La conducta virtuosa del filósofo Al - Rázi I raducción. introducción y notas de Emilio Tornero E D I T O R I A L T R O T T A Esta obra es una coedición con la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid PLIEGOS DE ORIENTE Títulos originales: Kiláb alslra al-falsaftyya Kit5b al-Jibb u!-rühán¡ © F'íitorial Trotta, S.A., 2004 Ferraz, 55. 28008 Madrid teléfono: 91 543 03 61 fax: 91 543 14 88 c-mail: [email protected] http: //www. tro tta.es © Emilio Tornero, 2004 isbn: 84-8164-65^-8 depósito legal: M-53.006-2003 impresión María Impresión, S.L. A Pepa, mi mujer, y a mis hijos: Yanury, Gabriel y Olga CONTENIDO Introducción................................................................................................................... II Al*Raa-. Vida Obra I ] l a ética de al-Rfizi.................................................................... 17 Bibliografía ...................................................................... 22 EL LIBRO DE LA MEDICINA ESPIRITUAL.............................................. 25 Capitulo 1. Sobre la preeminencia y loa de la ra/.on 28 Capítulo 2 Sobre el sometimiento y el rechazo de la pasión, más un re sumen de la opinión del sabio Platón ...................................... 30 Capitulo 3 Compendio que se presenta antes de mencionar por separado las afecciones malas del alma......................................................... 38 Capitulo 4 Sobre el reconocimiento de los propios defectos 39 Capitulo 5. Sobre el amor y el trato intimo, más un resumen sobre el placer................................................................................................. 41 Capítulo 6 Sobre la vanidad.............................................. . 49 Capítulo 7 Sobre la envidia................................................................... 51 Capitulo 8 Sobre el rechazo de la cólera 56 Capitulo 9 Sobre la eliminación de la mentira 58 CONTENIDO Capitulo 11 Sobre el rechazo del exceso nocivo de reflexión y de preo cupaciones ..................................................................................... 62 Capitulo 12 Sobre el rechazo de la tristeza....................................... 64 Capitulo 13 Sobie la gula........... 69 Capitulo 1-1 Sobre la borrachera 71 Capitulo 15. Sobre el coito..... ............................................... 73 Capitulo U>. Sobre la niania de tocarse alguna parte del cuerpo y sobre los escrúpulos en los actos rituales 76 Capitulo 17 Sobre la acumulación, ia adquisición y el gasto. 79 Capitulo IX Sobre lu búsqueda de rangos y honores mundanales S3 CapHulo 19 Sobre la conducta virtuosa........................................... 88 Capitulo 2(i '■'ibrc el temor a la muerte 89 EL LIBRO i 'E LA CONDUCTA FILOSÓFICA.................................................... 93 INTRODUCCIÓN A!-RÁ/1 VIDA-OBRA La singular figura del médico y filósofo Abü BakrMuhainmad ibn Zaka- riyya ''l-Ra/T (ni 925?, 935?) encaja mejor dentro de la Antigüedad tar día que en el seno de la cultura árabe-islámica, pues su producción cien tífica y gran aprecio por las ciencias, su ideal de vida filosófica y sus opiniones religiosas hacen de el un digno representante del helenismo1. Coincide su \ ida con una época de gran efervescencia cultural en el mundo árabe-islámico. Es en estos siglos i.\ y x cuando tiene lugar la gran época de las traducciones del J^ado griego, iranio e incluso de parte del hindú al árabe. Inexplicablemente en tomo a estos árabes, poco ha salidos del desierto y sin otra cosa que ofre^ci más que una religión y una lengua, se organiza un movimiento cultural de unas proporciones gigantescas y trascendental para la historia de la cultura Tienen lugar entonces una autentica Ilustración en este mundo árabe-islámico y, se gún W. Jacgcr, puede ser considerada ésta la primera época verdadera- menie imirnacional del pensamiento y de la ciencia. Las grandes obras de la filosofía y de la ciencia griegas son vertidas al árabe con amplio apoyo califai y de otros mecenas2. De este modo 1 I’ara una visión general sobre -ste filósofo pueden consultarle, cr.ire otros ma nuales, M Cru/. Hernández, Historia del pensamiento en el mundo islámico ]. Desde los orígenes hasta el siglo A7/t Madrid. Alianza, 1981. pp 156-159, y A Badawi, Ihstoire de la Plnlosophie en Islam. París. J Vrin. 1972. vol II. pp 577-59*1 Véase Inrnbién S Escobar «Al-Rází, un filósofo de una Antigüedad tardía», en Actas del I Congreso No cional de Filosofía Medieval, Zaragoza, 1990. vol i i, pp 57-61. 2 Cf. G Fndrcss, «Die wissenschaftlichc Literatur», en I! Gatje (ed ), Grundriss puede iniciar el mundo árabe su propia andadura y aventura especulati va. Ejemplo de ello son, anteriores a al-Rázf, el filósofo al-Kind¡ (m. 870), y <-ontemporáneo suyo es al-Fürabí (m. 950). Es decir, que ai-Rñzí emerge en los momentos álgidos y más creativos de la cuhura árabe- islámica. Está situado de lleno en la ¿poca que se conoce como el Rena cimiento de! islam y que ha sido denominada asi aludiendo al momento más esplendoroso de esta cultura, pictórica de grandes logros y de una producción científica y filosófica enorme’. Poco sabemos de los maestros de al-Ra/.í. Aparece este, como todas las grandes figuras filosóficas del islam sin una filiación de maestros y discípulos, formado casi exclusivamente por medio de lecturas, hecho que contrasta con las disciplinas más religiosas donde si son cuidadosa mente registrados maestros y discípulos1. El único maestro de al-Rüzí que nos citan las fuentes es Iransahrí, figura muy enigmática de la que tan sólo se comenta su independencia de criterio frente a credos y reli giones Tal vez de él heredase al-Rñ/T su cspínlu independiente y perso nal en lo que a religiones se refiere Sobre la vida de al-Ra/.í tenemos también escasísimas noticias. Ape nas sí nos refieren los biobibliógrafos alguna que otra noticia anecdótica y difieren sobre la fecha de su muerte. Nació en el año 864 en Rayv. ciudad en la que pasó toda su vida, excepto unos pocos años que residió cr Bagdad, y murió en Rayv en el año 925 o 935 según los autores. i ras un primera dedicación a la alquimia pasó a ocuparse de la me dicina p: ecc que :i una edad tardía Sobresalió tanto en esta ciencia que los gobernantes y poderosos acudían a el . y fue director del hospital de der Arabischen Phtlologie, vol. 2. Wíesbaden. 1987. pp 400-506; vol 3, W i es haden, 1992,, 3-152 y D Gulas, Greek Thought. A rabie Culture. The Graeco-Arabic Trans- latton Movement in Jiaghdad and Early Abbüsid Society (2nd-4th Sth-JOlh centunes}. London’New York, 1998. .V Cf A Mez. El Renacimiento del islam, liad. del alemán por S. Vila, Madrid Cirnnada, 191 Ti. \ J ! Kraemer. Ifumamxm in the Renatssance of Islam, Leí den» E J Qnllf 19K6, y del mismo autor, Phüosophy in the Renaissance ofI slam, Leiden. E. 1 linll, 1986 4 Véase sobre este asunto F. E Peters, Anstotle and the Arabs. The Anslotehan Trajinan m Islam. New York University Press/Umversity of London Press, 1968, pp 75-78. 5 Veremos a al-Rá/.í en la segunda de las obras que traduzco tratando de justificar su relación con los poderosos y dicie»1 ijue se ha limitado a relaciones estrictamente profesionales Sobre b situación política de su tiempo y las implicaciones políticas de su filosofía véase P E Walker. «The Political Implications of al-Rázfs Philosophy», en The . .. iical Aspecls o/Islamic Phtlosaphy. Essays m Honor ofM u hs in Mahdi. eU de Ch E Üutterworth, Cambridge (Mas.)* Harvard University Press. 1992, pp. 61-94 11 autor de este trabajo concluye con la no implicación de al-Rází ni de sus obras en asuntos políticos La filosofía política empezará con al-Kárábí Rayy. Por esta faceta de gran médico es por la que ha sido casi exclusi vamente conocido tanto en el mundo islámico como en el cristiano. En el Occidente latino medieval fueron traducidos al latín dos de sus grandes tratados de medicina, el Líber Almansorem, traducido en el siglo xii, donde tenemos el tratado más antiguo conocido sobre la virue la, y el Continens, especie de gran enciclopedia medica en la que resume el saber medico de la época, que fue traducido en el siglo xitt. Ambos tratados fueron admirados y ponderados por Vesalio. En cuanto a su producción filosófica es muy limitado lo que pode mos decir, pues, exceptuando los dos tratados de ética que traduzco aqui, poco más se nos ha conservado. Si algo más sabemos de sus obras y doctrinas filosóficas es por las noticias de sus oponentes y refutadores. Esta no conservación de sus obras seguramente se debe, por un lado, al desprecio con que fueron consideradas sus opiniones filosóficas por al- Farabí. Aviccnay Maiinónides' . y por otro, v sobre todo, a que dichas opiniones 110 fueran en nada favorables al islam y a las religiones. Por todo ello es comprensible que sus obras filosóficas circulasen poco en el medio islámico y que la mayor parte de ellas no se nos hayan conserva do7, y naturalmente no tuvieron la oportunidad de ser traducidas al latín. En la edición acabada de indicar en nota reconstruye Kraus varios tratados filosóficos, breves todos ellos, con las notas y citas de otros autor'"; No constituyen estos tratados así reconstruidos un discurso co herente y continuo. Son. a vcces. sólo breves apuntes de diversos temas. Son dichos tratados los siguientes: AlacjataJt-nui bu dal-lahi u (Tratado «/«.• metafísica). Su atribución a al-Razí es incierta. Versa más sobre temas de física que de metafísica. Dos de los temas más discutidos aqui son el de si hay finalidad en la naturaleza y el de si el mundo es finito o infinito. Maqñla fi anidmi al-iqbGl wa-l-dawla (Tratado sobre los indicios de la fortuna y del poder). Muy breve, de lema político-astrológico. Kitáb al-ladda (Libro sobre el placer). Ideas platónicas y epicúreas 6 Comenta Aviccna que mejor hubiera hecho dedicándose a análisis de orina y excremento:. Cf S. Pines. StuJics tn Abo' i Harnkál ul-Ragdádi Physics and Afetaphy- sics., Jenisalem. 1979. p 5. n. 20. 7 Véase la edición que realiza I’ Kraus. de lo conservado y de lo reconstruido a pulir de las citas de otros a uto re- en xbi Hakr Mohanimadi Filii Zachanae Raghensis (Ra/is), Opera f'inlosophicu Irngntcniaquu tjuae supas.. Bcnut. Dar al-Afaq Al-Ja- diriah, 1977; reimpresión de la edición de El Cairo, 1939 Es de esta edición de donde traduzco las dos obras sobre etica que se nos han conservado de al-Rází Recientemente F. Se/gm ha vuelto a reeditar Ij edición de Kraus en !*ublications of the Instituto for tlie llistory of Arabic-lslanuc Science Islamic IMnlosophy. vol. 19, Frankfurt a M . 1999 sobre el placer que le llegan a al-RSzi a través de Galeno. En las obras aquí traducidas reaparecen algunas de estas ideas. Kitiib al- ‘ilm al-ilühT (Libro de la ciencia divina o teología). De variada temática: existencia de! mal, metempsicosis, dualismo, doctrina de los cinco principios eternos, etc. A l-qawlfl l-qudamü' al-jamsa (Discurso sobre los cinco principios eternos). Es tal vez la doctrina más característica de al-Razí, de la que hablaremos después. Los cinco principios son: Dios, Alma. Materia. Es pacio y Tiempo. Al-qawl Jt l-Hayüla (Discurso sobre la Materia Pruna). Se trata de una materia eterna, uno de los cinco principios eternos del tratado anterior. A l-qawl Jt l-Makan wa-l-Zaindn (Discurso sobre el Espacio y el Tiempo). Son dos de los cinco principios eternos y repite ideas del otro tratado. A l-qawl Jt t-Safs wa-l- 'Olam (Discurso sobre el Alma y el Mundo). Para al-RSz!. frente a Aristóteles, el mundo es creado Relata aquí al- Rá/.i un mito de origen gnóstico sobre la creación del mundo al que me referiré más adelante. Polémicas entre al-RfizTy Abil Hatim at-Rñzí. Se trata de otro al- Rfizí. contemporáneo suyo. Versan estas polémicas sobre la necesidad o no de la profecía, de los profetas y de las religiones, y a ello me referiré también a continuación. Estas son, pues, las obras, o mejor dicho extractos, que tenemos para conoccrr 1 pensamiento filosófico de al-RázI D,,blica además Kraus. en primer lugar, los dos tratados de ética que. afortunadamente, estos si se nos lian conserv ado en el texto original y completo de al-Razí. Son los que traduciré: Al-Tibb al-Rílhíinl {La medicina espiritual) y AI-Síra al- falsafiyya (La conducta filosófica)*. No se desprende de estos extractos un sistema filosófico ni están sus ideas muy dcsarrrolladas9. Lo más característico de sus opiniones filo sóficas es su doctrina de los cinco principios eternos: Dios, Alina. Mate ria, Espacio y Tiempo10. Doctrina que constituye la base y el trasfondo de su particular deísmo, desde el que se ci'.v.a. en una actitud critica, por encima de las diferencias religiosas y confesionales. K Un análisis detenido de todas estas obras publicadas por Kraus nos lo ofrece A Uausant, Un filosofo «lateo» del Medioevo musulmana. Abü Bakr ¡uhammaJ ben Zoka- nyya al-Hüzl, Roma. Istituto di Studi Islamici, 1981 9 Para la valoración de su filosofía hay que tener en cuenta, sin embargo, que la mayor parte de estas ideas las conocemos sólo por las refutaciones de sus oponentes 10 Véase una breve y clara exposición de estos cinco principios en M Mahdi. Remarks on al-R;i/fs Principies» Hulleím d’Étudcs Orientales 48 (1996). pp 145- Confluyen en esta dolrina de al-RílzT influencias gnóstieas, hermeti- cas y neoplatónicas. sin que la investigación haya podido aclarar su gé nesis concreta, asunto difícil mientras no dispongamos de sus obras ge- nuinas sobre estas materias. Para fundamentar sn deísmo. al-RS/í considera i,uc Dios crea el mundo, en el sentido de organizar, disponer, la Materia, habiendo así una creación temporal y no eterna. Con esta intención ataca la eternidad del mundo según Aristóteles siguiendo las refutaciones de Juan Filopo- «o a Proclo, tema en el que le habia precedido al-Kindl. Sin embargo, para eludir un cambio, una modificación en la Volun tad divina eterna, recurre a un mito, inspirado en fuentes maniqueas y gnóstieas. según el cual el Alma, uno de los principios eternos, quiere encamarse en la Materia a fin de poder sentir placeres corporales. Este es el motivo que mueve a Dios, accediendo a este deseo del Alma, a crear el mundo sensible sirviéndose de la Materia y dentro del Espacio y del Tiempo. Pero a la vez. apiadándose Dios del Alma, le infunde el Intelecto, que es parte de la propia esencia div ina, para que le recuerde a ésta su origen y la estimule a volver a su verdadero inundo, purificándo se de la Materia". En este mito está expresada también su teodicea, pues es el Alma la responsable de los males de este mundo, cuestión sobre la que se mues tra muy sensible al-Rá/.T. pues según el testimonio de Maímónides1-, al- 11. Todo esto lo conocemos gracias » la reiulacion del oíro al-Kází citado Cf F Ürion, «Lo tcinps, l’cspacc et la genese du monde selon Abú Hakr al-Rází presentation et iraduction des chapitrcs 1, 3-4 du Kitáb a’lám al-nubuwwa d’Abü Hátim al-Rází»: lievue Philosophique de Louvain 87 (1989). pp. 139-164. Sobre el mito concreto de la caída del Alma véase L. E Goodman, uRází s myth of ), the fall of sou! its fundían in his philosophy». en G. F Ilourani (cd Essays on Jslamic Philosophy, Aíbany, State Uní vcrsity of New York Press, 1975, pp. 25-39 Un cuanto al tras fondo de esta concepción del Alma en Mticiórt a su ética puede consultarse Th. A. Druart, «Al-Rází couception of the Soui: Psychologtcal Baekgroud to his Ivthics»: Me- dieval Phdosophy and Theúlogy5 (1996), pp. 245-269 Este mito de la caída del Alma aparece, casi literalmente, en la novela de Th- Mana José y sus hermanos 1 Las historias deJaacob. Preludio. 8 Cf sobre ello en S. Pinés. «Shi’ite terms and conceptions in Judah Halcvi’s Kuzari»; Jerusalem Studies inArabic and Islam 2 (1980). p 205. n. 244, donde se citan estudios sobre la obra ue Th Mann en los que se da cuenta de cómo llegó éste al conocimiento de dicho mito a través del artícu lo de Jl- II Schaecíer «Dte islamische LeHie vom Voükomnicnen M enseben. ¡lux ller- kunJl und ihre dichterische Gestaltung» Y.cUschnft der Deutschen Morgeniándischen Geseilschafl 79 (1925). pp 192-268 12. Cf. Guia de perplejos. Madrid. Trolla. '2001.3 * parte, cap 12 SoVe su teodi cea. véase R Rashed, "Abfl íiakr al-Rází et le KuLuTI» Méfanges de l'ínsUtut Domim- catn d Eludes Orteniaics du Caire 24 (2000)* pp 39-54, y el artículo mencionado de M Mahdi, «Rcmarks».