“El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano Análisis de los cambios políticos en Venezuela después de la llegada de Hugo Chávez Frías a la Presidencia de la República Jairo Larotta Sánchez por Caracas, Junio 2003 1 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 (Contraportada) JAIRO LAROTTA SÁNCHEZ Nació en 1946 en San Cristóbal, Venezuela. Estudió en la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.) de Caracas, y en la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M.) del D.F. de México. En la U.C.V. recibió los títulos de Ingeniero Civil (1970) y Magister Scientiarum en Ingeniería Sismo Resistente (1976). Comenzó como Ingeniero Inspector de Obras, Ingeniero Proyectista de Obras Sanitarias y Calculista de Estructuras en el Banco Obrero hoy INAVI (1970-75). Fue Secretario Ejecutivo de FUNVISIS (1975-79) e investigador en la U.C.V. (1973-76) habiendo realizado 11 publicaciones científicas en su especialidad, presentadas en congresos nacionales e internacionales. Fundó empresas constructoras de obras civiles e industriales con obras terminadas en diferentes ciudades del país. Fue Director Ejecutivo, Gerente de Construcción y Gerente de Contraloría y Administración de Proyectos en empresas de ingeniería de consulta y empresas constructoras. Fue ingeniero residente de numerosas obras civiles e industriales (1979-2002). Es miembro de las siguientes instituciones: Colegio de Ingenieros de Venezuela, Sociedad Venezolana de Ingeniería Estructural, Association of Geoscients for International Development. Es padre de tres hijos profesionales y en la actualidad presta sus servicios como consultor independiente. “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” es su primera publicación no científica, y en ella describe las causas y soluciones a los problemas de la Venezuela contemporánea, a la luz de su óptica personal. Su estilo crítico y polémico describe los principales eventos ocurridos y sugiere recomendaciones a los principales actores de los diferentes escenarios del quehacer nacional, ante la crisis interna y su interrelación con el mundo globalizado de los inicios de este siglo XXI. Esta obra está dirigida a la juventud venezolana, quienes ocuparán en el futuro próximo posiciones de relevo a la actual generación dirigente de las fuerzas vivas del país. El fin principal del variado temario de este libro está orientado al aporte de un granito de arena para resolver la crisis que atraviesa Venezuela en su transición al desarrollo como individuos y como colectivo. 2 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 Contenido Prólogo, agradecimientos y dedicatorias Pag. 4 Cap.1.- Democracia y libertad: armas de doble filo Pag. 7 Cap.2.- La “piñata” en la idiosincrasia de los venezolanos Pag. 15 Cap.3.- La política y la jerarquía meritocrática Pag. 22 Cap.4.- ¿Es el petróleo, la esencia de la Venezuela de los siglos XX y XXI? Pag. 31 Cap.5.- La Constitución de 1999 y sus efectos Pag. 43 Cap.6.- La patología del éxito Pag. 53 Cap.7.- La corrupción y la justicia Pag. 65 Cap.8.- La gerencia en el sector público Pag. 72 Cap.9.- El sector privado y su verdadero rol Pag. 81 Cap.10.- La política y la economía Pag. 94 Cap.11.- Seguridad Social: un activo trascendente Pag. 110 Cap.12.- La supervisión y el poder Pag. 116 Cap.13.- El proceso educativo como herramienta para el cambio Pag. 122 Cap.14.- Solidaridad y patriotismo: valores a rescatar Pag. 135 Cap.15.- Autoestima y autorrealización de los venezolanos Pag. 141 Cap.16.- ¿Es Colombia el país hermano que predican nuestros políticos? Pag. 148 Cap.17.- ¿Cuál es la política exterior de la Venezuela del siglo XXI? Pag. 158 Cap.18.- Después de la conclusión de este libro: Últimos acontecimientos en Venezuela y el mundo Pag. 171 Epílogo Pag. 188 Bibliografía Pag. 189 3 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 Prólogo, agradecimientos y dedicatorias “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano”, es un libro que toca diferentes conflictos relacionados con las fuerzas vivas que han actuado y actúan en el presente. Para nadie es un secreto la crisis que vivimos los venezolanos en los inicios del siglo XXI. Para nadie es un secreto que esta crisis tiene antecedentes de larga data, que se remontan a las postrimerías del siglo XIX, y esencialmente desde el inicio del período democrático que comenzó en 1958 hasta la presente fecha cuando estamos escribiendo estas líneas. ”No culpes a nadie. Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimentarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino. Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es: el pretexto de los fracasados”. Pablo Neruda Estas reflexiones nos indican lo importante de nosotros como seres humanos pertenecientes a una sociedad en crisis. Los países mas adelantados del primer mundo y que proporcionar a sus ciudadanos la mayor estabilidad social, económica y política, se han levantado de las cenizas, del hambre y del caos por sus errores pasados. La crisis actual no es solo de nuestro país, es reflejo e interactúa con la crisis global del mundo contemporáneo. En Venezuela hemos vivido por largo tiempo en un reino mágico, aislado del mundo real, protegidos por la bonanza petrolera y por el Estado quién la ha administrado. La globalización de los medios informáticos, financieros y políticos han roto ese aislamiento de esa especie de “país de las maravillas” de las últimas seis décadas. Ese rompimiento del cristal protector que cubría a Venezuela ocurrió lentamente y se fue manifestando poco a poco durantes las crisis de los gobiernos pasados, donde los problemas más importantes de nuestra sociedad no fueron resueltos y más bien se fueron acumulando. Los principales culpables de ello hemos sido nosotros mismos. Los países están constituidos por gentes. Las instituciones están integradas por personas. El capital humano es la riqueza mayor de cualquier nación. Nosotros sabremos lo valiosos que somos cuando comenzamos a perder nuestros atributos. Todos apreciamos a algo o a alguien solo cuando lo perdemos. Una de esas cualidades es nuestra característica multi- étnica por la variada inmigración que llegó a nuestro país. Eso nos ha dado muchas otras cualidades que ya son vernáculas. Entre estas cualidades podemos enumerar la 4 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 ausencia del racismo, la belleza de nuestras mujeres, la creatividad de nuestros jóvenes, nuestra capacidad de adaptación a diversas situaciones, lo rico de nuestra cultura y nuestra música, nuestra gran capacidad para enfrentar retos, la gran preparación de nuestros profesionales, nuestro amor por la paz y a vivir en democracia. En ese sentido muchos sociólogos de otros lares opinan que nosotros los venezolanos somos de todos los latinoamericanos los que podemos cambiar y cambiamos más rápido bajo presión. Dicen que esta aseveración está demostrada en el laboratorio de la historia escrita desde el descubrimiento del continente americano. Venezuela tomó el liderazgo para lograr la independencia política el siglo antepasado, no solo de nuestro país sino de buena parte de los países del norte de América del Sur. Venezuela fue y ha sido ejemplo de incontables luchas a lo largo de su historia. En la actualidad, nos debatimos en una lucha para lograr la independencia social y económica en el ambiente globalizado contemporáneo, donde apenas en este hemisferio representamos menos del 4% de su población. Hemos perdido varias batallas en las últimas décadas, pero hemos ganado otras. Aún así nosotros los venezolanos no hemos alcanzado la mayor suma de felicidad posible que sentenció el Libertador Simón Bolívar cuando se refería al mejor gobierno deseable. La culpa ha sido nuestra y de mas nadie. Quien calla otorga dice otro dicho y la mayor parte de nuestra población pecó gravemente con el silencio ante los errores de nuestros gobernantes de todos los tiempos. Quizás una de nuestras mayores carencias es nuestra falta de verdadero nacionalismo, la ausencia de verdadero patriotismo, y la falta de solidaridad entre nosotros mismos. Nuestro sistema democrático actual es perfectible y vamos en camino de poder arreglar los entuertos. No obstante vemos a veces con tristeza el egoísmo y la mezquindad en nuestros conciudadanos. Queremos resolver nuestras diferencias en un ambiente pacífico, sin balas, con diálogo pero sin intolerancia. Los acontecimientos actuales reflejan la reacción a los cambios estructurales que estuvieron diferidos por muchos años. Todos los venezolanos y muchas naciones en el mundo nos observan y siguen el desarrollo de la revolución bolivariana venezolana. Los temas tratados aunque son muy variados persiguen aclarar parte de los problemas y plantear la filosofía de las soluciones. La filosofía como tal es el amor a la sabiduría, es la ciencia de los principios de investigación de las causas y razones últimas de las cosas. Hemos tratado que los enfoques planteados sean lo mas objetivos posibles. El autor no es especialista en cada uno de los temas desarrollados, y por tanto lo expresado en ellos no proviene del rigor científico que debiera caracterizarlos. No obstante lo expresado en esta obra es mi opinión como ciudadano, que he vivido y crecido en Venezuela donde he ejercido la profesión de ingeniero durante mas de tres décadas, y profeso un gran amor por mi patria y siempre me he sentido muy orgulloso del gentilicio que poseo. Por tanto pido excusas anticipadas por la manera simplista de expresar los conceptos desarrollados en esta obra. 5 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS Aprovecho esta oportunidad para agradecer el Econ. Ramón Herrera Navarro, intelectual, escritor, experto petrolero y actual Embajador de Venezuela en el Reino de Arabia Saudita, por sus invalorables opiniones y datos para la corrección de los diferentes capítulos de la presente obra. Igualmente hago mi reconocimiento a los valiosos comentarios y sugerencias de mi hermano el Dr. Eduardo Larotta Sánchez, odontólogo de larga trayectoria y profesor de la Universidad Central de Venezuela desde hace mas de 25 años y quién ha apadrinado una docena de promociones donde los estudiantes le han reconocido su vena revolucionaria y docente. Finalmente agradezco al profesor y abogado José Ángel Arenas, conductor de programas de opinión en radio y televisión, quién igualmente generó valiosas críticas que mejoraron el contenido, en especial por haber sugerido la necesidad de la inclusión del último capítulo, dado que los 17 primeros fueron concluidos en Octubre de 2002. Para la fecha de terminación de este libro, hubiera quedado un vacío importante la ausencia de la reseña de los acontecimientos ocurridos en el mundo y en especial en Venezuela durante el último trimestre de 2002 y el primer semestre de 2003. Finalmente hago una especial dedicatoria de esta obra a mis padres en la hora postrera de sus vidas, que con su ejemplo y dedicación forjaron una gran familia de la cual soy digno primogénito. La dedicatoria es extensiva a mis hermanos y en especial a mis tres hijos, Jairo, Marianella y Elizabeth, jóvenes profesionales de diferentes disciplinas, a quienes he dedicado mis mejores esfuerzos para haber logrado de ellos dignos venezolanos participantes del desarrollo del país que nos vio nacer. El Autor. Caracas, 30 de Junio de 2003 6 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 "La democracia y la libertad: armas de doble filo" Cuando un político de nuestra Venezuela actual concluyó su discurso acerca de la democracia y la libertad, todos aplaudimos con entusiasmo. La multitud ovacionaba al orador y cuando la misma se apagaba, de pronto se alzó una voz: ¿ Por qué no les dices toda la verdad ? Miramos sorprendidos a nuestro alrededor. Aquellas palabras procedían de un venezolano común, con pinta de estudiante, cabellera desordenada, ojos encolerizados. ¿Por qué no les dices que la democracia y la libertad son los bienes más peligrosos que el pueblo puede recibirá - continuó esa voz - ¿ Por qué no les dices que son armas de doble filo que acabará destruyéndonos si no sabemos hacer uso de ellas? - ¿Por qué nos les haces ver que luchar por la democracia y la libertad es una empresa menos difícil que la de vivir disfrutando de ellas? A menudo me sorprendo a mí mismo pensando en esos acontecimientos. Me pareció que esa voz provenía de una persona que, presa de repentina y luminosa intuición tuvo el valor de proclamarla. Tenía razón: la libertad es peligrosa, y la democracia basada en la libertad es peligrosa. Pueden ser armas de doble filo. Miremos en torno a nosotros. Por doquiera parece haber una gran decadencia de la moral: engaño donde antes había honradez, indecencia donde antes había pudor, delincuencia en vez de respeto a la ley. Por todas partes se advierte una creciente tolerancia para con el mal, una absoluta indiferencia, una lenidad que aterrorizan a quienes meditan en ello. ¿Y qué hay detrás de todo eso? Tal vez aquel indignado joven trataba de decirnos la verdad. Quizás tengamos realmente una idea falsa y ciega de lo que es la libertad. Es posible que la libertad de elección la estemos empleando para elegir mal. "¡Queremos mayor libertad y democracia!" Es el grito que se oye hoy constantemente. Si va dirigido contra la tiranía, la opresión o la explotación, tal grito está justificado, pero hemos llevado aquel concepto mucho más allá. La libertad que ahora reclamamos significa vernos libres de cuanto nos resulta desagradable: de pasar trabajos, de toda disciplina, de la austera voz del deber, del dolor que el propio sacrificio entraña. "¡Danos menos reglas o leyes. ¡Danos leyes más elásticas!” Esta exigencia ha debilitado los tribunales de justicia y ha conmovido los cimientos mismos de la religión. "¡Danos menos trabajo y más dinero!" Este grito parece lógico y atrayente, pero al final de tal camino nos esperan la esterilidad, el desempleo y el hatío. "¡Danos libertad para decidir las cuestiones morales por nosotros mismos!" Con esta pretensión se olvida que, si se profesa el relativismo moral, resulta difícil justificar los principios éticos. 7 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 La libertad y democracia absoluta pone a quienes la reclaman frente a una triste y escalofriante verdad: "A la par que se han desechado los frenos exteriores uno tras otro, no han aprendido a refrenarse a sí mismos". Es esta verdad la que causa en el fondo de algunos venezolanos un desasosiego que la prosperidad y el poderío no pueden calmar. Es la conciencia que tienen de haber repudiado muchas añejas verdades sin haber hallado ahora nada con qué remplazarlas. Es el presentimiento de que, si no aprenden a refrenarse a sí mismos, el actual clima de súper libertad puede dar paso a un clima de represión. Es el temor de que, si no aprenden a conservar y proteger sus más elevados valores espirituales, alguna forma de tiranía tratará sin duda de arrebatárselos. No es este un vano temor. Lo vivimos en Venezuela el pasado mes de Abril del 2002 con la aparición súbita de una tiranía de ultraderecha que menos mal apenas duró 47 horas. Diez siglos tardó Babilonia en llegar a la decadencia y la ruina. Roma tardó cinco siglos. Pero hoy en día el tiempo y la distancia son mas cortos por los avances de la tecnología de comunicación e informática. Hoy el reloj de la historia marcha con mayor rapidez. Por tanto, tal vez deberíamos reflexionar en el caos que la libertad y democracia puede traer a quienes no usan de ellas con prudencia. Deberíamos meditar la verdad que encierra un viejo adagio: "Las peores dificultades de un hombre comienzan cuando se halla en condiciones de hacer lo que quiera". Deberíamos reconocer que con la proporción con que desechemos los frenos exteriores, cada uno de nosotros tiene la solemne e inexcusable obligación moral de refrenarse a sí mismo. Esto no puede ser fácil. Pero ha llegado el momento en que es necesario mirar de frente algunos de los aspectos innobles de nuestra sociedad actual: las estadísticas de divorcios y delitos, el relajamiento de los lazos de familia, la corrupción administrativa, el estallido de la pasión sexual en la juventud aupada por los medios, la dolorosa persistencia del alcoholismo y las drogas, el aumento de los accidentes de tránsito, el aumento de la delincuencia. Debemos preguntarnos hasta que punto las causas de todas estas cosas radica en un deforme concepto de la libertad y la democracia, concepto que deja a los venezolanos en libertad de ser egoístas, en libertad de ser flojos, en libertad de ser innobles, en libertad de ser débiles. Si la libertad individual de elección de nuestras autoridades ha sido nuestra meta y nuestro ideal, entonces lo primero que debemos optar es por no abusar de esa libertad y democracia. La independencia significa realmente nuestra propia disciplina y respeto. A partir de 1998 hemos tenido en Venezuela un verdadero cambio en lo referente a la democracia y libertad. Venezuela ha exhibido orgullosamente una trayectoria democrática envidiable desde 1958, cuando concluyó la última dictadura del siglo XX. Hemos tenido elecciones universales, directas y secretas por varios lustros, después del conocido pacto 8 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 de la quinta Punto Fijo, donde los partidos políticos de la época acordaron coparticipar en los gobiernos sucesivos. Así Venezuela vivió los mejores lustros petroleros, donde se dilapidaron cuantiosos recursos sin mayores avances para la mayoría de la población que se ha quintuplicado en 50 años. En ese devenir la democracia surgió como un “valor emblemático” que todos los venezolanos la defendíamos a ultranzas, haciendo caso omiso a la falta de justicia con los depredadores del erario público, que justificaron con la democracia las inmensas fortunas acumuladas con ilícitas comisiones con el tráfico de influencias, obras inconclusas por desvíos de recursos para otros fines, fuga de capitales de los ahorristas creando crisis bancarias y quiebras fraudulentas, delitos tributarios por evasión, ilícitos aduaneros, contrabando, apropiación indebida de bienes de la nación. El segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez y el segundo gobierno del Dr. Rafael Caldera Rodríguez mostraron la incompetencia de sus líderes acompañados por la manifiesta complicidad de los sectores productivos y comerciales que tradicionalmente se desarrollaron y vivieron del Estado venezolano las últimas décadas. A partir del triunfo de Hugo Chávez Frías, la democracia sufrió un cambio significativo. El cambio consistió en la aprobación de una nueva Constitución, y por el hecho que el llamado pacto de Punto Fijo colapsó porque los partidos políticos que lo suscribieron se deshicieron solos, debido a la crisis de gobernabilidad y a la falta de liderazgo en sus cuadros directivos. El motivo fue la falta de interés de los otrora partidarios que no vieron en ellos la posibilidad de continuar las prebendas y beneficios obtenidos en otros tiempos. Recordamos los tristes episodios sucedidos en los partidos Acción Democrática y Copey, cuando sus dirigentes fueron despedidos de sus cargos. Recordamos lo sucedido con las candidaturas de Alfaro Ucero y de Irene Sáez. Recordamos la desintegración paulatina del estamento político como una muestra del canibalismo a ultranzas que imperó, soportado por encuestas pagadas por cada sector interesado y que autoengaño a esos líderes. El gobierno de Hugo Chávez Frías se estrenó en Febrero de 1999 con un estilo polémico. Ese estilo estuvo signado con la irreverencia del oficialismo en todos los niveles. Esa irreverencia chocó con el estilo tradicional de los presidentes anteriores. Ese estilo respaldado con el soporte de la Constitución de 1999, calificó a Venezuela en la arena internacional como iconoclasta y revolucionaria, denunciando el neoliberalismo como una doctrina económica nefasta para el mundo y concretamente para Latinoamérica. Ejemplos no faltaron para apoyar esta tesis, como lo es la crisis económica y política de la Argentina actual. Este estilo contumaz convirtió a Chávez en “una piedra en el zapato” para los gobiernos de algunas potencias mundiales, e internamente incomodó a los sectores privilegiados conservadores que lo enfrentan desde antes de su campaña electoral. Durante las últimas décadas la crisis económica venezolana fue deteriorando al país a partir de 1958 llevando a la mayoría de los ciudadanos a los niveles actuales de pobreza. Recordamos la devaluación del bolívar de 3.35 a 4.30 durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Recordamos el incremento de la deuda externa venezolana durante los gobiernos del Dr. Raúl Leoni, los primeros gobiernos del Dr. Rafael Caldera y Carlos 9 “El síndrome de la Piñata en la idiosincrasia del venezolano” por Jairo Larotta Sánchez - Junio 2003 Andrés Pérez. Y por supuesto no podemos olvidar el Viernes Negro del gobierno del Dr. Luis Herrera Campins, donde se devaluó el bolívar de 4.30 a niveles nunca imaginados por nosotros los venezolanos en esos años, y que conllevó a una inmensa deuda externa que nos sometió a los rigores del Fondo Monetario Internacional con el paquete económico implementado por el entonces ministro Rodríguez del segundo gobierno de Pérez. Posterior a los lamentables hechos del 27F de 1989 causados por el conocido “paquetazo” del ministro Rodríguez, sucedió la crisis bancaria de los 90, que para la época fue la mayor crisis de su tipo en todo el mundo y que nos llevó a los venezolanos a una pobreza galopante que todavía no hemos podido resolver. La figura de Hugo Chávez Frías surgió como respuesta a esas injusticias acumuladas por lustros y que a partir de la asonada militar de Febrero de 1992 sacudió el estamento político a tal punto que ocasionó la salida de Carlos Andrés Pérez del gobierno. Después del gobierno transitorio del Dr. Ramón J. Velásquez renació la figura del Dr. Caldera como el salvador del sistema, apoyado por el “chiripero” que gobernó con desorden y sin un plan creíble, ocasionando la debacle de todos conocida. El teniente coronel Hugo Chávez supo capitalizar ese descontento a su salida de la cárcel de Yare en 1994 por el indulto presidencial. Así en Diciembre de 1998 se convirtió en Presidente Constitucional de Venezuela, con la promesa de convocar una Asamblea Constituyente para generar como se hizo la Constitución de 1999. La democracia sufrió un cambio notorio. El cambio fueron las reglas de juego y por métodos democráticos transparentes. Los constituyentes fueron elegidos directamente por el pueblo. Se redactaron 350 artículos que constituyen la nueva Constitución con participación de todos los sectores. Y finalmente mediante referendo universal, directo y secreto, se aprobó la Constitución y por medio de otra elección democrática, universal, directa y secreta se ratificó el presidente Chávez bajo esas nuevas reglas de juego. La oposición a Chávez ha sido feroz. Esa oposición quedó sin partidos políticos que se autodestruyeron. La oposición fue liderizada por los sectores dominantes opulentos, con mucho poder mediático sobre la clase media profesional. Desde 1994 hasta nuestros días, la oposición se ha manifestado con mucha fuerza utilizando los medios de comunicación privados, impresos, radiales y televisivos como antes actuaban los partidos políticos en la palestra pública. Allí el gobierno ha tenido una minoría muy significativa, y es que los medios de radiodifusión han estado en manos de grupos empresariales que se desarrollaron en los diez lustros anteriores a la sombra del Estado venezolano. Esa oposición acudió a la “democracia y libertad” para utilizar esos medios como poderosos cañones contra la figura de Chávez y toda la revolución bolivariana resumida en la Constitución de 1999. El gobierno de Chávez no transigió con los sectores opositores, constituidos por las cúpulas dirigentes de Fedecámaras, las cúpulas dirigentes de la CTV, la nómina mayor de PDVSA, las cúpulas de Copey (ahora Primero Justicia) y AD, y la devaluada clase media que vivió del empresariado venezolano a la sombra de los gobiernos anteriores a Chávez. 10
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