Description:En 1935, Goebbels, durante una entrevista con Hitler, le dijo sonriente:—Señor... todas las muchachas alemanas os quieren; están enamoradas de vos y se consideran como 'Las Novias del Führer”.Nada más cierto.Hitler representaba a los ojos de las B.D.M. (miembros de la sección femenina de las Juventudes Hitlerianas) la esencia mítica de la Raza, el hombre que había prometido solemnemente un millar de años de felicidad y triunfo al Reich.Sin embargo, no puede decirse que el Führer considerase mucho a la mujer alemana. Desde el principio escribió y dijo sin cesar que “el lugar de la mujer está en el hogar, esperando el regreso del guerrero para, con su colaboración, dar hijos fuertes y sanos a Alemania'.Pronto, sin embargo, el hombre tuvo que empuñar las armas.Por millones, los soldados marcharon al frente, y tras Polonia, Noruega y los países del Oeste, después del breve intervalo de los Balcanes, los hombres se dirigieron hacia la inmensidad rusa.Como un Moloch hambriento, jamás ahíto, el frente del Este devoro primero a la juventud alemana e insaciable, prosiguió mordiendo glotonamente en la carne de los hombres germanos.Tuvieron las jóvenes que ayudar al país, en las fábricas, en los talleres... y finalmente en la defensa del cielo alemán que ahora, a pesar de la estúpida promesa del gordinflón de Goering, atravesaban libremente los aviones aliados.De todas las muchachas, las que se dedicaron a las armas pertenecían, naturalmente, a las SS.Eran las más fanáticas admiradoras de Hitler y hubiesen dado cualquier cosa por pertenecer a su ídolo al que consideraban como el hombre más hermoso, inteligente y audaz de todos los tiempos.Estaban dispuestas a dar generosamente su vida por su bienamado FührerY cuando Goebbels comunicó a Alemania que las hordas bolcheviques se acocaban a Prusia oriental y que, poco después, se sabía que la bota roja había pisado suelo germano, las muchachas “SS” abandonaron Berlín para ir a combatir al ruso cara a cara.Nunca, en la historia militar de todos los tiempos hube criaturas más feroces, más crueles y duras con amigos y enemigos.No perdonaban ni debilidad ni duda y se mostraban implacables en el castigo que aplicaban con un sadismo escalofrianteLlevaron al frente del este sus banderas y sus curiosos pero elocuentes nombres.Se hacían llamar “Pantera” “Lobas” 'Serpientes'.Pero eran algo más.