Él quiere venganza, pero la quiere más a ella.
Había una vez un niño pequeño.
Su barriga llena de risas, su vida llena de alegría.
Hasta que un día, algo cambió; despojado de su inocencia.
El agujero en su interior hizo espacio para que el diablo viniera a jugar.
Sus sueños se fueron para siempre, creció demasiado rápido.
Una noche interminable de cocodrilos y relojes de cristal.
Se convirtió en un villano, con el sabor de la venganza en su lengua.
Ansiando hacer pagar a sus enemigos las fechorías que habían hecho.
En lugar de eso, encontró una chica encantadora, y se negó a dejarla ir.
Porque qué mejor manera de hacer pagar al hombre, que robarle su pequeña sombra.