El paso del tiempo: la secreta evidencia en Max-Pol Fouchet Covadonga GRIJALBA CASTAÑOS Universidad de Almería [email protected] Recibido: 14 de julio de 2009 Aceptado: 7 de noviembre de 2009 RESUMEN La vida, como la muerte, temas universales de la literatura de todos los tiempos, ocupan un lugar importante en la obra de Fouchet. Los dos polos de la existencia son para él algo natural. En el análisis que realizamos del volumen de relatos Évidences secrètes, el autor nos da una clara muestra de su interés por el paso del tiempo y por la muerte; Tánatos está en el trasfondo, inspirando e informando los textos con su constante presencia, entre los secretos más evidentes de cualquier vida. Palabras clave: Fouchet, paso del tiempo, relatos de vida y muerte, Les Évidences secrètes. Le sens du passage : la secrète évidence dans Max-Pol Fouchet RÉSUMÉ La vie comme la mort, sujets universels de la littérature de tous les temps, occupent une place capitale dans l’oeuvre de Fouchet. Ils sont pour lui des événements naturels, les deux pôles de l’existence. L’analyse que nous offrons du recueil de nouvelles Les Évidences secrètes, montre l’intérêt de l’écrivain pour le passage du temps et pour la mort. Situé à l’arrière plan, Thanatos inspire les textes et les façonne avec sa présence constante, parmi les secrets les plus évidents de toute vie. Mots clés: Fouchet, sens du passage, récits de vie et de mort, Les Évidences secrètes. The passing of time: the obvious secret in Max-Pol Fouchet ABSTRACT Life and death, two universal topics in the literature of all times, take a very important place in Fouchet’s works. Both poles of the existence are for him something natural. In our analysis of the collection of tales Les Évidences secrètes, the author gives us a clear sample of his interest by the passing of time and the death. Thanatos is on the background, inspiring and informing the texts with his presence, between the most obvious secrets of any life. Key words: Fouchet, passing of time, life and death tales, Les Évidences secrètes. Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses ISSN: 1139-9368 2010, vol. 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... « C’est dans la mort que l’amour est le plus doux ; pour l’homme qui aime, la mort est une nuit nuptiale, un secret de doux mystère » Novalis1 1.- Preliminares. El 25 de agosto de 1980, el poeta Jules Roy, encargado de pronunciar el elogio fúnebre del escritor Max-Pol Fouchet (1913-1980) en la Basílica de Vézelay, desta- có una de sus más íntimas y profundas razones de vivir, la presencia de la muerte como inseparable compañera: Personne plus que Max-Pol Fouchet n’a été plus habité par la mort (Roy, 1980: 25). Una inclinación y una inspiración alimentadas por el recuerdo de los amigos que habían atravesado ya su umbral, a los que dedi- caba un recuerdo triste y constante. La mort2, c’est les autres – je veux dire : ceux que nous aimons et que nous voyons mourir. Nous la connaissons par eux (Fouchet, 1979 : 30). Max Paul fouchet nació en 1913 en Saint-Vaast-le-Hougue, península de Coten- tin, en la Baja Normandía. Siendo él pequeño, la familia se trasladó a Argelia por motivos de salud del padre. En este país vivió más de veinte años, mantuvo una estrecha amistad con Camus y se relacionó con los escritores más famosos de la época, Cocteau, Saint-Exupéry, Éluard, Aragon, Eliot, Gide, etc. Tomó parte activa en grupos de resistentes, antes y después del desembarco aliado en el Norte de Áfri- ca. Creó la revista Fontaine3, órgano de la “Resistencia” intelectual en Argelia du- rante la guerra contra el régimen de Vichy, en la que publicaba proclamas poético- patrióticas y daba cabida a autores afines a ese movimiento, como los mencionados. Esta labor tuvo su continuidad desde Londres y en el propio París. Al terminar la guerra recorrió varios continentes antes de instalarse de nuevo en Francia, a principios de los años 50, donde se incorporó a la radio y a una incipiente televisión con programas de tipo cultural como “Lecture pour tous”, “Le fil de la vie”, “Terre des Arts” o “Italiques”, por los que se dio a conocer al gran público. Simultá- neamente publicó una vasta y variada obra que incluye novela, ensayo, crítica de arte, estudios arqueológicos, relatos de viajes y poesía; fue también periodista en Libéra- tion, profesor de historia del arte, crítico de arte, conferenciante, cineasta y arqueólo- go. En sus últimos años se retiró a Vézelay, donde falleció en 1980. ___________ 1 Texto que encabeza el poema de Fouchet La mer intérieure, recogido en Demeure le secret p. 84. 2 En las citas de textos de Fouchet consignamos en letra no cursiva los términos referentes al tema que nos ocupa. En las citas sangradas irá en cursiva. 3 La revista bajo la dirección de Charles Autrand se llamó inicialmente Mithra; tras el segundo número se hace cargo Fouchet que la rebautiza como Fontaine. Se publica bimensualmente en Argel desde 1939 y en 1947 desaparece. París sería su último lugar de edición. 128 Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2010, vol 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... A pesar de su agnosticismo, no exento de un gran sentido de lo espiritual, cerca- no a la moral franciscana y a la mística4 de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, antes de ser inhumado su cadáver fue acogido en la Basílica que tanto le gustaba. En ese acto, el franciscano P. Pascal Seynhaeve pronunció una emotiva oración por su alma (Roy: 9-12) en la que, como muestra de esa sensibilidad especial, se refirió al editorial de Fontaine que llevaba por título “De la poésie comme exercice spiri- tuel”5, donde Fouchet defiende la gran poesía, la que hace pensar en los problemas básicos del hombre y la trascendencia. Les exercices spirituels d’un Ignace de Loyola ou d’un Juan de Yepes ne sont pas aussi distants qu’il paraît au profane des démarches d’un Rimbaud ou d’un Mallarmé. (Fouchet, 1968: 200), especialmente cuando el hombre es capaz de desprenderse de lo accesorio para descubrir con pa- ciencia la iluminación entre la oscuridad y el sufrimiento. En las palabras que cie- rran el prólogo vuelve a explicitar la unión poético-espiritual: Les routes d’Emmaüs sont diverses comme toutes les voies de ce monde. Mais l’auberge terminale est unique, et unique la lumière irradiée du pain pétri par d’humaines mains et par de divins doigts révélé6. En Vézelay se había instalado anteriormente su amigo Jules Roy quien, al igual que varios de los intelectuales que frecuentó, como Grenier, Audisio, Amrouche, Lambert, Gide o el editor Charlot, compartieron amistad con otro escritor residente en el Magreb, Henri Bosco, que desde Rabat mantenía encendida su propia lámpara de libertad con la revista Aguedal7. Roy, en el citado elogio fúnebre, subraya especialmente la belleza de dos de sus publicaciones, Évidences secrètes e Histoires pour dire autre chose, como caracte- rísticas de su genio de hombre y de humanista, así como la luz que le iluminaba y que le permitía ver más allá de las cosas más sencillas, los sueños de libertad, justi- cia y dignidad y el impulso hacia una trascendencia que se le escapaba, pero a la que se aferraba entre sus dudas y sus esperanzas. Si bien la presencia de Tánatos ha sido una constante universal en la temática li- teraria, enfrentándola a Eros, impulso vital -y con mucha frecuencia emparejándo- los-, no todos los autores literarios que la han tratado la mencionan de forma explí- cita y prefirieren aludir a ella veladamente, dejándola en el trasfondo o utilizando términos para definirla, como la Innombrable o la Desconocida, entre otros. ___________ 4 Calificada por Queval como mística personal, Max-Pol Fouchet: 40. 5 Préface de Fouchet al especial de la revista Fontaine, nº 19-20, mars-avril 1942, dedicado a las relaciones entre la poesía y la mística. Artículo reproducido en Fouchet, 1968: 199-204. 6 La trayectoria de este hombre polifacético es analizada desde su obra poética por varios autores, quienes resaltan el papel de la poesía en toda su obra. “La tâche principale pour lui, résidait dans la poésie” (Favre: 95), aunque cultivara otras actividades aparentemente menos poéticas. « L’oeuvre de Fouchet est peut-être, avant tout, une action poétique, qui s’exerce de la forme la plus avouée de la poéise : le poème, jusqu’à l’expression en apparence la plus prosaïque : la télévision, la communica- tion de masse » (Queval : 25). 7 Roy y Bosco mantuvieron una larga relación epistolar en la que el nombre de Fouchet aparece varias veces. Vid.: « Henri Bosco et Jules Roy: un dialogue d’hommes » en Cahiers Henri Bosco nº 25, pp. 89-191. Curiosamente no hemos encontrado menciones de Fouchet sobre Bosco, pero en el citado número especial de la revista Fontaine dedicado a la poesía (págs. 273-276, vid. nota 5) vio la luz por primera vez el interesante ensayo de Bosco “L’Exaltation et l’Amplitude”. Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 129 2010, vol. 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... También se han interesado por la muerte estudiosos desde campos muy diversos, como la antropología filosófica, la religión, la sociología, la psicología o la historia, bien aisladamente, bien en tratamiento interdisciplinar. Citamos como más repre- sentativos a Johan Huizinga, Alberto Tenenti, Edgar Morin8, Jean Delumeau o Phi- lippe Ariès9, cultivadores de la historia de las mentalidades10, que han buceado en los usos y costumbres de distintas épocas y pueblos, analizando tanto el miedo que suscita la muerte, como la evolución de la imagen y tratamiento que a lo largo de la historia se le ha dado y la actitud del hombre occidental ante ella; sus importantes aportaciones se han plasmado en obras capitales para el conocimiento de un tema que ha sido motivo de reflexión y de preocupación para el hombre de todas las cul- turas, épocas y ámbitos geográficos. De acuerdo con los estudios de Ariès, la imagen de la muerte ha ido evolucio- nando a lo largo de los siglos en la cultura occidental (analiza un largo período, desde la Edad Media hasta el siglo XX, aunque no abarca todo Occidente) y llega a concretar cuatro tipologías o visiones escatológica sobre el final de la vida: “la mort apprivoisée”, “la mort de soi”, “la mort de toi” y, por último, “la mort inversée”. La humanidad ha pasado de la imagen de la muerte familiar y cercana, amaestrada o domada, de los primeros tiempos, a otra muerte que califica también de prohibida, y que se corresponde con la de nuestra época. A la vista de estas imágenes, estimamos que la forma en la que Fouchet se en- frenta a la muerte estaría más acorde con el primero de los tipos, al considerar ese momento sujeto a la ley ineludible de la naturaleza, como algo que sobrevendrá al culminar la vida del individuo: La antigua actitud para quien la muerte es a la vez algo familiar, cercano y atenuado, indiferen- te, se opone sobremanera a la nuestra, temerosa de la muerte hasta el punto de que no nos atreve- mos a pronunciar nunca su nombre. Por eso, esta muerte familiar recibe aquí el título de muerte amaestrada. (Ariès, 1982: 26). Cierto que Fouchet había asimilado y asumido las etapas históricas intermedias al aceptar serenamente su muerte propia y la ajena, tal como hemos visto en una ___________ 8 En su obra L’Homme et la Mort devant l’histoire, Corréa, París, 1951, apunta que existe una re- lación entre la actitud del hombre ante la muerte y la conciencia que tiene de sí mismo. Con la expan- sión del yo se produce una cierta evaporación de la conciencia de la muerte, de ahí que el hombre moderno, poseído de sí mismo y dentro de su concepción materialista del mundo, sólo ve en la muerte un cadáver, unos despojos, sin otras connotaciones. 9 Publica Essais sur l’histoire de la mort en Occident, du Moyen-Âge à nos jours (Seuil, 1975), obra que su autor califica de prólogo o antecedente de L’homme devant la mort, (Seuil, 1977); la primera, traducida al español por Josep Elías como La muerte en Occidente (1982), y la segunda, en versión de Mauro Armiño, publicada como El hombre ante la muerte, en 1983. Estas obras represen- tan una de sus principales aportaciones al tema al analizar el cambio de concepción experimentado por el hombre y, en consecuencia por la sociedad, ante el fenómeno de la muerte. 10Disciplina conocida también como la nueva historia, creada por Huizinga, Lucien Febvre y Marc Bloch hacia 1960, continuada por Georges Duby, J. Le Goff y Michel Vovelle, cultivada y seguida por Ariès, surge como una rama de la historia y alcanza su apogeo en los años setenta. Abarcaría aspectos de antropología, historia cultural e historia social 130 Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2010, vol 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... cita anterior (Fouchet, 1979:30) –experiencia que vivió en la desaparición de sus queridos amigos y, más intensamente, en la de su esposa-, sin llegar a identificarse con la última, “la mort inversée”, convertida en un tabú, en un escándalo frente a la vida, en algo que hay que ocultar o ignorar lo más posible, desterrándola de nuestra visión, de nuestros sentimientos y emociones. Porque, tal como se puede apreciar en su obra y en su vida, Fouchet habla en todo momento de la muerte sin tapujos, comme on parle d’une amie, pas par goût spécial (Rouquet, 2000: 181); la conside- ra una etapa necesaria, un símbolo, como la noche o el sueño, ya que hay que morir para renacer, a modo de regeneración. En Fontaines de mes jours, que recoge las conversaciones con su amigo Albert Mermoud, recuerda la cultura de los pueblos primitivos indios o africanos y en especial la mejicana, en su familiaridad, nada morbosa, con la muerte. J’aimerais, moi aussi, franchir la ligne de nuit avec ma case et mes boeufs (Fouchet, 1979: 15/16). Confiesa con toda sencillez la importan- cia que para él ha tenido este acercamiento: La mort, je lui dois trop. Elle est depuis mon adolescence, avec la solitude, ma plus fidèle compagne, et j’ai vécu en bonne intelligence avec elle (Fouchet, 1970 : 29/30). La descubre en la vida misma y en el arte: en la música (La Jeune Fille et la Mort de Schubert, Das Lied von der Erde de Mahler), en la pintura (La Jeune Femme et la Mort de Baldung Grien, L’Île aux morts de Böcklin): Avec ces peintures de mort, si je les posssédais, je vivrais (Fou- chet, 1979: 31) y en grandes obras de la literatura, en especial Hölderlin o Novalis y todo el romanticismo alemán del que se siente deudor y que él contribuyó a divul- gar. En su novela La Rencontre de Santa Cruz, hay un elemento que refleja ese interés del autor; por ella desfila continuamente un coche fúnebre, usado también para bautizos, que lleva pintadas en la carrocería las palabras Vida y muerte. Es en Évidences secrètes, colección de diez “nouvelles”, donde vamos a sumer- girnos para hacer brotar de ellas esa familiaridad con la muerte, su connivencia con algo que, en nuestros días es denostado. Las referencias al fin, a la muerte y su en- torno, destacan entre sus páginas por el uso de un léxico explícito y situaciones concretas, que mantienen “viva” su presencia. Observamos en el título una aparente contradicción entre los términos que lo in- tegran, ya que si lo evidente se supone claro, estaría a la vista, por lo que no sería secreto ni necesario desvelarlo. Pero se trataría de abrir aquí una vía para descubrir lo oculto que, por otra parte, es una certeza, algo evidente11. Certes, l’essence des choses demeure secrète, ne se livre pas entièrement, mais une brèche se produit dans le mur des apparences et le poète entrevoit ce qui jusqu’alors lui restait caché (Favre, 1989: 101). El secreto enlaza unos relatos con otros, como el que rodea la muerte del fakir, el fin de los árboles, los mudos, etc.; en todos se muestra dicha relación, y será él mismo quien lo explique: ___________ 11 Otros títulos de su bibliografía parecen incidir en el tema del secreto, de lo oculto, ¿nuevas evi- dencias por desvelar quizá? Como ejemplos, Histoires pour dire autre chose o Demeure le secret, un bello poemario, Une oeuvre qui emprunte ses épigraphes à Novalis et à Holderlin, et qui se révèle hantée par l’énigme du monde. Grand voyageur, attaché aux joies de la vie, ouvert à tous, Mas-Pol Fouchet fut secrètement secret (Bancquart, 1989 : 104). Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 131 2010, vol. 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... Intituler un livre Les Évidences secrètes revenait à dire que les instances les plus importantes de notre vie: l’amour, l’incommunicabilité entre les êtres, la solitude, etc., devenaient invisibles par suite de leur évidence. (Fouchet, 1979: 263). Había aprendido a prestar atención a cuanto le rodeaba, a mirar en profundidad con los ojos del cuerpo y del alma, para identificar esas evidencias secretas en luga- res, hombres, poesía, palabras, imágenes, encuentros, misterios o rostros, para fi- nalmente acercarse a todo y a todos con empatía, desde cuantas formas y medios de expresión y comunicación cultivó. Max-Pol Fouchet aime sonder l’imperceptible, l’immatériel, pour leur redonner, si l’on ose dire, cette “consistance” qui définit la vie, caractérise l’humain. (Claudon, 1989: 66). Todas las novelas están relatadas en primera persona, por un narrador que habla en nombre propio e induce a confundirlo con el autor. Le confiesa a Albert Mer- moud que algunos relatos eran recuerdos verdaderos y otros pura fantasía. Desgrana las historias evocando recuerdos que parecían dormidos, evidencias que reposan en el silencio de la mente y que actualizan distintos aspectos de la vida, tal como ex- pone en la titulada “Dieu”: J’écris, la mémoire s’éclaire, les souvenirs se précisent (95)12, toda una metodología que marca los pasos de la evocación13. La recuperación de ese recuerdo nos lleva de novela en novela, de título en títu- lo, alguno inocuos, e incluso optimistas, como “L’amour de l’Art” o “La beauté du monde”, sin referencia alguna al tema de la muerte, lo que podríamos considerar otra contradicción entre esos enunciados y su contenido. No es la muerte, en sí misma, la temática de los relatos, pero es evidente que está muy presente, interpelando nuestra curiosidad de lectores, que se enfrenta a una obra cuyo mensaje hay que captar, como otra evidencia secreta. Si bien cada novela es independiente de las demás, hemos podido encontrar ese rasgo de identificación común, sea bajo la presencia soterrada de la muerte, o bien de la desaparición, la pérdida o el transcurrir del tiempo. En cuanto a la tipología de muerte/muertes, pérdidas y desapariciones, Les Évi- dences secrètes nos revela ejemplos que podrían someterse a comparaciones y esta- blecer paralelismos con los modelos expuestos por Ariès. Unas irrumpen con vio- lencia, como ocurre con el fakir o con Aubierge, en ambos casos ante una cierta indiferencia del narrador, o de las personas más próximas. También están presentes otras muertes violentas, las provocadas por los desastres de la guerra, que trunca vidas y sueños. Aparecen, por el contrario, muertes que llegan tranquilas, en casa, con sus seres queridos en la cabecera de la cama, unas vidas que van apagándose lentamente como ocurre con Julien y Clémence o Tante Louise. Desaparicio- nes/pérdidas se descubren en la imposibilidad de hablar, la ruptura de la amistad y confianza entre profesor-alumnos, las figuras que giran en el reloj o las estaciones del año, que afectan a personas, paisajes o momentos vitales de la humanidad. ___________ 12 Las páginas entre paréntesis, sin otra referencia, remiten a la obra objeto de análisis. 13 Fouchet hilvanó y grabó sus recuerdos personales con el sugerente título, a modo de comienzo de cuento infantil, Un jour, je m’en souviens… 132 Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2010, vol 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... Si las muertes son más concretas, y es el léxico quien las pone de relieve, el te- ma de las pérdidas o desapariciones, con la salvedad de las expuestas en el párrafo anterior, está presente de manera transversal en todos los relatos, por cuanto existe latente una conciencia de acabamiento, también explicitada en el léxico o mediante alusiones. El paso del tiempo lo devora todo. 2.- Les Évidences secrètes. Un recorrido detallado por los títulos que integran este volumen nos ayudará a comprender e intentar desvelar las secretas evidencias de Fouchet. 2.1. “Le Fakir Breton”. La historia tiene lugar en la infancia y primeros años de adolescencia del narra- dor, que los evoca desde la madurez de su vida, con una gran dosis de nostalgia y, en cierto modo, de anticipación a su propio fin. Aujourd’hui que je passe du côté de l’ombre (11), sabe que está en un momento crucial de su vida y hace un gran es- fuerzo por recordar, siendo consciente de la dificultad que esto entraña: Je vais mourir, je le sais, bien que s’éloigne à peine la maturité. Les années, du moins, me sont comptées. Je ne puis établir de plans à longue échéance. Proche de l’oubli, il me faut être sage. Tant d’amis sont morts, je m’étonne de vivre14. On mûrit en soi la mort, nul besoin de philosophie pour le savoir, comme la grenade, paraîlt-il, mûrit grain après grain. Un dernier grain reste à devoir se détacher, c’est nous15. Vous me voyez sourire à la pensée que ce mûrissement s’apelle la vie, sourire simplement, sourire, -et pourquoi plus, ou pourquoi moins... (12). En el paisaje de infancia, al niño le gustaba recorrer la pantanosa orilla del río, donde proliferaba la brujería, cuyos sortilegios transmitían les secrets de vie et de mort (17), y entre las leyendas, la que decía que por la noche se oía el chirriar de un ___________ 14 Otros autores, como es el caso de Zola, parecen atravesar situaciones de ánimo similares; la muerte de varios amigos y sobre todo, la de su madre, el 17 de octubre del mismo año, sin duda desen- cadenaron en el autor la angustia y obsesión por la muerte, según relata Goncourt en su Journal: Ce soir, après diner, au pied de ce lit qui a l’air d’un lit d’archevêque dans un drame de Boulevard, Zola se met a à parler, selon son habitude, de la mort. Cette idée de la mort est plus fréquente encore chez lui depuis la mort de sa mère ; et aprés un silence, il ajoute que cette mort a fait un trou dans le nihi- lisme de ses convictions religieuses, tant il lui est affreux de penser à une séparation éternetlle. Et il dit que ce hantement de la mort, et, peut-être, une évoultion des idées philosophiques amenée par le décès d’un être cher, il songe à introduire dans un roman, auquel il donnerait un titre comme La douleur. (Goncourt, 1956 :236). 15 Sobre esta idea hace un juego de palabras en su entrevista a Jacques Chancel: Chaque grain mûrit l’un après l’autre. Et puis il reste un dernier grain qui doit mûrir. Ce dernier grain qui mûrit, c’est mourir. À mon âge, on devient si plein d’amis et d’êtres disparus. (Rouquet, 2000: 195) Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 133 2010, vol. 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... carruaje invisible, c’est la charrette des Trépassés (24)16, como la carreta fantasma de tantas tradiciones mitológicas y religiosas. Sorprende que, a pesar de encontrarse junto a un río, no considere la imagen de Caronte, pero en Fouchet primaba lo celta sobre lo clásico. En este ambiente de magia, nada de extraordinario supone ir a ver la representa- ción de un Fakir bretón que atraía a la gente de la región. Al atravesar el río que pasa ante sus ojos, piensa en su largo recorrido, Et tu erres, murmurais-je, et je tenais cette manière de dire pour un appel me concernant – et rimant si bien avec terre, avec air, avec mortuaire (14). Y ya lo imagina antes de llegar a perderse en el mar, le fleuve, lui, bougeait, toujours dans le même sens, vers la mer, vers sa fin (16); así, el narrador presta menos atención a las aguas corrientes del río que a su anticipada muerte, que tendrá lugar en la confluencia con el mar, en la zona conoci- da por “l’estuaire”. La descripción que hace del atuendo del fakir, no puede ser más explícita sobre el particular: De noir vêtu, on l’eût pris pour un employé des Pompes funèbres (27). Tampoco su propia casa escapaba a estas consideraciones; la presencia del padre enfermo, casi siempre en estado de postración, deja ver al niño la imagen de un hombre en constante lucha contra la muerte: Père était à contre-sens de la vie. La vie le contournait, le dépassait, le laissait déjà sur un invisible rivage, où il était seul, échoué (35). Este hombre no tardará mucho en abandonar este mundo, pero entre tanto, en el hospital, Dans la ville, là-bas, il luttait, de toute son énergie, contre la mort... (40)17 Ya adolescente, estudiante en la ciudad regresa por vacaciones y pregunta por el fakir, pero nadie quiere darle explicaciones; parece un secreto que no quieren des- velarle y finalmente él mismo descubrirá que su desaparición se debe a un posible suicidio, pues había aparecido colgado en su pajar, quizá por problemas económi- cos, aunque los lugareños hablaban de una muerte debida a los brujos del Marais, celosos de su éxito. Después de haber conocido su época de esplendor mediante los fantásticos tru- cos de magia que hacía, aunque no eran tan infalibles, el fakir se sumerge en el anonimato de la muerte, se disuelve una vida llena de esplendor que había llegado a suscitar tanta atracción para todos y más aún para los ojos de un niño soñador como el protagonista. ___________ 16 Entronca con la rica tradición mitológica céltica, en especial con el personaje de Ankou, siervo da la Muerte, encargado de llevarse las almas de los que habían de morir, que enarbola una guadaña al revés y va en una carreta que chirría y que, según esta creencia, quien se cruce con él fallece ese año. 17 Pasaje muy relacionado con la situación real del autor, cuyo padre, gaseado durante la guerra, vivió a partir de entonces como un enfermo crónico necesitado de cuidados, e incluso obligado a trasladarse a un clima más favorable. 134 Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2010, vol 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... 2.2. “L’usage de la parole”. El narrador sitúa la acción en el sur, en una ciudad que, por su clima, paisaje, festivales de música lírica, y sus magníficas fuentes, nos sugiere Aix-en-Provence18. Loin des provinces habituelles, où les pluies ne connaissent pas de saison… cette ville du Midi a des étés de cigales, de calcaire blanc (43). La vida diurna deja sus calles desiertas en las horas fuertes del estío o por la noche, dando la impresión de que sus habitantes habían desaparecido o huido, estaban como ensevelis (…) Ma marche ne résonnait pas dans des couloirs de mort (48). En este relato no aparece abiertamente la muerte, pero pueden interpretarse co- mo tal determinadas carencias, pérdidas o aboliciones. El narrador con ocasión de asistir a uno de esos festivales, se aloja frente a una casa burguesa en la que una voz destemplada no cesa de emitir expresiones malso- nantes y groseras, que le distraen de su concentración y que no callan ante su orden de guardar silencio; todo ello entre la pasividad de sus propietarios, un matrimonio de edad, de aspecto respetable, cuyas maneras y atuendo contrastaban con su indife- rencia ante las palabrotas que profería la voz que, finalmente, se descubre que es la de un loro en su jaula. La situación de carencia a la que nos hemos referido anteriormente, se desvela cuando el narrador observa que esta pareja recibe una visita con la que se comuni- can con sonidos guturales y con las manos; todos eran sordomudos, en ellos había tenido lugar la desaparición de los sentidos del oído y la palabra y, por tanto, eran incapaces de saber qué decía el ave parlanchina. En el festival del año siguiente, el melómano regresa al mismo hospedaje y sien- te curiosidad por saber qué ha ocurrido en la casa de enfrente. Allí todo sigue igual, en apariencia; los ancianos están sentados leyendo y la jaula está sobre la mesa, pero ahora no se escuchan obscenidades, el loro sólo emite balbuceos, sonidos es- trangulados, semejantes a los que emitían los dueños. El loro, al imitarlos, ha perdi- do la facultad de emitir palabras. La historia se termina mostrando otra estampa más actual: los ancianos ya no vi- ven allí, se han instalado en el campo y su hija con su marido dentista ocupan el piso; de la consulta sólo llega el ruido del instrumental o alguna queja de pacientes. Se deshicieron del loro regalándoselo a un marino de paso, que lo lleva en su barco, pero que ya no hace reír, se había vuelto mudo por completo. La desaparición de los ancianos y del loro marca el final de la historia. 2.3.“Les arbres de la plaine”. Todo el relato está recorrido por la muerte, que le confiere su razón de ser y lo convierte en la historia de una desaparición generalizada, en la que el tiempo pare- ce pasar muy lentamente. ___________ 18 No en vano esta ciudad es conocida también como “Ville d’eau”, por sus aguas termales y “Vi- lle de fontaines”, por las numerosas fuentes monumentales que adornan sus calles y plazas. Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 135 2010, vol. 25 127-147 Covadonga Grijalba Castaños El paso del tiempo: la secreta evidencia... Desde su nacimiento, Julien, permítasenos la expresión, era la imagen viva de la muerte, como lo demuestran abundantes términos referidos a él: Julien ne fera pas de vieux os (61), Julien sentait le cimetière (62), o al llegar a la adolescencia, un adolescent malingre (61). Pero, contra todo pronóstico, su debilidad física ocultaba, como se dice comúnmente, una delicada salud de hierro y el protagonista sobrepasa la edad de la adolescencia, e incluso es declarado apto para el servicio militar. Ya adulto, sobrevive a toda su familia, que había estado convencida de que él moriría antes que nadie. Pero la muerte no respeta nada, tampoco las previsiones de sus seres más cercanos, compartidas por todo el pueblo, quienes al ver a Julien con el traje de ceremonia en su boda con Clémence, se lo imaginan con son costume som- bre, comme s’il eût été le croque-mort de son propre enterrement (63) y piensan que no va a sobrevivir a la noche de bodas, comme un condamné qui mourrait à l’aube (64), o quizás a la luna de miel. Para enterrar a los miembros de su familia vuelve a vestir el traje de novio y sus convecinos no podían dejar de verlo con connotaciones sepulcrales; Certains, le vo- yant au bord de la fosse, goupillon en main, se retinrent mal de songer à une incon- gruité (64). Único heredero, recibe un terreno poblado de álamos, altos y frondosos, que eran su orgullo y de cuyo cuidado se va a ocupar personalmente. Desde horas bien tempranas atraviesa el pueblo para cuidar sus árboles, cada vez más agotado y enfermo, despertando al vecindario con su incansable tos, sus carraspeos y esputos. Los vecinos, hartos de oírlo, deciden, con el nuevo alcalde a la cabeza, que debe ir a un sanatorio, por razones de salubridad pública. Estaban convencidos de que no re- gresaría o, en su defecto, s’il revient jamais (…) ce sera mort (68); pero, contra todo pronóstico, como había ocurrido siempre, regresa al pueblo, aunque ya no se levante más. Permanece postrado, al cuidado amoroso de su mujer. Desde su cama, instalada en la planta baja, en el comedor, contempla un reloj en la pared de enfrent, l’horloge aide à passer le temps19 (73). Pero él resiste, aunque los vecinos piensan que su muer- te ocurrirá en cualquier momento: Est-il défunt? (69), se preguntaban, mientras el rostro inexpresivo de Julien parecía, por momentos, compadecerse de ellos, que se- guirían viviendo cuando él ya no estuviera. Parfois son visage exprime l’étrange commisération des mourants pour ceux qui ont encore à vivre y los demás se repiten como una salmodia: Est-il mort? (…) Non pas encore (71). Julien vive como ausente y sólo se interesa por sus árboles, que eran para él algo esencial; los vecinos le responden que están muy bien. En el fondo piensan que como los quiere tanto, había que fabricarle el féretro de la misma madera, y así hicieron. La vida de Julien era la crónica de una muerte largamente anunciada, algo que se retrasaba sin explicación lógica. Cuando al fin se materializa la noticia de su muer- te, es recibida sin sobresaltos, con cierta frialdad, pues hacía tiempo que había caído en la indiferencia, que es otro tipo de muerte. Julien a pris place parmi les disparus ___________ 19 El reloj es un símbolo muy presente en la vida del autor, que lo llevaba siempre con media hora de adelanto, para intentar ganar, aumentar el tiempo; también se destaca en varios textos de este libro. 136 Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2010, vol 25 127-147
Description: