La eficacia en la implantación de los procesos de mejora en el área del mantenimiento requiere de análisis exhaustivos de una amplia variedad de factores relacionados con diferentes aspectos de un activo de producción. El objetivo primordial a conseguir es la mejora de la rentabilidad del sistema productivo conjuntamente con la disminución del riesgo en las operaciones y de la incertidumbre en la toma de decisiones en el proceso de gestión de activos.