LA GUITARRA EN LA PROVINCIA DE SAN LUIS MAR˝A TERESA CARRERAS DE MIGLIOZZI (Aæo 2002) INDICE: INTRODUCCI(cid:211)N...............................................................................2 DESCRIPCION DE LA GUITARRA..................................................4 MODOS DE AFINACION ................................................................12 MODOS DE EJECUCI(cid:211)N DE LA GUITARRA...............................16 ELEMENTOS ACCESORIOS EN EL ARTE GUITARRISTICO.....17 OTROS CORDOFONOS ARRAIGADOS EN SAN LUIS...............19 ARBOLES CON DESTINO DE CANTO.........................................26 ARTESANOS DE GUITARRAS EN SAN LUIS..............................34 INSTRUMENTISTAS EN SAN LUIS DE ANTA(cid:209)O........................40 LA GUITARRA EN LA RELIGIOSIDAD POPULAR......................52 LA GUITARRA EN LA NARRATIVA SANLUISE(cid:209)A.....................60 GUITARRAS POR LOS CAMINOS DE LA GLORIA.....................63 LA GUITARRA ACOMPA(cid:209)ANDO EL CANTAR HIST(cid:211)RICO EN SAN LUIS ........................................................................................67 EL CENTRO TRADICIONALISTA (cid:147)SAUCES DEL CHORRILLO(cid:148)72 EL CONJUNTO CUYANO TRADICIONAL ....................................76 LA GUITARRA EN LA RADIO Y EN EL TEATRO ........................78 LA GUITARRA EN LAS SERENATAS ..........................................82 PALABRAS FINALES.....................................................................88 A los cantores y guitarreros de mi patria chica. A todos los que buscan alimento espiritual en las voces ancestrales de esta tierra. Si el alma que tengo fuera materia, tendr(cid:237)a las formas de una guitarra; bordonas y primas en bello encordado que al son de mi ser vibrar(cid:237)a en tonadas. Si el alma que tengo fuera guitarra, como ella ser(cid:237)a cantora y amiga; dormida en su caja mi voz, esperando poder despertar en canci(cid:243)n a la vida. Si el alma que tengo fuera guitarra, un delta de arpegios sus cuerdas ser(cid:237)an; seis r(cid:237)os y en ellos mis versos, viajeros buscando el hechizo de un mar de armon(cid:237)as La niæa que fui, otra vez yo ser(cid:237)a; de nuevo estar(cid:237)a a mi padre abrazada. a Øl, que pobl(cid:243) de sonidos mi mundo, a Øl, que en la vida fue canto y guitarra. Podr(cid:237)a confiar mis quimeras al viento; mi amor cantar(cid:237)a, aœn sin palabras; tal vez ser(cid:237)a el eco de una calandria si el alma que tengo fuera guitarra. (cid:147)ALMA Y GUITARRA(cid:148) Mar(cid:237)a Teresa Carreras de Migliozzi INTRODUCCI(cid:211)N En las pÆginas de este libro he logrado concretar tres viejos anhelos: difundir un modesto estudio referido a la guitarra, restaæar las heridas que el olvido y la indiferencia de otros tiempos causaron a este noble instrumento y homenajear a nuestros antiguos (cid:147)guitarreros(cid:148) quienes, fieles al diapas(cid:243)n supieron mantener vigente su voz. Apenas llegada de Espaæa en Øpocas de la Colonizaci(cid:243)n, el hombre de nuestra tierra se enamor(cid:243) de la guitarra y aquel antiguo idilio permanece inc(cid:243)lume entre ambos, a pesar del tiempo transcurrido. QuiØn sabe en quØ ignoto lugar un an(cid:243)nimo bardo cant(cid:243) as(cid:237): Un gitano poeta la tra(cid:237)a evocando su ausente Andaluc(cid:237)a, de las cumbres y valles de Vizcaya. La vio el paisano como el niæo mira el juguete infantil por quien delira, y en un instante que entusiasmo arranca, pœsole una cinta, ya encarnada o blanca, mont(cid:243) en su pingo, la terci(cid:243) en el anca y hecho un trovero la troc(cid:243) en su lira. A partir de entonces, ella se fue acriollando y comenz(cid:243) a poblar de bellas sonoridades los ambientes rurales y los ciudadanos, para convertirse finalmente en el s(cid:237)mbolo musicol(cid:243)gico intramusical de los argentinos y en especial de los cuyanos. Esta guitarra criolla, otrora manantial de armon(cid:237)as en los distinguidos salones, fue desplazada por el piano, moderno instrumento que reciØn llegaba. Y entonces su voz fue condenada al silencio en los centros urbanos. Dolida por su orfandad, ella busc(cid:243) refugio y lo hall(cid:243) en la periferia de las ciudades, en la generosa modestia de los boliches y en las reuniones familiares de (cid:147)las orillas(cid:148), donde lleg(cid:243) a ser reina y seæora, amiga y confidente de los mœsicos y cantores populares. Con el paso del tiempo, el trabajo esforzado de apasionados tradicionalistas logr(cid:243) extender nuevamente su reino hasta el centro de las ciudades y hasta el coraz(cid:243)n de sus pobladores. Y all(cid:237) se qued(cid:243) para siempre. Por eso dedico estas pÆginas a los viejos guitarreros de mi tierra puntana. No puedo mencionarlos a todos porque de muchos desconozco sus nombres. S(cid:243)lo evoco a aquØllos que mi memoria y esta modesta investigaci(cid:243)n me permiten rescatar del olvido. Al hacerlo les digo ¡gracias! ¡Gracias por dejarnos como herencia esta noble tradici(cid:243)n guitarrera que nos une y enorgullece! ¡Gracias por atizar en los boliches el fuego de la estirpe criolla que nos identifica! ¡Gracias por mantener viva en un encordado la voz de esta tierra! ¡Gracias por arpegiar con tres primas y tres bordonas el sentimiento puro que anida en el coraz(cid:243)n de los puntanos! Mar(cid:237)a Teresa Carreras de Migliozzi CAPITULO I DESCRIPCION DE LA GUITARRA La guitarra es un instrumento cord(cid:243)fono compuesto por una caja arm(cid:243)nica, un mÆstil o mango sobre el que se encuentra el diapas(cid:243)n, un conjunto de seis cuerdas que forman el encordado, un clavijero, un puente mayor y otro menor. GUITARRA CRIOLLA Por ser el instrumento musical mÆs popular de cuyo y del pa(cid:237)s, todos la conocemos y muchos hemos llegado a sentirnos conmovidos por sus sones. Sin embargo, a fin de ahondar aœn mÆs en ese conocimiento, intentaremos describir y estudiar las partes de la guitarra criolla, tan nuestra y tan amada, que se asemeja a una mujer por la belleza de sus formas y pareciera tener alma por el encanto de su voz. LA CAJA ARM(cid:211)NICA Llamada tambiØn caja de resonancia, estÆ constituida por dos tapas, una superior y otra de fondo, y por dos laterales curvos que se denominan aros. La caja arm(cid:243)nica ha experimentado muchos cambios a travØs del tiempo, tal vez buscando lograr una mejor resonancia. Las curvaturas c(cid:243)ncavas de los costados, por ejemplo, hasta el siglo XVIII eran menos pronunciadas. TambiØn fue mostrando cambios el tamaæo de la caja. Para su construcci(cid:243)n, nuestros artesanos siempre han usado las mejores maderas de la provincia; nobles maderas como las de algarrobo, nogal, retamo y otras importadas como las de jacarandÆ y cedro. (cid:147)Es necesaria una buena madera para que la caja tenga buena sonoridad(cid:148) me dec(cid:237)a en una oportunidad don MÆximo Heredia, artesano de San Francisco del Monte de Oro, Departamento Ayacucho. Segœn dicen los entendidos, las mejores cajas son las de jacarandÆ, pero por ser madera de otros climas, en San Luis se rasgan con frecuencia. Por esa raz(cid:243)n pocos son usadas por nuestros artesanos. La sonoridad y estabilidad de la guitarra depende ademÆs del espesor de las tapas de la caja, del buen estacionamiento de la madera con que estÆn construidas y de la cantidad y distribuci(cid:243)n de los refuerzos que Østas tienen en la parte interior, los que son en general de pino importado. Una buena guitarra debe tener una tapa de excelente madera, pero que no sea demasiado dura por que tiene que vibrar. El tipo de madera usado en los aros laterales no influye en la sonoridad del instrumento pero s(cid:237) el ancho de los mismos, o sea la altura de la caja. Si es mÆs alta, por ejemplo, se logran sonidos mÆs graves. Si por el contrario su altura es menor, sus sonidos serÆn mÆs agudos. Esto puede llegar a explicarse te(cid:243)ricamente por medio de las leyes de la f(cid:237)sica: la resonancia de una caja de determinadas dimensiones estÆ relacionada con la longitud de onda del sonido que va a emitir. Como la longitud de onda es matemÆticamente inversa a la frecuencia, si las dimensiones de la caja son grandes, las frecuencias serÆn bajas. ¡Pero nuestros criollos artesanos nada saben de f(cid:237)sica y sin embargo logran tan bello sonidos con nuestras puntanas guitarras! Esto hace que aumente la admiraci(cid:243)n que por ellos tenemos. Nuestros guitarreros, intuitivamente o tal vez por tradici(cid:243)n, sin poseer fundamentaciones f(cid:237)sicas o matemÆticas, fabrican guitarras de excelente sonoridad desarrollando una tØcnica que es una verdadera ingenier(cid:237)a. Por eso es que elogiamos y valoramos tanto su trabajo. En un cap(cid:237)tulo especial dedicado a los artesanos de guitarras, podremos advertir la modestia que asoma a sus labios al explicar con simplicidad los secretos que guarda este oficio tan antiguo como noble. Las tapas de la caja, superior y de fondo, se construyen generalmente con pino importado. Mientras mÆs finas y regulares son las vetas, mejor es la madera por que esto indica que el Ærbol ha sufrido menos las inclemencias del tiempo. Me dec(cid:237)a don Julio CØsar JofrØ, artesano de la ciudad de San Luis: (cid:147)La cantidad de vetas me estÆ diciendo la cantidad de aæos que vivi(cid:243) el Ærbol. Las vetas son como las arrugas de la gente. Cuanto mÆs aæos ha vivido el Ærbol, mÆs vetas tiene y mÆs ha sufrido las inclemencias del tiempo, sobre todo la humedad, que es lo que mÆs daæa la madera(cid:148). Esto, dicho de manera intuitiva por el artesano, estÆ demostrado por los entendidos en el tema. Ellos sostienen que contando el nœmero de anillos que presenta el corte transversal de un tronco se puede calcular la edad del Ærbol. En ciertos casos las tapas estÆn hechas de dos piezas por que no siempre el fabricante cuenta con el diÆmetro mayor del tronco del Ærbol. En tal caso, ambas partes se unen muy bien con masilla y se lijan prolijamente de manera que no se advierta la uni(cid:243)n. Algunos artesanos adornan prolijamente este enlace con delicados filetes de madera de distinta coloraci(cid:243)n, con los que tambiØn suelen ornamentar los bordes de la caja. Sol(cid:237)a decir mi padre: (cid:147)Si la guitarra es una mujer, la tapa es su rostro. La guitarra y la mujer suelen atraer por el hermoso color de su rostro, pero a veces esta es obra de las pinturas. Las (cid:147)trigueæitas(cid:148) son las mejores porque son autØnticas(cid:148). Y creo que hay mucha raz(cid:243)n en esto, porque mientras mÆs natural sea la madera, lustrada s(cid:243)lo a muæeca, mejor permitirÆ ver cada veta. A prop(cid:243)sito de esto dice MÆximo Heredia: (cid:147)Soy enemigo de usar pinturas o aceites porque var(cid:237)an la belleza natural de la madera y porque al taparle los poros, apagan el sonido de la guitarra(cid:148). La caja de una guitarra que nace de las manos de un artesano y n(cid:243) de las mÆquinas industriales que fabrican en serie, posee sonidos propios, distintos de los de otra guitarra, aœn cuando haya sido construida por la misma persona y utilizando los mismos elementos. Comentaba don MÆximo Heredia:(cid:148) Yo hac(cid:237)a una tapa arm(cid:243)nica, terminaba la guitarra, hac(cid:237)a unos acordes y sonaba hermoso. Con la misma plancha de madera hac(cid:237)a la caja de otra guitarra con iguales dimensiones y elementos y nunca obten(cid:237)a el mismo sonido. Unas eran mÆs brillantes y otras mÆs (cid:147)ronquitas(cid:148) y entonces serv(cid:237)an para puntear y otras para acompaæamiento(cid:148). La caja tiene en su tapa superior un agujero o boca central sobre la cual se rasguea o puntea. Esta boca se ornamenta con finos y coloridos c(cid:237)rculos concØntricos alternados con guardas geomØtricas. En algunas guitarras, estos adornos suelen presentar preciosas incrustaciones de nÆcar. En Nogol(cid:237), departamento Belgrano, hay una hermosa quebrada en el lugar donde actualmente se estÆ construyendo el dique. En ese sitio, en la parte mÆs alta de la sierra, viv(cid:237)an en la dØcada del 70 los mellizos Otilio y Julio Funes, artesanos de guitarras. Ellos confeccionaban la roseta central en forma separada. Un(cid:237)an finas lÆminas de madera teæidas de distintos y vistosos colores, logrando una especie de enchapado de forma circular. Una vez terminado, lo pegaban sobre la boca de la guitarra y Østa quedaba preciosamente adornada.1 Dice una antigua copla puntana, vigente en la memoria popular: La guitarra tiene boca y la boca sabe hablar. S(cid:243)lo el coraz(cid:243)n le falta para poderse expresar. 1 Informante: Aldo Augsburger, arque(cid:243)logo autodidacta que vive en la provincia de San Luis desde 1948. Otra, recogida en 1921 por la maestra Gabriela Alvarez de Salvatore en Santa Rosa, departamento La Capital, dice as(cid:237):2 Esta guitarra que toco tiene boca y sabe hablar. S(cid:243)lo le faltan los ojos para ayudarme a llorar. Al referirse a la boca de la guitarra, el hombre folk lo hace con tØrminos que le son familiares y que no siempre resultan delicados o poØticos. Si consideramos que para Øl este instrumento tiene las formas de una mujer, comprendemos que aluda a la caja llamÆndola (cid:147)panza(cid:148) y a la boca (cid:147)pulpo(cid:148). As(cid:237) lo expresa en algunas adivinanzas muy difundidas en el interior de la provincia de San Luis, como Østas que en 1921 fueron recopiladas en Divisadero por el maestro FØlix Ojeda3 y en Santa Rosa por la seæora Gabriela Alvarez de Salvatore4: Me rasco el pupo, Me muero de gusto. En la panza tengo un agujero Que cuanto mÆs lo rascan, mÆs me alegro. O en la siguiente, que recogi(cid:243) en Los Lobos la seæora Gusta de Villegas5: Una vieja tonta y loca Con la barriga en la boca MANGO O M`STIL El mango de la guitarra, tambiØn llamado mÆstil, comienza en el clavijero y finaliza al unirse con la caja arm(cid:243)nica. Se lo construye con maderas resistentes, generalmente Øbano, para soportar la fuerza que ejerce el encordado. 2 (cid:147)catÆlogo de la colecci(cid:243)n de folklore(cid:148)-(San Luis)- Facultad de Filosof(cid:237)a y Letras (cid:150)Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg.37, Esc.132- 3 Idem 2 - leg.96, Esc. N” 171. 4 Idem 2 (cid:150) leg.37, Esc. N” 132. 5 ˝dem 2 (cid:150) leg.167, Esc. N” 86. Recordemos que las cuerdas recorren todo el mÆstil ya que estÆn sujetas por un extremo al clavijero y por el otro al puente mayor, luego de haber pasado por la boca de la guitarra. El hecho de ser tensadas y mÆs aœn de ser pulsadas, somete al mÆstil a una gran fuerza que s(cid:243)lo una vigorosa madera puede soportar. Me dec(cid:237)a un d(cid:237)a mi buen amigo Mario IvÆn Rivarola6: (cid:147)Es tal la fuerza que ejercen las cuerdas que si una guitarra cae al suelo con el encordado flojo, quizÆs no sufre ningœn daæo. Pero si al caer tiene las cuerdas tensadas, salta el puente o se rasga la tapa(cid:148). En el ambiente campesino se acostumbra guardar la guitarra con las cuerdas flojas por dos razones. En primer lugar por que se sabe de la tensi(cid:243)n enorme a que estÆ sometida la guitarra afinada y ademÆs por que existe una creencia popular que sostiene que si se guarda con las cuerdas templadas, llegada la medianoche, viene el (cid:147)mandinga(cid:148) (al que llaman (cid:147)el maestro de mœsica(cid:148)) y la hace sonar. Para la construcci(cid:243)n del mÆstil generalmente se utiliza madera de Øbano u otra que sea igualmente resistente. DIAPAS(cid:211)N Se le llama as(cid:237) a la chapa de madera que cubre el mango, llegando hasta la boca de la guitarra. En el diapas(cid:243)n van incrustadas unas barras metÆlicas transversales llamadas (cid:147)trastes(cid:148), que sirven de gu(cid:237)a para que el ejecutante pulse las cuerdas en las distintas alturas del mango y pueda lograr as(cid:237) sonidos mÆs graves o mÆs agudos. Una guitarra comœn tiene diecinueve trastes y el conjunto de Østos se le llama (cid:147)entrastadura(cid:148). En las buenas guitarras el diapas(cid:243)n es de Øbano, ya que esta madera posee dos cualidades importantes: es fuerte y ademÆs es hermosa. CLAVIJERO Se denomina as(cid:237) al conjunto de seis clavijas que la guitarra posee en el extremo superior del mÆstil. 6 Mario IvÆn Rivarola, afamado guitarrista y cantor oriundo de Quines, Departamento Ayacucho. Cada cuerda tiene una clavija que permite templarla, es decir tensarla mÆs o menos hasta lograr la afinaci(cid:243)n deseada. Los clavijeros se confeccionan con metal. Las cabezas de las clavijas, que en la actualidad se fabrican con materiales sintØticos, en tiempos pasados eran de nÆcar o de hueso. En una entrevista que realicØ al seæor Pedro Oscar FabrØ, actual propietario de (cid:147)El Toro(cid:148), un tradicional comercio de la ciudad de San Luis dedicado a cigarrer(cid:237)a y venta de loter(cid:237)a y de art(cid:237)culos regionales, me coment(cid:243): (cid:147)Antiguamente las guitarras que mi padre vend(cid:237)a ten(cid:237)an clavijas de nÆcar o de hueso. Los compradores los prefer(cid:237)an de hueso, porque eran mÆs resistentes.(cid:148) Algunas guitarras mÆs modestas ten(cid:237)an clavijas de madera. Eran Østas pequeæas piezas c(cid:243)nicas que se colocaban a presi(cid:243)n en cada hueco del clavijero. Las viejas clavijas de madera que hÆbilmente los guitarreros hac(cid:237)an girar para templar su instrumento eran a menudo mojadas con saliva. De esta manera la madera se hinchaba y la clavija no se aflojaba. A esas antiguas y humildes clavijas canta con alegre ritmo de cueca don FØlix Dardo Palorma, el gran folklorista cuyano: Hechas a lezna y cuchillo son las clavijas, son las clavijas. Son de madera y se aprietan con salivita, con salivita. PUENTE MENOR Es una barra transversal ubicada en la base del clavijero, por la que pasan las cuerdas que salen de cada clavija. Antiguamente el puente menor era de hueso o de carey. Actualmente se lo confecciona con materiales sintØticos. PUENTE MAYOR Es la zona de sujeci(cid:243)n de las cuerdas en el extremo inferior de la tapa. En Øl se aseguran las cuerdas luego de pasar por la boca de la guitarra. El puente mayor se construye con nogal, Øbano u otras maderas resistentes que puedan soportar la tensi(cid:243)n de las cuerdas. Tanto el puente mayor como el menor tienen por finalidad impedir que las cuerdas rocen la madera y pierdan sonoridad. ENCORDADO El encordado es el conjunto que forman las seis cuerdas de la guitarra criolla. Va sujeto por un extremo al clavijero; pasa luego por el puente menor, el mÆstil y la boca de la guitarra, para ser finalmente fijada al puente mayor. La guitarra ha sufrido sucesivos cambios a travØs del tiempo, especialmente en lo que se refiere al encordado. Sabemos que en su forma mÆs antigua, la guitarra espaæola ten(cid:237)a tres pares de cuerdas mÆs una sencilla, que era la mÆs aguda. En el siglo XVII lleg(cid:243) a tener cinco pares. A fines del siglo XVIII cada par se transform(cid:243) en una cuerda sencilla y segœn algunos investigadores esta guitarra de cinco cuerdas es la que lleg(cid:243) a AmØrica, aæadiØndosele aqu(cid:237) la sexta. Algunos investigadores en cambio afirman que las guitarras que trajeron los espaæoles fueron de seis, nueve, doce y hasta veinte cuerdas, muchas veces apareadas para facilitar la pulsaci(cid:243)n. El hombre argentino adopt(cid:243) la de seis cuerdas, guitarra Østa que lleg(cid:243) a popularizarse en toda la extensi(cid:243)n de la patria y que llega a nuestros d(cid:237)as arraigada tanto en el ambiente ciudadano como en las zonas rurales del pa(cid:237)s. El encordado de nuestra guitarra criolla estÆ compuesto por tres cuerdas primas (de sonido agudo) y tres bordonas (de sonido grave). Las primas, que en la actualidad son fabricadas con (cid:147)nylon(cid:148), antiguamente se hac(cid:237)an utilizando tripas de cerdo o de gato, las que eran cortadas en finas tiras y luego estiradas y trabajadas. Las bordonas, en cambio, son (cid:147)entorchadas(cid:148), es decir confeccionadas con hilo de ceda o de (cid:147)nylon(cid:148) y recubiertas con filamentos metÆlicos que las envuelven en forma apretada y circular. En el pasado las bordonas no se entorchaban sino que se fabricaban con tripas prolijamente trenzadas. Pero ya sea con cuerdas de tripa o de elementos sintØticos, nuestras guitarras siempre han entregado bellos sonidos y su canto, desde antaæo, ha poblado de voces y de encanto esta tierra puntana. Sin embargo nunca ha faltado un pobre que tuviese como œnico capital o como preciada herencia una modesta guitarra con cuerdas de alambre.
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