Description:Los tres jinetes se movían acompasadamente sobre las sillas y en sus rostros se reflejaba el buen humor. El jinete del centro llevaba un extremo de la cuerda atada a la pera de la silla y de cuando en cuando daba un tirón y decía volviéndose hacia atrás: —Vamos, Kiff. Mueve esas piernas o tendré que llevarte a rastras. Al otro extremo de la cuerda, un viejo de sesenta años boqueaba por la falta de aliento y se arrastraba dificultosamente sobre las botas haciendo esfuerzos sobrehumanos para no venirse al suelo. —¡Pensad en vuestro padre, muchachos! ¡Tened piedad de mí!