Description:Había tomado dos decisiones precipitadas en pocos minutos. La primera, salir pitando de Nueva York; la segunda, hacerlo en el primer vuelo para el que consiguiera pasaje, fuera cual fuere su destino. Fue de este modo como me vi en el aeropuerto de Hamburgo un martes por la tarde, preguntándome qué diablos se suponía que había ido a hacer allí. —¿Turista americano? ¿Buscas hotel? —Me abordó en la misma terminal un tipo escuchimizado y moreno, que aparentaba unos cuarenta años—. Tranquilo, tío; estás en buenas manos. Voy a conseguirte uno barato y decente.