Con la publicación del tercer y último tomo de estas crónicas llega el desenlace del conflicto sajón, así como el final de su protagonista, Widukind. Los enfrentamientos más grandes entre el ejército de Austrasia, dirigido personalmente por Carlomagno, y los insurgentes sajones, que siguieron ciegamente a Widukind, encontrarán un duro revés con la Masacre de Verden, uno de los episodios más cruentos de la Edad Media, en el que Carlomagno mandó decapitar a cuatro mil quinientos hombres y mujeres juzgados como rebeldes y contrarios al cristianismo. Fue en esta época cuando ya el derecho franco insistió en la necesidad de aceptar el bautismo y de renunciar a los entierros paganos, ejerciendo la máxima presión sobre la población sajona. A causa de estas medidas, tendrán lugar las batallas de Grotemburg y Hase, y finalmente el conclusión de la vida de Widukind. Al final de la crónica, el redactor de la misma, el fraile Angus de Metz, vuelve a mirar su propia vida y la misión que le había sido encomendada desde la distancia, retomando el flujo reflexivo de la primera persona, y exponiendo en su Libro de Horas y en su Epílogo, el desenlace del misterio que había rodeado la existencia del hereje Remigio el Piadoso, el cruel final de Widukind, y el