sin conoció el tema. En plena identificación conmigo, me relató sus conocerme, se interesó al oír el título de mi libro y nos r.ecibió con travesías de pionP.ra cuando, hace años, presentó su propia tesis .. '!. un platón de jugosas y coloridas rebanadas de sandía, abrió su en la misma facultad. Los amos del saber discutieron entonces si ·' ·::J:, estudio y mP. hizo conocP.r el gran tórculo y la odisea que costó su Ético y feminismo es una obra de f!losofía, come años después colocarlo p<ora que P.lla prensara sus obras. Flora me mostró el otros dueños del conocimiento me preguntarían si la mía era original de su Mujer con .<;ombrillo. En su verdadero !amaño, e....a antropológica. mujer, Sl! enlomo, sus texturas y su colorido de rosas, verdes y En el transcurso de mi examen, que presidió Graciela Hierro, """ ... . claroscuros, fueron conmovedora:;. Distinguí sus-flores en el som la ;.¡finidad de nuestras ideas me hizo sentir como si ella hubiera brero, adiviné Iras el em:aje su mirada; sentí el goce profundo e s!do la asesora de mi trahajo, y cc,mo si en ia solemnidad del acto intenso ele los trazos cuya magia toca a quien mira: Vi otro original, las dos continuaramos una vieja conversación informal. Por estas reproducido también en las páginas de mi artículo, en el que flora rñzonr,s y por muchas más, me pareció (jue ella debía hacer P.} imprimió la IP-Ia de su vestido de nnvia para marcar, a la manera prólogo. i..a cen~ a la que Gradel a nos invité se frustró pu~s aquella del esgrafiado, el espe:~cio, el traje de la personaje y su rosirv noche no bgn>mos lleg;n al otm iado de la dudad. A pesar de aso, iatuado. Vi muchos más para los qut! quisiera esr:r¡bir Jihros. d~sde entoncd~ rr.~niP-nemos un diálogt• enriquecedo;·, y otras El c..iía de la prcsP.r~ladón de Los cauUverio!i se exhibió Mujer mesa:; hRu permitidt• m.aestro5 encu~ntros. r.wr suml>;il/u. ~mujer veiarla, rebautizada e~ta larde como M11jer oc "En cnnsl~tnle acuerda intereses, dcsr:os y ut'J!1!c:s", <li:::e !a c~ulivu, m!!'terinsa, miral:oy ~1 acontecer desde una p?.red blc'luca dt.><.licatc.wi:\ que Gradt<la pu:>oen mi cjem[Jiarde su libw. Y expresa de mi ca~a. Cuando alguien le preg•rntó a Flora el precio de su cua pu:~!ualmer.le mi propia vivenda. La primera ve'l que V\ a Graciela dr0 para ohscquiármelo, con gracia mf.pondió: "Ye :. Hene dueilfl". me encanté: con una seguridad imp<.ctante hahló a nomhre ele Sol Arguedas loyó el b0rrador ele mi libro; daría su voto nosoiras, las feministas radicales, con el orgullo y la certeza de aprobaiorin a condición d~ dic;c,riirlo cornnigc. Por ello durante c.p..:ieu se afirma en su presencia. en su sr:ntido del humor y en su díñs, fnmtH a f!·on!e, c;)qv~r.samos ~n su bella casa; acordamos, i!1ttli~cncia. Hoy preside para satisfacción nuestra los esfuE~rzos distan limos y, finalmentP., Sol m~ oilscquió con la lt!ctma cómpiicP. por organizar lc.s investigaciones, la docencia y la difusión de lo de un lt!X!ll suyo, :11&dilu, t!n P.} <¡lit! r:uenta su mundo más próximo qut en la UNAM h<~cemos an !orno a los estudios de género. •! íntimo. Convencida, Sol leyó en la ¡:>res.,ntac:ión de ÚJ.'I cuulive· La ho.:c-hura de Los cuutiverios. .. también mt: permitió con0cer rio." unas c:\larlillas especialrne,1te redactadas para poiemizar. Se tl 13 lo agradezco. Ha dialogado conmigo y aprecio su acuerdo de fondo cautivado por su decir -con su mirada y su palabra de hombre-, y su disposición a continuar nuestro debate. por su cercanía conmigo, y por su voz. Sol fue mi primera imagen ejemplar de mujer de letras, sabia, En unos meses se agotó la primera edición sin siquiera haber inteligente, comprometida y apasionada. Así la veía cuando yo era disfrutado de los escaparates en las librerías comerciales. Se ven una niña. Aquella imagen persiste hasta hoy. De ella aprendí la dió en la UNAM, en conf~rencias y en actos públicos, y a pesar de" · palabra mágica trastrocar que me permitió dar cuenta de lo que su volumen, una red de mujeres entusiastas lo llevá de mano en hacen al mundo ciertas transgresiones de las mujeres. mano por el país y el continente. Ha sido comentado y presentado Desde su transparencia y su c.alidez, ante el auditorio de la en Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Vene ¡, Casa de la Cultura de Coyoacán, José Ramón Enríquez reiteró su zuela, Ecuador, Perú, Uruguay, Argentina, Paraguay y España. ' afmidad con cuantos están sujetos a opresiones. Dijo también que Hoy, el esfuerzo entusiasta y gentil de Rogelio López, el nuevo encontró la esperanza en mis páginas. Meses antes había saludado editor de este libro, logró abrir todas las puertas y concertél.r las dssde La Jornada la lectura de mi manuscrito, apreciándolo como vol untad es necesarias para hacer la segunda edición revisada, y una investigación de fondo tan necesaria cuando predomina el más nun1erosa aún que la primera. Esta me gusta más. Como por pragmatismo. Recordó cómo durante más de un año en Puebla, en arte de magia, Ari Cazés ha embellecido los cautiverios; con su torne al edificio Carolino y en los cafés del centro, platicamos y lupa y su pluma recorrió amorosamer.te cnda párrafo, cada ren '' comparlinos en profunda amistad los malestares de los oprobios glón y cada letra pnra extirpar con sus dotes de escribano mis •.f que investigaba, nuestras coincidencias y nuestras convicciones apresuramientos y descuidos en la redacción original. ··-· libertarias. ·, Nunca pensé que Los cautiverios fuera a tener ese exitoso Amistades nuevas y refrendos de cercanías están entre los recorrido. Me parecía que no era un libro d~ fácillcctu~a, ni por su regalos que me ha dado ei arduo camino de publicar este volumen tamaño ni por su tema. Trata del dolor, del miedo, cie 1a impoten c~.Aidado por personas amigables, creaiivas, hospitalarias. cia, de la servidumbre y de cosas que ocurren en el encierro de lus Con nombre e imagen bellos, por fin mi libro estuvo listo en mujeres cautivas y cautivaclac; en el mundo patriarcal.·Es un libre 199"1. Vi los primeros ejemplares en mayo y tomanos el vinito ds de teoría antropológica cuyo eje es la opresión de las mujeres. En honor un día de septiembre en el que apareció en El Financiero un él se analizan las formas diversns ~n qu~ la inforiori7.adón clc las ( ) ar!ículo d~ amorcsa f:tclura tillllado Cautiverios: Daniel Cazés •:ntjercs justifica la discriminación que h~s •;xcluyc '>clccti·;:tmente cu~-:uta desde sus íntimo<> ~cntires, c11 unos cuantos renglones, de CSf,acios, aclivid:odes y JlOU;}rcs, ¡¡ la vez que !a<; induye c:>m !1üestros añ0s juntos y su v1vencia d\"! !T:Í trabajo de c~mpo de pulsivamenle co otros teóricamcnic irrcm!nd:;bl•!s, Por e!:o, h antropé!oga enloquer.ida en el desr.ubrimiP-nto de cau!ivP.rios; por nat;JTaleza, la incapacidad, la incomplclucl,la impureza, In minc ahí aso~an amigas y amigos, nuestros padres, y la presenda de rid:td y el eq~t\·,•oco b:tn sido COI:lcn!a~los cle l:; identidad natural l!ya, Ari y Valeria, nuestros hijos. F.n cor.trapunto con la escrítu..-ra ele las mujeres i:1capnces, impura'>, menores y fallicins. l:e lo:> cautiverios emergl} la hechura de nuestra singular familia, Pero para inferio:-izar y discrimi:1:!r a los sujetos histórkos se nuestras t::iudades, nuestras c.asas, lo que vivimos en <:lllas, y hasta wquiore que quienes se at!toasignan la calidad de sujeto~ expr" lo que veiamos a través d'€ las ventana$. En su r~lato revivo ia pi.;n a otros y a ot!·as ia condición de sujl!to. Múltipics han sido los pas!én de las causas, los dolores y :os goces azaroso:; al darlo l:aminos para concuicm· a la mujer la capacidad de ser en sí misma sentirlo a nu~stra con.vivonc!a. Enc~.;entro en sus Cautiverios testi Y parc1 consl;-uirla como c:~uliva. Pt!ro, de mf:lr.era recurrente se monio y compañía de quien abre su amor para dacirlo con reso lt:!n centrado en la expropiación di! la sexualidad, del CUf:lrpo, ele nancia. A4uel!a noche Daniel ieyó su texto ante un auditarle los uitmcs materiales y simbólicos de las mujeres y. sobre !oclo, de 14 15 J de su capacidad de intervenir creativamente en el ordenamiento ley de intercambio: Si trabajo, si me someto, si hago cosas por el dnl mundo. Al induir todos los hechos femeninos en la sexualidad otro, si le doy mis bienes, si me doy, será mío, y yo, seré. para-los-otros y al especializar a las mujeres en ella se les despoja No es éste un proceso de apropiación/entrega que pennita que de la posibilidad práctica y filosófica de elección de vida. lnferio después del hecho (acción; contacto, pensamiento, afecto) cada rizadas, sus hechos no las valorizan ni les generan poderes que las cual reconstituya su autononúa y continúe su vida de IIlélDlU1l homologuen con quienes concentran valor. Y, simultáneamente, independiente. Conformadas como parte de Jos otros, las mujeres son inr.apacitadas para apropiarse de bienes y de poderes mono buscan ligarse a algo en fusión perpetua. De esta manera el polizados por atros sujetos. El proceso culmina con la exclusión impulso que mueve a la existencia y que da sentido a la vida de clB las mujeres de los espar.ios dH decisión y de los pactos patriar las mujeres es la realización de la dependencia: establecer vfuculos cales. con Jos otros, lograr su reconocimiento y simbiotizarnos. Estos OP.cidir sobre la propia vida y el mundo os, entonces, un tabú procesos confluyen en una enorme ganancia patriarcal: la socie· - una prohibición sagrada- impuesto a las mujeres, que ocupa dad dispone de las mujeres cautivas para adorar y cuidar a Jo~ otros, el núcleo de la identidad femenina: reproduce a las n1ujeres como trabajar invisiblemente, purificar y reiterar el mundo, y para que sujetos sociales cuya subjetividad se construye a· partir de la lo hagan de manera compulsiva: por deseo propio. dnpcndoncia y del ser a travús de las mediaciones de los otros. Este complejo de fenómenos opresivos que articula la expro Estn hecho político se concre:a en la necesidad de la simbiosis piación, la inferiorización, la discriminaCión, la dependencia y la matcrinl y simbólica, atributo genérico que conforma a las mujeres subordinación, define la sexualidad, las actividades, el trabajo, las socinl y cul!uralmente, y permite su especialización como cuida relaciones sociales, las formas de participación en el mlmdo y la doras vitales de los otros. De ahí que las mujeres seamos capaces cultura de las mujeres. Y además defme los límites-de sus posibi dH h:~ccr t0do para lograr el vínculo con los otros. Nuestra confor lidades de vida. m¡¡ción cultural es exitosa si además nos sentimos realizadas al En el libro expongo las formas particulares en que se dan estos s~r rlc osa manera. fenómenos en cada círculo vital definido por sus normas, sus Ser depP.ndientcs y estar subsumidas en alguien o en algo son instituciones, sus modos de vida y su cultura. Es pre~isamente a atributos dHl a feminidad. Por eso, vivcn:.;ias alienantes gcnP.ran en esos círculos a los que llamo cautiverios. Nt> todo es dolor en ellos. las mujHros rP.accion~s afectivas y étka3 positivas y rie gc,~c. Ni iéi opresión es vivida siempre con pesar. Por el contrario, t:ni>P.siót~ interna y suti~fat::dlm al s:~r apro•>ad::.s por t:l m>.tndo. Con a.dq:.liare la tesitura de la felicidarl cuando es enunciada en lengua nllC'1:ump!imos con nuestra identidad gl'nP.rica y snmos verd:..d•: patriarcal como le::tltad, entrega, abnegación; cuando nos va.loriza rame'lte f~;meni:~as. y nos ubic¿\ P.:.l el mundo y f.li cautiverio se llama hogar o causa; La C'onde;1cia dP. laf. nn;jcn~s P.s!á cimentan:.' en el u:1gat-~o. cando la especialización en los cuidados se conciba como instinto Cada una cree quP 'li•;e para n~:;lizar dt~sons espontáneos y que Si.ts sf.lxual y m&ternal, y la subordinación enajenada al poder es t>l i1<!ceres y qu:::haccres son nat ural2s. Estas ~:;reeacia:: permiten que contenido del amor. las muju!'t:s despliegt:cn incontables et~ergías vi!ales en activida Las mujeres estamos sometidas a la opresión porque, para des itMcabal,Jes, dcsvalodzadas eccnómica y políticaments. Lo establecer vínculos y sP.r aceptadas, con nuestra anue!lcia o contra hacHtl motivadas pcr la carencin subjetiva y langihln (carcnc1a del nuestra voluntad, vivimos la rt:ificación sexual de nuestros cuer t•fn1, dt: s;.tf. ;;tributos,)' de st;s bi~:>nes materiales y fantás!icos), cGn pos, ia negación de la in!eHgencia y la inferiorizac!ón d13los afectos, la <:T<!t!llCÍi'! en qun sus relaciones con el nntndo se rigen por una es decir, la cosificación de nuestra subjetividad P.scindida. Convertida en deseos sen'lidos por cada una, la opresión gené- 1t i 17 rica se concreta en formas de comportamiento, en actitudes, texto en los distintbs cautiverios la idea de que vivir así anula la destn!Zil$ y respuestas. Esn opresión es valorada posi1ivnmente posiblidad de construir el deseo propio, el mundo personal, el cuando la cinpenclenc:ia, la sujeción, la subordinación, la impotcn Yo-misma. c:in y In servidumbre son virtudes femeninas y no dimensiones Trato de desentrañar las múltiples maneras en que las mujeres políticas. Para ello, la prohibición de comprender nuestra vida y intervenimos en la conformación de las identidades genériGaS de el mundo debe refugiarse en atributos fcmellinoscomo la ignoran mujeres y hombres. Busco en particular las formas en que repro cia, la ingenuidad, el rechazo al pensamiento analítico y la dispo ducimos entre nosotras la opresión para enfrentar la amorosa sición a la creencia m:ígica y sobrenatural en todo. Nuestra ceguera enemistad que resume ese encuentro y ese desencuentro entre se conr.rela también nn la nngación de nosotras mismas, de nues mujeres necesitadas unas de otras y temibles enemigas en compe tras cnpncidmlcs, de los saberes críticos que podemos poseer. La tencia. Para sobrevivir nos desidentificamos como mujeres. Me opresión adqui(:re corpornidnd vivida cuando, pasivas, nos limita interno en la comprensión .de lo que las mujeres tenemos en mos 4! esperar todo de los otros, y cuando, omnip?tcntes, negamos común y de lo que nos hace diferentes a unas de otras. la P.Xpcril:ncia, nos colocamos en el mundo de la fantasía y cree Esta búsqueda tiene el propósito de asumir afinidades y dife mos que podemos hacer cualquinr cosa, que somos intocables. rencias, contradicciones y conflictos para, desde ellos, identificar Poro somos oprimidas, t<~mbiún, si la impotencia nos lleva más nos, hacernos cómplices, y construir el nosotras. allá du la tolurancia y hncemos del sufrimiento un modo de Analizo la condición de la mujer desde lo político y desde las enfrentar la vida; si, con resignación, reiteramos que así es el mujeres: desde mi propia identidad de mujer. En este libro, las mundo, que así será siempre; si l~on fe creemos que no es posible f>rotagonistas son las mujeres. De ahí que los h9mbres sólo estén r:nmbiar. presentes como referencia paTé~digmática, de poder y relacional, Ln opresión está nn nnsot ras cuando nuestro cautiverio cuenta como seres concretos y fantásiicos, posiblilitadores de la condición con nuustro más Cirme npoyo, y cuando aprender, atreverse y patriarcal de las mujeres. !nteacionalmenle per~cnecP.n a la cate experimentar, son acciones que parecen imposibles. Lo es también goría los otros, que no los agota y que comparten con los sujetos y cuando mantcnumos inlr:cndas las norri1as de nuestra r.ultura los hechos que dan sentido y signifi(:ado a ia vida de las mujeres: confrontarlas con cxperit:ncias vivicln!' que no !icnen en rdl« t:xpli cualquier poder, los dioses, las instituciones, las mujer~s. los cacién (l son n:prob;1hlus. padres, las madres, las i!ijas, los hijos, !os próxim(IS públicos y M:ír. a!l:l de nw:str.1 c~1!1dt:nda,las m\ljl:ros l:stam.:>s o¡wimida;-; privados, los tt3rritorios. las cau~as. Desde luego que entro todos .::uando, en nanphminnlo clnl mandato pn:riarcal, nos nsforzamos los enumerados los hombras Ht:n~n \ÁOa ubicación privil~giada por d~.Jspojnr de sentido propio r.. nuestras vicln!i y por encon!rar un pmque 6ste es, en verdad, un mu:1do patriarcal, y ello$ concrP-tar. sentido moís all~ de nueslr~s desdibujada~ írontrcras corporJ.Ies. su fantasma y su sujeto. De esta u;ancm, ser mujeres arll!Cuacias signifka in visibilizar tilles· Mi libro no enjuicia ni acusa n los hombres. No son ellos la Iros h<~t::tHes y nuestra mismidad par;:-, exaltar a los otros en reve c."lusa directa de Jos cautiverios de las mujeres, ni quienes en rencia s:tc:rific!al, es decir, p<ua m:1gnilicarlos r.omo parte il:divisi· exclusiva ias m<mtienE:n cautivas. Aunque contribuyan a hacerlo, ble dn nuc;;!ro ser y de ma:slra exislcnda. se enseñoreen en los cautiverios y se beneficien de ellos, los Ln oprosión dn ias mujnres !·m cumple si cstnr plenas de !os cautiverios se originan en los modos de vida y en las culturas OL""YJ.c; es la vía pri..,ilcgi:.dn o In comple.tud o!ltológic<! clo set·P.s genérica:>. Las misma5 mujP.res e~tán obligadas & reproducir las concobid:1s como incomplntar. G nmtibdas, y si la obediencia es condicioMs y las identidades genéricas ec su propio mundo. En un rleht!r cuya transgresión nos co1:vierte en fallidas. Recorre el cumplimiento c!e la feminidad, ias muj~res actuamos dobles pa- 18 19 .. ·- .. ~·- peles y tenemos dobles posiciones: como.sujetos de la opresión y tación cultural y social con los estereotipos genéricos asignados, Y cada vez más mujeres dejamos de asumir esos designios. En esas como vigías del cumplimiento del designio patriarcal, femenino y masculino. contradicciones vividas hay enormes indicios y posiblildades de El mandato funciona tan bien que en la soledad cada mujer es cambios que pueden generalizarse. Sin embargo, las posibles vigilante y censora de sí misma y ha asu.'nido el sentido patriarcal alternativas históricas benéficas para el género son eT.\ general ......, _ de su vida: no sabe ser de otra manera, no se atreve a serlo. existencias complicadas y conflictivas. Quienes por voluntad o por Con todo, desentrañar los mecanismos, las redes y los nudos compulsión no cumplen con su ser femenino son discriminadas \' de los poderes múltiples que trenzan las relaciones entre mujeres políticamente y confinadas a la categoría de locas. y hombres, permite desmitificar también a estos últimos. Es un Nos proponemos construir, con el esfuerzo de cada vez más intento por verlos desde la dialéctica entre semejanza y diferencia, mujeres y hombres, formas de organización genérica del mundo pero ubicándonos a nosotras como el punto de referencia. no opresivas y, además, en movimiento. Para descoutivar es pre J Más acá del dominio que es cautiverio, de la confrontación de ciso dar pasos hacia un horizonte histórico en el cual sean posibles ., los conflictos y de la enajenación que defmen las rel~ciones e~tre los fundamentos mínimos de la libertad genérica. Citaré sólo los géneros, y sól0 a partir del rec::mocimiento y de la resignifica algunos de ellos que pueden ser consecutivos y que habrán de ci6n de todo lo mencionado, es posible desarticular los contenidos confluir en organizaciones genéric.'\s distintas del patriarcado Y patriarcales de la organización genérica del mundo. Se trata de con ello en mundos distintos del patriarcal. í ¡ incidir tanto en las formas de ser mujeres y hombres, como en los La ampliación de las opciones genéricas como característk.a contenidos específicos de las sociedades y de las culturas que de la sociedad; la posibilidad del (.' .'1 mhio genérico en el transcurso y deseamos. del ciclo de vida como atributo de los sujetos (mujeres hombres), Queremos construir condido~es e identidades genéricas que así como la intercambialidad de posiciones y espacios genéricos no sean 1·eguladas por el orden político que nos clasifica a partir entre mujeres y hombres (esta intercambialidad permiliría enfren de principios antagónicos y excluyentes. Con estos principios se tar la actual especialización diferenciada que repro'duce a las t ubica a cada mujer y a cada hombre en posiciones determinadas mujeres y a los hombre!> como seres más diferentes que semejantes l ge~ér!camenie -asingadas por el sexú-, en un orden de oposi y que los segrega en espacios ma:criales y simbólicos antélgónicos). ' ) r.icnP.S binarias que v?.n de la magnificación/inferiorización, a ia La }íOSiblidnd dc c,;unhinr c!e posiciones genérica:. {actividades, ' oxpropiadón/apropincíón y a la completud/incompletuc\. Tal or espacios, papeles, funciones¡, llevar a la ampliación del espectro { ?en s~ co;,crP.ta en sc:breespecializaciones genéricas que son ine get~érico de las mujeres y do los homhrl's para quP.In~ capacidades lUdibles c~;Jturalmc~t.}, y ~uP. al m!smo tiempo están en tr~'1Sfor­ y las dcstrnzns histórkns sean comparlidas. mación social per mé\ncnte. Coa todo ello se c:n!queccn ia cu!t ura y la ex~~iencia gt:nérk.a 1 La discrepam:ia entre la culturn genérica qua nos constituye, de los y las particulares. Es posible, er:.tonccs, que las .::ond!ciones la existencia :mcid, y la subjetivirtad de cada quie11, alcanzan los genéricas se aprcximen y pierdan antagonismo y q~e el mundo ) .! nivelt>s del cunilicto. \'i'Jir las estereotipos c•.llturales es cada vez genérico no esté basado más en la opresión. más difícil para quie!les son conducidas cumpuls!varnente a vivir Se trata cie co:1struir la s•~mcjam•. .'\ en la d1ft.rencia entre las exist~ncias imp:-e-vist~s debido a Célmbics históricos en !a econo actuales mujeres y los actuales homhrcs a partir de la constr.1cción mía. en la socied:ui, en el Estado y en particular en la organiz2ción de dos principios organiz..'\rlores de 1~ vida social, de la cultura y sociocultural genérica. de la polítiC'.ct: la potencialidad común o~ mujeres y hombres para For otra parte, se encuentran formas conscientes de confron- 20 21 __ ...,_ --==:-;:=======---------·==---------------------...---"----... ___._ ~~--------···- ----~'111 ac:ceder a los bienes concretos y simbólicos, y la diferencia de aventuras, intimidades, que pueden leerse de un tirón o a parrafa opciones accesibles y discernibles por y para todas/todos. das interrumpidas en el susp1mso y la expectativa de retomarlas. No hemos inventado un mundo abominable de patriarcas Esto no es poco para un texto científico de más de ochocientas vencidos por supermujeres, ni anunciamos el advenimiento de páginas c¡ue las amigas o los cónyuges se regalan en ocasiones mundos invertidos, como lo pretenden quienes sostienen los mitos festivas. Tal vez hay quienes encuentran grato descubrir que las.. .. del contradiscurso cultural sexista y tratan de convencemos de locuras propias, silenciadas, inconfesables, son compartidas por que las rebeliones de las mujeres buscan llegar a alternativas casi todas. históricas que serían venganzas justicieras. Me parece que en Los cautiverios doy sentido a intuiciones, Las alternativas en la historia no son oposiciones binarias. dudas, incredulidades, rebeldías interpretativas y lucideces casi Eliminar el patriarcado no implica la instauración del matriarca~ heréticas en la cultura patriarcal, que las mujeres experimentamos do. Por el contrario, nuestro deseo de explicar el mundo y de al vivir. En este texto y desdo la mirncln y la metodología antropo~ transformarlo se concreta en la posibilidad, ideada desde el femi~ lógicas todo ello ha sido investigado y ha encontrado cierto rigor, nismo, de ser mujeres y hombres en procesos de-liberadores, un lenguaje y una legitimación acad6micas que retoman a las capaces de inventar futuros y de vivir presentes democratizados mujeres mismas a ur.a visión valori7..é\da por la escritura impresa. por deseos afines y por esfuerzos compartidos; a partir del respeto Credibilidad y sabiduría se convierten en los atributos de las a la semejanza y a la diferencia en libertad, así como a la integridad vivencias que anali:t.o por L'Star expuestas en el poderoso"objeto do cada quien. que es un libro que lleva, además, el emblema de nuestra expe Éste no es un libro que victimice a las mujeres. Tampoco es riencia y las concepciones prevaledcntes, tan frl;lgtnentario y { un catálogo razonado de denuncias. pleno de certe:~.ns, de dudas y de silencios, se vuleve creíble cuando He sistematizado mis reflexiones de investigación antropoló es elaborado científicamente. Qui7.. - l os por ello que este texto~ob­ gica sobre las mujeres. Más que un instrumento de lucha, como jelo ha ido tranformfmdosc en un esp:tcio simbólico ~e idÍmtifica· ha sido llamado este libro, lo considero un esfuer-zo por crear ción entre alg1.mas mujeres, y de cncutmtro con algunos.bombres. 1 rdcursos para comprender el mundo de~de las mujeres y para Mi dus1~0 expiicativo y de re-ligarnos se cwnple, aunque de dcve:ar los hites fundamentales de 13 tm:~jenación femP-nina. mnneril incompletn. En Los cautiverios dijo m;ís de lo que quería ) Mi libro fo;ma parte de ia trariilaón ¡;enerada por nosotras para p•~ro mantuve implícita~ alg~1nas ideas que merecen mención: ~ ~wmhrar desde:: la ct!ltuta iP.minista léis oquedades del mundo Las mujt!rcs vivimo~ en cnutivn!'l~l, pero ilh! mi~mo vamos t fe:1vminu. Crea quP- por ~Sú ha sido tan bien recibido por las ir~nsformam!o nuestras vidas. Al hn::::r la invcstiga(;ÍÓn que dio muj~r:~s y por algur.os hombres avanti.!rarlos. Müjeres de mentali· origtm a este libro, descubrí un sin íir. de vericuetos y una ca.'l!idad c!;u1cs di!'-tintas han em"..ulado aquí ia posiblicacl de reflexionar iml;~scriplible de formas en qut: las mujeres élprovedmnsus C!.llldi sobre sí m!smas y do ser.tirse comprenllidas e identificad<l$ con las dones dP. vida, en c¡uc evaden las sanc!ones, cluder. los poderes, ctra-. mujrwes. Quiui en la teclura de mis páginas, algunas y enfrentan la~ sil u:1cionos más difícil os, y sobreviven. Pero no todas nt.,:1mos han descubierto o .redescubierto que ser mujer y ser !o hilc•m come seres dnvas!ndos en quitmes ln enajenación se ensa· hombr!l no C~s t2n inP.xplicablo y !an mágicamente·sob:-enatural, y úa!O•.~: al vivir se enriq~.:oc:•m, c:oníroutnd~s. couflicluau::s y, en oca ljUL' pueda voivcrse accesible y comprensible. sionr!s, sin clara conciencia dci futuro. Pero •}S así como el género DoLo agrrlgar algo <!Ue me a!lombra: Escrito con rigor y argu· cnsüncha sus horizontes vitales y la condicióu d~ la mujer se am lllnntacior.os acad¡;micas, Los cautiw~ríos es IP-ído a menudo como pl:;l y entra en cri:.i~. t:n lugar clu reducirsn, como ocurre hoy. con al (un:-a unn novela, como si en sus pág.ir.as se relataran historias, la condkión mnsculin•• cuya crisis se explica por su uccredmien!o. 23

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