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Denuncia Bianco Final PDF

23 Pages·2006·0.15 MB·Spanish
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AMPLÍA DENUNCIA Sr. Juez: Estela Barnes de Carlotto, por la querella de la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, con domicilio constituido en Avda. 101 nro. 1727, casillero 681, San Martín, con el patrocinio letrado de Luciano A. Hazan (Tº 104 Fº 661 CFSM), apoderado de la institución en la causa Nº 4012, caratulada “Riveros, Santiago Omar y otros por privación ilegal de la libertad, tormentos, homicidio, etc.”, a V.S. me presento y digo: 1. OBJETO El objeto fundamental de esta presentación es promover una investigación que determine la responsabilidad de Norberto Atilio Bianco en la supresión de la identidad de menores de 10 años (c.fr. art. 139 inc. 2 del Código Penal), en la sustracción de los mismos del poder de sus padres, en la privación ilegítima de la libertad y el sometimiento a torturas y tratos inhumanos y degradantes de los mismos, así como en cualquier otra conducta delictiva que surja. 2. LOS HECHOS DENUNCIADOS – LA APROPIACIÓN DE NIÑAS Y NIÑOS EN EL ÁMBITO DEL CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIÓN “CAMPO DE MAYO”. Es por todos conocido que entre 1976 y 1983 nuestro país vivió asolado por la más terrible de las dictaduras militares. En dicho período, proliferaron por todo el país numerosos centros clandestinos de detención -oportunamente documentados por la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) y probados con fuerza de verdad histórica en el marco de la causa 13/84 de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal-, donde el terrorismo de Estado encontró su mayor expresión. Según consta en el capítulo XII del fallo citado, en la Guarnición Militar de Campo de Mayo se han constatado tres centros clandestinos de detención: el primero ubicado en la plaza de tiro, próximo al campo de paracaidismo, conocido como “El Campito” o “Los Tordos”; el segundo perteneciente a inteligencia, ubicado en la Ruta 8, frente a la escuela de Suboficiales “Sargento Cabral”; y el tercero en la Prisión Militar de Campo de Mayo. 1 Allí, NORBERTO ATILIO BIANCO se desempeñó formalmente como Capitán del Ejército Argentino, cumpliendo funciones de médico en el Hospital Militar de Campo de Mayo. En ese Centro Clandestino también fueron detenidas- desaparecidas decenas de mujeres embarazadas. Ello consta en otra causa seguida contra quien vengo aquí a denunciar (caratulada “Bianco, Norberto Atilio y Wehrli, Nilda Susana s/ Inf. art. 139, 146 y 293, del Código Penal”, causa nº 5939, que tramitó ante el Juzgado Federal Nº 1 de San Isidro, en la cual se lo encontró culpable, en calidad de coautor junto a su esposa Nilda Susana Wehrli, de la retención y ocultación de dos menores de 10 años –de acuerdo al art. 146 del C.P.-, a quienes había anotado como hijos propios, en concurso ideal con el delito de falsedad ideológica) y en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), donde obran numerosos testimonios que no sólo dan cuenta de la existencia del centro clandestino de detención, sino que precisan sobre la presencia allí de mujeres embarazadas que daban a luz en dicho lugar –concretamente en el sector de “Epidemiología” del Hospital Militar. Los niños recién nacidos les eran quitados inmediatamente producido el parto. Varios de los testimonios señalan que NORBERTO ATILIO BIANCO era una de las pocas personas que tenía acceso a donde estaban las detenidas, así como que él y JULIO CÉSAR CASEROTTO (ya fallecido) eran quienes emitían las órdenes para la atención de las embarazadas detenidas-desaparecidas y sobre los modos de realizar los partos. Pero fundamentalmente, numerosos testimonios señalan que Bianco era quien llevaba a algunas embarazadas detenidas-desaparecidas a parir a Campo de Mayo y retiraba a los niños recién nacidos. Así, en dicha sentencia, el juez actuante -así como la Cámara Federal de San Martín que confirmó en ese aspecto la sentencia al resolver la apelación- estableció que “Norberto Atilio Bianco también desarrollaba su actividad en el ámbito donde existían personas ilegítimamente privadas de su libertad –principalmente mujeres embarazadas-. Específicamente, era en el Servicio de Epidemiología del Hospital donde se alojaban mujeres detenidas en estado de gravidez, sin registro alguno. Estas se encontraban custodiadas, ya sea por personal de civil o de uniforme. En muchos casos se encontraban con los ojos vendados o encapuchadas, y maniatadas. Obedeciendo a expresas 2 directivas, ni el parto ni la existencia de criaturas era motivo de registro, es decir ocurrían en la clandestinidad y sordidez más absoluta. Después del parto, ninguna versión sólida sostiene que madre y bebé continuaran unidos; por el contrario, todo indica que sus destinos se bifurcaban. Dentro de este panorama, pese a que Bianco se desempeñó en la especialidad de traumatología, existen numerosos testimonios que lo vinculan a una actividad paralela en el sector Epidemiología del Hospital de Campo de Mayo, y fuera de este, durante los primeros años de instaurado el gobierno de facto –período de 1976 a 1983-, consistente en efectuar traslados de detenidas, visitarlas fuera del nosocomio y presenciar partos dentro de aquel”. Merece destacarse que Bianco no fue juzgado por los hechos cuya investigación aquí se impulsa, sino sólo por la retención y ocultamiento de dos menores de 10 años, a quienes anotó como hijos propios, razón por la cual no existe doble persecución por un mismo hecho y ningún otro obstáculo para la promoción de la acción penal, por tratarse de un delito de lesa humanidad (cfr. CSJN, “Arancibia Clavel, Enrique Lautaro s/ homicidio calificado y asociación ilícita y otros”; Fallos: 327:3312). Los siguientes testimonios obrantes en dicha causa (“Bianco, Norberto Atilio y Wehrli, Nilda Susana s/ Inf. art. 139, 146 y 293, del Código Penal”, causa nº 5939) dan cuenta de estos hechos: - Declaración informativa de Carlos Alberto Rafinetti (a fs. 196), quien se desempeñaba como médico civil en el Hospital Militar de Campo de Mayo en el Servicio de Maternidad. Señaló que por comentarios sabía que entre 1976 y 1977 había mujeres detenidas sin identificar en Campo de Mayo. Dijo que “las mismas nunca estuvieron alojadas en el sector de maternidad sino que por dichos de terceros tiene entendido que estuvieron en el sector de epidemiología, que aquellas en general eran asistidas únicamente por médicos militares. (…)Preguntado si el Dr. Bianco intervenía en la atención de los pacientes internados en el sector epidemiología (…), responde que sí, ya que supone que todos los militares destinados al hospital tenían libre acceso a ese sector”. - Declaración testimonial de Amanda Larandi de Berea (a fs. 372), empleada del archivo médico de Campo de Mayo entre 1974 y 1978, quien indicó que “era conocido por todos que había detenidos en la 3 sección Epidemiología”, y que piensa que Bianco tenía acceso a la misma, así como que solo tenía acceso el personal militar. - Declaración testimonial de Rosalinda Libertad Salguero (a fs. 374), enfermera de la sección maternidad de Campo de Mayo. Señaló que sabía por comentarios que en Epidemiología había detenidas. Relata que en una oportunidad fue a Epidemiología a revisar un trabajo de parto, había un soldado custodiando el pabellón. Asimismo, en dos oportunidades atendió partos en la guardia, presumiendo que se trataba de detenidas, quienes dos días después ya no se encontraban en maternidad. - Declaración testimonial de Alfredo Gregorio Luna (a fs. 377), médico civil que trabajaba en Epidemiología. Mencionó que allí había dos habitaciones con cerrojo y guardia permanente, a las cuales no ingresó nunca, pero según él era obvio que allí había detenidos. Indica que había orden verbal de no ingresar a las celdas, que los detenidos eran de las FFAA, y por ello clandestinos. - Declaración testimonial de Isabel Manuela Albarracín (a fs. 380), enfermera del sector neonatología, la cual dijo que sabía de la existencia de mujeres alojadas en epidemiología, custodiadas por soldados, porque en seis o siete oportunidades atendió cesáreas. Señala que nunca vio a las madres ni los bebés 48 horas después. Asimismo, relata que en una oportunidad ingresó a epidemiología a atender a una mujer cuya cesárea había practicado la noche anterior, la cual tenía una vincha que le tapaba la mitad de la cara. - Declaración testimonial de María Estela Herrera (a fs. 385), enfermera, quien relató que en pocas oportunidades ingresó a epidemiología, a aplicar alguna inyección. Dice que allí había mujeres embarazadas y a veces heridas, cuya cara nunca pudo ver porque siempre la tenían tapada por una venda. Dice que ingresaban por la noche, porque ella llegaba a las 07:00 hs. y había nuevas mujeres. No sabía el nombre de las mismas, en las prescripciones médicas se anotaban como N.N. El comentario era que no se podía hablar en esas salas. Vio a Raffineti y Caserotto ingresar a las habitaciones, así como a Bianco a la sala de las heridas (donde había dos o tres personas). También oyó que en maternidad había una nena de cuatro o cinco años. No sabía qué pasaba con los recién nacidos. Dice que nunca vio la llegada de una mujer embarazada o herida, pero sí de grupos de varones detenidos (no heridos). En oportunidades en que entraba, iba a ayudar a Bianco. 4 Después de dar a luz, a las embarazadas les daban una inyección para que no tuvieran leche. Piensa que no le daban leche porque al bebé nunca lo traían o por lo menos ella nunca los veía. - Declaración testimonial de Margarita Marta Allende de Bottone (a fs. 181), enfermera. Dijo que escuchó comentarios fugaces sobre la existencia de embarazadas detenidas. En 1977, acompañó a Caserotto en dos oportunidades a atender a dos embarazadas alojadas en epidemiología, una de las cuales estaba vendada. En una oportunidad, al entrar a la guardia vio tres chicos (una nena de 5 y dos varones más chicos –tal vez una era nena-). Relató que preguntó qué hacían ahí y le dijeron que eran hijos de subversivos (fs. 183). Sabía por comentarios generales que esas mujeres estaban detenidas, y que era extraño que estuvieran en epidemiología, pues las embarazadas no iban a esa sección. - Declaración testimonial de Luisa Yolanda Arroche de Sala García (a fs. 392), obstetra. Cumplía funciones en obstetricia, pero dijo que entre 1976 y 1977 atendió mujeres embarazadas en epidemiología. Le decían que las atendiera bien, cree que la orden venía de la dirección. No recuerda cuántas embarazadas atendió, pero serían entre 20 y 30. Cuando fue a epidemiología, fue acompañada por una enfermera, y en algunas oportunidades por Caserotto, quien era su jefe inmediato. Nunca presenció partos o cesáreas, pero sabe por comentarios que se hacían. Algunas veces vio a las mujeres con las manos atadas y la cara tapada. Asimismo, a veces la puerta estaba trabada del lado de afuera. Siempre habían custodios, al parecer gendarmes. Nunca vio heridas, pero por comentarios sabe que había. En una oportunidad, estando ella de guardia, llevaron a un chiquito de 3 o 4 años (rubio, de tez blanca) a eso de las 12:00 de la noche, pero al día siguiente ya no estaba. En otra oportunidad vio a 3 criaturas (cree que cuando cumplía horario de mañana), un bebito, una nena de 7 años y otro “intermedio” que estaba al cuidado de una monja, dice que no escuchó comentarios sobre esos chicos pero que “evidentemente eran hijos de subversivos”. Dice que alguna vez vio a las mujeres después de dar a luz y que ignora qué pasaba con los chicos que nacían. - Declaración testimonial de José Alberto Soria (a fs. 406), enfermero. Manifestó que tuvo que hacer curaciones a mujeres que habían dado a luz por cesárea, las cuales estaban en habitaciones custodiadas por conscriptos o suboficiales. En las oportunidades que le tocó hacer esas 5 curaciones, fue acompañado dos veces por Caserotto, otro tanto por Bianco, y otras por otro médico cuyo nombre desconoce y que no era de epidemiología. Nunca vio a los recién nacidos y desconoce qué se hacía con ellos. Declaró que el comentario general era que las mujeres estaban detenidas, pero nunca recibió una indicación de parte de sus superiores. Agregó que el jefe máximo de epidemiología era el Dr. Silva, a quien nunca vio ir a las habitaciones. - Declaración testimonial de Eva Piño de Disso (a fs. 410), quien se desempeñaba como enfermera en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Señala que el comentario era que en epidemiología había detenidas “con motivo de los allanamientos efectuados”. En 1980 pasó a Maternidad, donde conoció a Raffinetti como subjefe de maternidad, en los últimos años. Agregó que en los años en que ella trabajó en maternidad (1980 a 1983), no se atendió a embarazadas detenidas. Conocía de vista al Dr. Silva, como jefe de epidemiología. - Declaración testimonial de Concepción Piffareti de Garzulo (a fs. 414), quien se desempeñó como enfermera auxiliar en epidemiología. Señaló que entre 1976 y 1977 había allí, en dos habitaciones con dos camas, mujeres embarazadas. Dijo que los médicos del servicio le ordenaron que cuando tuvieran que atenderlas lo hiciera acompañada de algún suboficial. Siempre que atendió a las mujeres, las mismas se encontraban con los ojos vendados y a veces encapuchadas. Señaló que a las mujeres se las denominaba N.N., por lo que ignora sus nombres. Asimismo, indicó que las que tenían parto natural no volvían a epidemiología, sólo volvían las que tenían cesáreas, pero no estaban más de dos días. Manifestó que una noche, al hacerse cargo de su guardia, encontró una nena de 6 años, un varoncito de 3 y un bebé, y la Dra. que estaba en la guardia le dijo que debía cuidarlos. La nena decía que era prima de los varoncitos, pero no decía cómo se llamaba. Agregó que las mujeres eran traídas al hospital en coches particulares y a veces en camillas. Dijo que a veces venían con personal militar, pero cuando eran traídas en coche venían con personas de civil. - Declaración testimonial de Arnaldo Flavian (a fs. 418), auxiliar de enfermería en epidemiología. Cree que, entre 1976 y 1977, habían cuatro habitaciones donde se alojaban mujeres u hombres, custodiadas por personal de civil. El jefe de servicio era el Dr. Silva. En cada guardia entraba alrededor de 6 o 7 veces a esas habitaciones, siempre por orden del médico que estaba en la guardia, que en algunas ocasiones era 6 Bianco, quien entraba a las habitaciones. En algunas oportunidades Flavian entraba solo, después de recibir indicaciones, pero en otras ingresaba acompañado por el médico. Vio hombres y mujeres heridos o fracturados. Eran más hombres que mujeres. Cuando estaba solo en las habitaciones, los pacientes estaban con la cara destapada, pero cuando iba con algún médico les ordenaban que se cubrieran. Por comentarios escuchó que una vez que una tarde trajeron tres chiquitos a epidemiología, pasándolos a maternidad, pero él no los vio. Considera que Bianco atendía en epidemiología, siendo su especialidad traumatología, pues muchas veces había personas fracturadas. Recuerda que en una guardia llevaron a una mujer a maternidad para tener familia, pero volvió sola, sin el bebé. - Declaración testimonial de María Azucena Ybarra (a fs. 437), enfermera. Dijo que entre 1976 y 1977 vio embarazadas y otras que ya habían parido en epidemiología. Vio como máximo dos veces a la misma mujer. Iba a epidemiología sola o acompañada de alguna partera. - Declaración testimonial de Graciela Inés Morales de Micalucci (a fs. 439), enfermera. Señaló que en epidemiología había dos habitaciones que siempre estaban custodiadas, por conscriptos o gente de civil. Manifiesta que el comentario era que allí había “extremistas”. - Declaración testimonial de Eva Beatriz Larregina de Logia (a fs. 442), quien se desempeñaba como mucama en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Declaró que en dos oportunidades acompañó a mujeres que habían dado a luz a habitaciones en epidemiología, existiendo el comentario de que eran “guerrilleras”. - Declaración testimonial de Ernestina Larretape (a fs. 491), quien se desempeñaba como enfermera en el servicio de maternidad del Hospital Militar de Campo de Mayo. Recordó que en unas pocas oportunidades, entre 1976 y 1977, tuvo que llevar medicación a pacientes alojadas en epidemiología, tratándose siempre de mujeres que habían tenido familia, las cuales estaban en dos habitaciones custodiadas. Señala que las mujeres que estaban en epidemiología no figuraban asentadas en maternidad. El comentario general era que eran “subversivas” y se las conocía como N.N. En 1977 asistió a dos parturientas, de alrededor de 25 años. Las mujeres se retiraban después del período normal de 48 horas, haciéndolo también el bebé que ya no se encontraba en la nursery. Recuerda dos casos, en los cuales vino un coche procedente 7 de epidemiología, con la mamá adentro, bajando una persona – siempre hombre y le parece que las dos veces era la misma persona-, que retiraba el bebé. - Declaración testimonial de Lorena Josefa Tasca (a fs. 494), enfermera. Informó que le tocó intervenir en tres casos de mujeres no registradas: uno en epidemiología, otro en la cárcel de Campo de Mayo, y otro fue un parto en la sala de partos, estando la mujer vendada y custodiada por dos soldados de fajina. En las dos oportunidades en que fue a epidemiología y a la cárcel, Caserotto le ordenó (como a todas las demás), que se sacara la identificación, como medida de seguridad. Señaló que el segundo jefe militar de Obstetricia era el Dr. Ricardo Lederer. - Declaración testimonial de Elisa Ofelia Martínez (a fs. 501), enfermera. Señaló que atendió 15 o 20 mujeres en epidemiología, que generalmente habían tenido familia. Estaban en piecitas, con baño privado. Los bebés eran llevados a la nursery. En los primeros tiempos las mujeres estaban con los ojos vendados. Sus compañeras le decían que se sacara la identificación al ir a atenderlas, pero ella nunca lo hacía. Dijo textualmente que “Algunas veces los bebés eran llevados con anterioridad a la salida de la madre y su compañera Larretape preguntaba dónde los llevaban, contestando el Dr. Bianco que era el que generalmente los retiraba y a veces algún suboficial, que los entregaban a la familia”. Los bebés no se registraban. Hacían una ficha con un nombre, pero sin el apellido, y la ponían en la cuna (v. gr. “niño Eugenio”). Las mujeres no estaban registradas. No recuerda que hubiera en alguna oportunidad dos madres al mismo tiempo en epidemiología. Dice que una vez se acercó un coche a maternidad, conducido por un suboficial, en el cual iba Bianco y una mujer a la cual había atendido en epidemiología, a la cual un suboficial le entregó un bebé, “según se comentó, se le daba un trato distinto a esta mujer porque era hija de un personaje importante de La Plata”. Las parteras que estaban de guardia 24 hs. sabían lo que sucedía, porque las mujeres ingresaban de noche. Nombra quiénes eran esas parteras. Agrega que, a los dos días del golpe de estado, los primeros en ser traídos fueron los exiliados chilenos que estaban en la parroquia de José C. Paz, viniendo 4 o 5 chiquitos, a los cuales vio un solo día. Se le mostraron algunas fotos y dijo que la chica que fue sacada en el coche podría ser Amalia Moavro, Isabel Angela Carlucci o Liliana Fontana, y que Valeria Beláustegui Herrera podría ser una de las mujeres que vio en epidemiología y que habría tenido un varón. Todas ellas continúan desaparecidas. 8 - Declaración testimonial de Walter Fatalossi (a fs. 506), médico civil. Trabajaba en epidemiología, pero dijo que habían dos habitaciones que eran restringidas para él y otros médicos civiles. La orden de que no podía ingresar la recibió del feje del servicio, Dr. Gustavo Silva. Agregó que “se comentaba que en esas habitaciones habían subversivos, sean embarazadas o heridos”. - Copia de la declaración prestada ante la CONADEP en 1984 por Jorge Luis Eposto (a fs. 984), quien prestó servicio como técnico radiólogo y enfermero en el Hospital Militar de Campo de Mayo en el área de Radiología. Pudo comprobar que en epidemiolgía, sala de hombres, había mujeres embarazadas. Dijo que las mismas eran llevadas por la noche a parir a ginecología y obstetricia, a cargo de Caserotto. Sabe que una vez nacido el niño, las prisioneras embarazadas eran separadas de él e inmediatamente desaparecían con destino desconocido. En cuanto a los niños sabe por referencias que permanecían en la nurserie. Dice que todas las noches salía de Campo de Mayo un avión Hércules con rumbo sur-este. El avión salía entre las 23:00 y las 24:00 y volvía en menos de una hora. El comentario en el hospital era que llevaba gente que era tirada al mar. - Copia de declaración ante la CONADEP de Nélida Elena Valaris (a fs. 1115), obstetra en Campo de Mayo. Dijo que sabe que había embarazadas detenidas en epidemiología y que ella a veces las atendía, y que nunca iba sola, sino que iba acompañada por Caserotto o algún otro médico militar. Señala que una vez atendió un parto en la Cárcel de Encausados de Campo de Mayo, por orden de Di Benedetto (la mujer era rubia y dio a luz a un niño). Dice que también tiene recuerda otro parto: fue de una mujer mayor, canosa, y se hizo en la sala de partos del Hospital Militar. - Declaración indagatoria de Julio César Caserotto (a fs. 1411). Dijo que “… en el Hospital de Campo de Mayo, sector de Maternidad, durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, existieron órdenes verbales y escritas por la superioridad para que en el lugar se asistiera a las parturientas traídas por personal de Inteligencia… que las órdenes escritas estaban tituladas ´Plan de Operaciones Normales para con el Personal de Inteligencia´. Que fue el Dr. Posse quien le impartió la orden verbal y escrita de asistir y no registrar a las pacientes que ingresaban al Hospital traídas por el personal de Inteligencia. Que se 9 refiere a registros de maternidad, no de hospital”. Preguntado en qué consistían las órdenes, dijo que “asistir a partos y no registrar a las parturientas y los nacimientos. Que el entonces Capitán Bianco fue testigo de la orden impartida por el Dr. Posse”. Preguntado por el destino de los recién nacidos y las parturientas, dijo que “se dirigía al despacho del Director del Hospital y le mencionaba que la paciente estaba en condiciones de recibir el alta, y el dicente se desligaba de la cuestión. Que no sabe de qué manera y por intermedio de quién, pero al otro día cuando retomaba sus actividades la parturienta y el recién nacido ya no se encontraban en el lugar… podrían haber sumado diez partos… Que los lugares donde se alojaba a las mujeres estaban custodiados por guardia permanente…” Al exhibírsele fotografía del legajo respectivo a Ana María Lanzilloto, dijo que “puede tratarse de una mujer que se encontraba alojada en Campo de Mayo, pero no puede recordar con exactitud… Que divisó una mujer que se encontraba en la sala general ya puérpera, siendo vigilada por un soldado armado… Que ante esta situación se dirige a su Superior, Mayor Martín, y juntos se trasladan hacia el despacho del Coronel Posse, Director del Hospital. Que la respuesta de Posse ante la incertidumbre de ambos fue trasladar el tema para horas de la tarde… Que cuando ingresó al despacho del Director encontró al Capitán Bianco parado en el lugar. Que en ese momento Posse se dirigió al dicente y le dijo ´a partir de ahora se internan todas las detenidas embarazadas en Epidemiología…´. Que respecto de la registración de las pacientes que ingresaban, le ordenó que no se debía hacer nada de allí en adelante. Como así, no se debían llevar registros de los nacimientos que se produjeran de allí en adelante. Que desea aclarar que Bianco no dijo nada al respecto, pero el dicente supone que ya había hablado del asunto con el Director. Que… le llamó la atención que la orden fuera impartida delante de un testigo como Bianco, con grado de Capitán y recientemente ascendido… desea aclarar que llevaba historias clínicas pero las hojas no tenían membretes. Que dichas historias clínicas debían elevarse al superior Mayor Martín y este al Subdirector para que dispusiera su archivo. Que en ocasión de elevar tres historias identificadas como pacientes N.N., por ejemplo “rubia” para identificarlas, le fueron devueltas por el Mayor Martín por disposición superior…”. Preguntado respecto de órdenes escritas tituladas “Plan de Operaciones normales para con el personal de Inteligencia” dice que “…estaban firmadas por el Director Di Benedetto, no por Posse y no recuerda si tenían membrete del Ejército Argentino… todos los Jefes de Turno conocían la orden…”. Que respecto del origen de la orden, dijo “a modo de rumor puede decir que se trataba del 10

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4012, caratulada “Riveros, Santiago Omar y otros por privación ilegal de Atanasiu - Laschan (hijo de Frida Laschan Mellado y Angel Atanasiu),.
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