Colección Historia de la Arquitectura R. D. Martienssen La idea del espacio en la arquitectura griega Con especial referencia al templo dórico y a su emplazamiento Ediciones Nueva Visión Buenos Aires Titulo del original en ingles "The idea ol space in greek architecture" (ohannesburg, Wilwatersrand University Press, 1956. Cuarta edición: setiembre de 1972 Quinta edición: febrero de 1977. Traducción de Eduardo Loedel © 1977, por Ediciones Nueva Visión, Tucumán 3748, Buenos Aires Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en la Argentina / Printed in Argentina Reconocimientos En todos los casos en que nos fue posible, hemos solicitado permiso a los editores para reproducir las ilustraciones incluidas en este libro; más abajo se encontrarán los nombres de quienes tan gentilmente facilitaron este aspecto de nuestro trabajo. En cuanto a aquellos editores con quienes lamentablemente no pudimos ponernos en contacto, descontamos su buena voluntad y esperamos acepten nuestras excusas junto con nuestro agra- decimiento. Planos Fig. 1 Egypt Hxploration Society. 6 B. T. Batsford Ltd., Londres. 8 Walter de Gruyter & Co., Berlín. 9 The Society for the Promotion of Hellenic Scudies, Londres. 10 Cambridge Uaiversity Press. Láminas 1 J. C. Hinrichs, Leipzig. 3, 5 Walter de Gruyter & Co., Berlín. 9 Thomas Nelson & Sons Ltd., Edimburgo. 10 Cambridge University Press. 12 E. de Boccard, París. 13, 15, 26, 28 Penguin Books Ltd., Londres. 25 The American School of Classical Studies at Athens, Princeton. 16, 17, 18, 23, 27 Fratelli Alinari. Palabras preliminares No es fácil dar una idea justa, en una breve introducción, del valioso aporte efectuado por Rex Distin Martienssen a la arquitectura en África del Sur durante el período comprendido entre 1935 y 1942. Este libro refleja sólo una de sus actividades, vale decir, su investigación de la antigüedad clásica. Aquellos a quienes les interesen las demás facetas de su labor, encontrarán una completa reseña de su vida y de su obra eq el South A frican Architectural Record de noviembre de 1942. El doctor Martienssen. fue un hombre que desarrolló múltiples activi- dades —profesor, crítico de arte, editor, arquitecto práctico e investi- gador—, destacándose en todas por igual. Ello se debió a que sumaba a un espíritu profundamente sensible una gran facilidad literaria, lo cual le permitía comunicar sus pensamientos en forma vivida a un sector de lectores mucho más amplio que el círculo más inmediato de los especia- listas. Nacido en la provincia de El Cabo, en 1905, recibió su instrucción primaria en la King Edward VII School de Johannesburg y se graduó de arquitecto en la Universidad de Witwatersrand en 1929. Contaba entonces 24 años de edad. En 1932, pasó a formar pane del cuerpo de profesores de la Escuela de Arquitectura de la misma Universidad en que había cursado sus estudios. Un trabajo de tesis sobre el "Constructivismo" le valió, en 1940, el título de Master of Architecture, y otro, "La idea del espacio en la arquitectura griega", el título de Doctor of Literature, poco tiempo después. En 1942, el doctor Martienssen aceptó una comisión . en la Subunidad de la Fuerza Aérea del Cuerpo de Adiestramiento de la Universidad Rand. Y murió en agosto de ese mismo año, durante unas maniobras de adiestramiento militar, en Voortrekkerhoogte, cuando no tenía más de 37 años. Por múltiples conceptos, esta tesis escrita para el doctorado repre- senta un punto culminante de su carrera. Es, en efecto, el resultado de su profundo interés por la Hélade, que le llevó muchos años de serios estudios y le creó la necesidad de viajar a los lugares históricos de la antigua Creta, Grecia, Italia y Sicilia. En esta labor se conjugaron muchas de sus raras aptitudes, y de esa síntesis cobró el trabajo su carácter peculiar. En todo su desarrollo, cabe advertir su estimación del fondo histórico del mundo antiguo, su dominio del campo de la arqueología clásica y su profunda comprensión del Arte de k Arquitectura. La combinación de estas cualidades dio por fruto un libro en que la erudición se halla com- pensada y cun contrarrestada por su reacción entusiasta, como arquitecto, ante el contenido estético de los edificios y grupos de edificios cuya inves- tigación llevó a cabo. Su enfoque individual de los edificios históricos ha dejado un sello indeleble en la enseñanza de la Historia de la Arquitectura, en la Facultad de la Universidad de Witwatersrand. Los hechos puramente históricos con- figuran sólo un aspecto de su enfoque; el otro corresponde a la aprecia- ción crítica de los valores arquitectónicos implicados. Martienssen creía necesario explorar y comprender ambos aspectos, puesto que representan la experiencia acumulada por el hombre en la esfera de la construcción y conforman los cimientos para la capacitación de todo arquitecto. Quizá haya sido lo peculiar del ámbito cultural en que Martienssen vivió la razón de que viera las cosas con tanto entusiasmo y las transmitiera con tanta vitalidad, y de que otorgara tanto relieve a los valores visuales y estéticos. África del Sur, su tierra natal, posee infinidad de paisajes colo- ridos y una rica flora y fauna; pero son pocas, relativamente, sus ciuda- des y edificios con valor histórico dignos de compararse con los muchos que abundan en Europa. Los pocos que tenemos nosotros son modestos tanto por su concepción como por sus dimensiones. El tremendo impacto de la riqueza visual de Europa en una mente sensible y en rápida madu- ración —en una tabla rasa, por así decirlo— hizo que contemplara los lugares históricos con una mirada totalmente virgen, cosa imposible para los europeos. La obra del doctor Martienssen será siempre de gran valor para los arquitectos, porque se ocupa precisamente de la materia esencial de la arquitectura. Y otro tanto cabe decir de los estudiosos de los clásicos, pues este libro servirá para recordarles que si bien los hombres construyen para satisfacer necesidades prácticas, en las épocas de alto desarrollo de la civilización también construyen para enriquecer su vida. Para terminar, digamos que la publicación de la tesis del doctor Mar- tienssen fue posible gracias a la generosa ayuda económica brindada por el Instituto de Arquitectos Sudafricanos a la Editorial de la Universidad de Witwatersrand. En esta forma, los profesionales de la arquitectura reconocieron su deuda con uno de sus representantes más distinguidos. John Fassler 29 de enero de 1953 Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Witwatersrand. Prefacio El período de investigación sistemática y de reconstrucción teórica de las ruinas arquitectónicas de Grecia lleva ya cerca de cien añas. La tura contribución que el genio de los griegos para las artes plásticas puso a disposición del arte creador y de la estimación estética de las generaciones posteriores se halla documentada en las actas de numerosas sociedades, en los estudios históricos de arqueólogos, arquitectos e historiadores, y en los museos y reconstrucciones parciales de la misma Grecia. En Atenas, se esta- blecieron escuelas francesas, alemanas, norteamericanas y británicas de arqueología que llevaron a cabo una laboriosa investigación con el fin dp j coordinar e interpretar los hallazgos materiales de la civilización griega. La responsabilidad de los arqueólogos se limitó —por acuerdo tácito— a los hechos y a la mayor aproximación posible a k» descubrimientos literales. Un marco de este tipo no da cabida —aparee de tornarlos indeseables— a los juicios corrientes sobre los problemas «séricos, con el consiguiente peligro de completar las teorías parcialmente formadas mediante una interpretación arbitraria de los hechos. El proceso de la investigación fáctica exige la completa eliminación de todo propósito es- peculativo, salvo en aquellos casos en que se lo defina específicamente; supone, asimismo, la extensión progresiva de un marco general de la investigación, capaz de suministrar una base estable para estimar los des- cubrimientos futuros. Desgraciadamente, parece ser que, pese a la sinceridad de los estudios helénicos realizados en el pasado, hay un aspecto que no recibió una atención comparable a la dedicada a las otras facetas de la investigación clásica; nos referimos a la estimación estética de esa oto que, por lo demás, ha sido tan bien -estudiada. Es posible que sólo deba emprenderse dicha apreciación una vez asentada y dilucidada, más aük jfe toáa duda, la parte preliminar y clasificatoria de la investigación; pero es evidente que ello entraña el grave riesgo de postergar indefinidamente dicha esti- mación, dejando en suspenso los problemas fundamentales. Esto supon- dría una pérdida sustancial para los estudios afines de la vida helénica y, en definitiva, el divorcio más completo entre la arqueología y la historia social. El profesor Rhys Carpenter expresa en su obra The Humantstic Valué l of Archaeology que la tarea de completar y valorar las conclusiones deri- 1 vadas de los estudios arqueológicos adquiere una importancia vital cuando se trata de justipreciar la significación de los descubrimientos arquitec- tónicos. El vínculo entre el pasado y el presente tiene para nosotros una importancia aún mayor que los comentarios sobre la vida y hábitos del pasado a que nos tienen acostumbrados los estudiosos de la época clásica. Al expresar la necesidad de un enfoque más amplio de los estudios ar- queológicos, el profesor Carpenter aboga por una consideración sinóptica de los problemas de la reconstrucción y atribuye la siguiente función a una nueva escuela conceptual: "Para la nueva escuela, ninguna cosa puede estar aislada o ser aislable, y su objeto es poner cada fragmento en su lugar, con la esperanza de obtener una gigantesca unidad global donde sea posible advertir los esfuerzos, las búsquedas y los progresos realizados a lo largo de mil años de labor y creación por —si cabe la metáfora— un solo e inmenso ser humano." He aquí una clave que habrá de servirnos para precisar las respon- sabilidades del arqueólogo y para encaminar sus investigaciones hacia una interpretación valedera de las comprobaciones de "una ciencia de impor- tancia secundaria". Para decirlo con pocas palabras, esta tesis es una investigación de los factores espaciales evidenciados en la construcción y emplazamiento de los edificios griegos, como así también en la planificación y organización de las ciudades griegas. La naturaleza de este trabajo requirió la obser- vación de muchos edificios, que aún hoy, convertidos en ruinas, siguen expresando su finalidad original. El punto de partida concreto de esta indagación de los complejos problemas de, la organización espacial griega data (si es posible fijar una fecha cierta para la iniciación de un interés creciente) de una visita efectuada en 1933 a las ruinas de Delfos. La belleza de los alrededores y el brillante tratamiento del sitio se combinaron para poner en un primer plano de interés los problemas que la idea central de la "arquitectura griega" ya había planteado previamente. No todas las visitas a estos lugares históricos van acompañadas de revelaciones; pero las lecciones de Atenas y Olimpia, de Micenas y Epidauro, parecieron cris- talizar en la experiencia de Delfos, y fue allí, precisamente, en ese centro del mundo antiguo, donde nació mi deseo de realizar una exposición de la arquitectura griega. El primer paso en este sentido fue la lectura de un trabajo ante la Sociedad de Arquitectos de Johannesburg, en 1935, que resumía el estudio de la experiencia espacial en el temeno de Delfos. La sustancia fundamental de este análisis ha pasado a formar parte de la presente tesis; pero los cinco años de investigaciones ulteriores del mismo problema me permi- tieron aumentar el material considerado y alcanzar una precisión mucho mayor en las definiciones y conclusiones. La tesis consta de seis capítulos, el primero de los cuales ha sido dedi- cado a la consideración de los elementos básicos de la arquitectura clásica y a la naturaleza de la relación espacio-estructural que son capaces de crear dichos elementos. En el segundo capítulo se encontrará una amplia reseña de los principales tipos de edificios que formaban normalmente la ciudad griega y también un análisis de muchos factores que, si bien poseen una significación secundaria, no son nada despreciables para una inves- tigación de esta naturaleza. En el tercer capítulo nos ocupamos con algún detalle de la casa griega, elemento este cuya participación unificada en el esquema general de la ciudad quizá no haya sido suficientemente destacada con anterioridad. En el capítulo cuarto hemos tratado el importante tema del templo dórico, y en las siete secciones dedicadas a dicho tipo de construcción hemos intentado precisar las características del templo y sus principales implica- ciones. En el quinto capítulo hemos definido y descrito los elementos del complejo del templo y, ajusfándonos a una investigación descriptiva e his- tórica de seis santuarios helénicos (que abarcan una amplia gama de diferencias en cuanto a situación y conformación), hemos sometido dichos santuarios a un ceñido análisis, en el cual el movimiento del punto de vista del espectador proporciona la llave para el estudio de las relaciones formales y espaciales, que aún perduran, de su disposición. En el último capítulo hemos enunciado una teoría general de los volú- menes relacionados, hemos estudiado el factor "absoluto" en la disposición griega de los volúmenes y justipreciado el modo con que los griegos conce- bían la construcción espacial. Algunas partes de los capítulos segundo y tercero fueron publicadas en el South African Architectural Record, con el título, respectivamente, de "Las ciudades griegas" y "La casa helénica". R. D. M. Universidad de Witwatersrand, Johannesburg, 1941.
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