Arqueología yTerritorio Medieval 19, 2012. pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Cerámicas en “verde y manganeso”, considera- das norteafricanas, en al-Andalus (s. X-XI dc)1 Ceramics in “green and manganese”, considered North Africans, in al-Andalus (10th-11th century) Rafael Azuar * RESUMEN ABSTRACT Analizaremos las cerámicas “verde y manganeso”, We will analyze the ceramics in “green and manga- consideradas norteafricanas, procedentes de Raqqa- nese”, considered North Africans, -proceeding from da, de Sabra al-Mansuriya y de la Qal’a de los Banû Raqqada, from Sabra al-Mansuriya and of the Qal’a Hammad, encontradas en la Península Ibérica. Todo of Banû Hammad-, found in the Iberian peninsula. All ello en el contexto histórico de las rutas comerciales this in the historical context of the commercial routes del Mediterráneo entre las costas del norte de África of the Mediterranean one between the coasts of the y al-Andalus en el siglo XI. north of Africa and al-Andalus in the 11th century. Palabras clave: cerámicas norteafricanas, importa- Key words: NorthAfrican ceramics, import, al- ción, al-Andalus, periodo Taifa Andalus, Taifa period La celebración del Congreso Internacional: de la misma y próxima ciudad de Qayrawân, “Kairouan et son rayonnement à travers de así como de aquellas consideradas como de l’histoire” en Kairouan-Túnez (20 al 25 de abril Cartago o Túnez. de 2009) y mi participación en el mismo con una ponencia sobre las “Cerámicas y bronces Ciertamente, esta incapacidad, por mi parte, de Qayrawân en al-Andalus” (AZUAR, 2010) me de establecer las necesarias diferencias entre las permitió volver sobre el tema de las produc- diversas producciones cerámicas procedentes ciones cerámicas de procedencia norteafricana del norte de África, y en concreto del área que había tratado sucintamente, con anteriori- tunecina, es algo bastante generalizado entre los dad, al hablar del comercio de al-Andalus y el investigadores de la Península Ibérica, en cuyos Mediterráneo en el siglo XI (AZUAR, 1998). De estudios, o publicaciones de repertorios cerá- entre las cerámicas de importación, proceden- micos, apenas se establecen estas diferencias, tes del área de Ifriqiya, establecí la diferencia apareciendo simplemente bajo la denominación entre las “hammadíes”, o de la Qal’a de los genérica de cerámicas “qayrawaníes” o tune- Banû Hammad, y las de “Qayrawân” (Túnez) cinas y esto se debe a que su identificación (AZUAR, 1998: 62), sin distinción entre las cerá- es muy reciente, dentro del contexto de la micas de Raqqada, de Sabra al-Mansûriyya, arqueología medieval. 1 Agradezco a Patrice Cressier y a Juan Zozaya su inestimable ayuda y colaboración para la realización de esta investigación. Así como, a Mª Isabel Flores y a Josep Vicent Lerma por facilitarme sus dibujos, y a Omar Inglese por la digitalización y diseño de las figuras. * MARQ. Museo Arqueológico de Alicante AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Rafael Azuar Gracias a la publicación en 1979 de la obra Medinaceli y Medina Elvira, sin aventurar su del profesor A. Daoulatli sobre “Poteries et procedencia (RETUERCE, ZOZAYA, 1986: 112). céramiques Tunisiennes” y la aparición, inme- diatamente posterior, del monumental estudio De uno de estos lugares, un año antes había sobre los “bacini” que decoraban las portadas aparecido la memoria de las excavaciones en de las iglesias de Pisa a cargo de Graziela Berti y “La Alcazaba de Badajoz” dirigidas por Fernando Liana Tongiorgi (1981), comenzamos a disponer Valdés Fernández, en la que, según su opinión, de herramientas tipológicas y morfológicas para no identifica ningún fragmento procedente de identificar, entre otras, la presencia de cerámicas Túnez o de Qayrawân, aunque se recogen dos producidas en el área tunecina y presentes en fragmentos de cerámicas con “vedrío amarillo” a nuestros yacimientos arqueológicos. Gracias las que considera como de procedencia irano- a ellos, a mediados de los años ochenta, G. iraquí, de los siglos IX-X (VALDÉS, 1985: 220-222) y Rosselló Bordoy publica varios fragmentos de un solo fragmento de una producción de “verde un ataifor, encontrado en las excavaciones de la y manganeso, sin engalba, bajo cubierta melada” Almudayna que, por su motivo y técnica deco- que considera similar a otros fragmentos halla- rativa, así como por su forma, consigue iden- dos en Medînat al-Zahrâ'', Pechina (Almeria) tificarlo como una importación o producción y en la propia Almería, pero al que cataloga procedente de “Qayrawân”, de inicios del siglo como procedente del yacimiento sirio de al- XI (ROSSELLÓ, 1985). Ese mismo año, aunque Mînâ, con una cronología de origen del 850 y apareció dos años después, Josep Vicent Lerma el 968 (VALDÉS, 1985: 246-7). publica un breve pero importante estudio sobre “Relaciones mediterráneas de la Valencia islámica: Todos estos contados fragmentos, junto las cerámicas importadas”, en el que entre otras con los más de un centenar de vidriados en producciones, identifica cuatro fragmentos de “verde y manganeso” sobre cubierta “amarilla” piezas diferentes que, por su decoración y encontrados en Medînat al-Zahrâ'', fueron rasgos, los considera como procedentes del motivo de un estudio posterior de Fernando “área de Qayrawân”, y decorativamente los Valdés (1988), el cual no los consideraba como empareja con el “bacini” de la iglesia de San de procedencia norteafricana, a pesar de su Zeno de Pisa, y los ataifores, ya publicados de evidente proximidad geográfica y política con la Almudayna de Mallorca y el aparecido en el al-Andalus, prefiriendo apostar por su origen cripto-pórtico de la alcazaba de Mértola (LERMA, iraní (VALDÉS, 1988); muy del gusto de la línea 1987). Extraordinario y excepcional ejemplar historiográfica marcada por los estudios de M. de ataifor, éste último, que daba imagen a la Gómez Moreno (1951) y de L. Torres Balbás convocatoria del IV Congreso Internacional de A (1957) que nunca mencionaron la presencia de Cerâmica Medieval no Mediterrâneo Occidental, cerámicas de origen tunecino o de Qayrawân, celebrado en Lisboa en el año 1987, y se exhi- o de su influencia en la cerámica “verde y bía por primera vez en la exposición montada manganeso” de Medina Elvira o de Medînat con motivo del congreso, aunque había sido al-Zahrâ''. dado a conocer e identificado, como veremos más tarde, por C. Torres (1987). Por el contrario, y en línea de los trabajos que estaban constatando la presencia de cerá- Precisamente en el anterior congreso inter- micas de procedencia tunecina en al-Andalus, nacional de cerámicas medievales, celebrado en en nuestra tesis doctoral sobre la “Denia islámi- Florencia, se había presentado un estudio de ca”, identificamos algunos ejemplares cerámicos síntesis firmado por M. Retuerce y J. Zozaya, en la ciudad de Denia y en el Castellar de Alcoy, sobre las “Variantes geográficas de la cerámica con su característica decoración polícroma, de omeya andalusí: los temas decorativos” (1986) verde y manganeso sobre melado, de los que en el que se identificaban unas producciones no alcanzamos a proponer su procedencia realizadas en “melado-verde y morado”, de las (AZUAR, 1989: 324). La aparición de estos frag- que dicen son muy escasas y sólo documentada mentos, así como el encontrado en el castillo su presencia, de forma esporádica, en Badajoz, de Lorca (NAVARRO, 1986: 43), junto con los pro- 60 AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Cerámicas en “verde y manganeso”, consideradas norteafricanas, en al-Andalus (s. X-XI dc) cedentes y publicados de la ciudad de Valencia consideradas como procedentes de la Qal’a (LERMA, 1987), dieron pie a que J. Zozaya, en de los Banû Hammad, aunque plantea sus su estudio sobre las “Importaciones casuales reservas sobre sus orígenes y cronología (COLL, en al-Andalus: las vías de comercio”, planteara 2006: 122-3). Más recientemente, A. Heidenreich una geografía de aparición en al-Andalus de (2004) revisa no sólo las conocidas cerámicas las producciones procedentes de “Qayrawân en “verde y manganeso” importadas del norte o Raqqada en Túnez”, centrada en la zona de África, sino también las de reflejo metálico valenciana, señalando, como ejemplo excepcio- documentadas en la Península, cuya importación nal, el hallazgo del ataifor de la nave aparecido debió realizarse a través de los puertos medi- en Denia (ZOZAYA, 1993: 119-120). Reforzó esta terráneos de Valencia, Denia y Almería, analiza propuesta geográfica de aparición de la cerámi- sus precedentes decorativos y de su influencia ca tunecina, la publicación de la tesis doctoral en el arte Califal y Taifal de al-Andalus, pero de M. Retuerce sobre las cerámicas andalusíes sin entrar a efectuar un detallado análisis de las de la Meseta, en la que afirma que estas pro- diversas producciones en “verde y manganeso” ducciones polícromas son infrecuentes y dice norteafricanas. que se documentan, sin más, en Medinacelli y Gormaz (RETUERCE, 1998: 415). A pesar de la aparición de estas obras, como se ha visto, la mayoría de los estudios o De alguna forma, aquel documentado artí- referencias peninsulares sobre estas produccio- culo de Juan Zozaya supuso, entre otras cues- nes cerámicas se caracterizan por englobarlas tiones y en el tema que tratamos, el cierre de bajo la denominación genérica de procedencia una década de aportaciones en la identificación tunecina o de Qayrawân, sin distinción, entre si de unas producciones cerámicas, desconoci- son las producciones procedentes de Raqqada, das en al-Andalus hasta los años setenta, que de Sabra al-Mansuriya o de la propia Qayrawân comenzábamos a conocer, como ya se ha visto, o de Túnez, cuestiones éstas que intentaremos gracias a los trabajos de A. Daoulatli en Túnez diferenciar a la vista de las cerámicas de estas y G. Berti en Italia. Unos años después, en características halladas hasta el momento en la nuestro mencionado artículo sobre al-Andalus Península, de sus diferentes dataciones arqueo- y el comercio mediterráneo del siglo XI, entre lógicas y todo ello en el contexto histórico de las importaciones cerámicas islámicas halladas las rutas comerciales del Mediterráneo entre en la Península, dedicamos un capítulo a la pro- Qayrawân y al-Andalus. cedente de los centros productores de Ifriqiya, estableciendo la diferencia entre las considera- La proximidad de los centros de produc- das como de la Qal’a de los Banû Hammad ción de Raqqada y de Sabra al-Mansûriyya a (Argelia) y las de Qayrawân (Túnez), ampliando la ciudad de Qayrawân, le llevó al profesor A. el limitado registro establecido por J. Zozaya Daoulatli a afirmar que, en general, estas cerá- (AZUAR, 1998: 59-62). Más recientemente, Jaume micas se pueden enmarcar, de forma genérica, Coll en un documentado estudio de síntesis en el contexto histórico de Qayrawân y sus sobre la cerámica islámica de los siglos XIII-XIV, ciudades satélites. Siendo así que, en general, presentado en las primeras jornadas sobre la el origen de estas producciones cerámicas no historia de Menorca, al hablar del comercio de puede retrotraerse más allá de la fundación de cerámicas en el Mediterráneo musulmán y en la ciudad de Raqqada, acaecida en el 876, y su el grupo de las cerámicas consideradas como final debe coincidir con la caída de los fatimíes estanníferas en “verde y manganeso”, engloba en Ifriqiya, -que dejaron de acuñar moneda en en el subgrupo (1.B) a todas aquellas apare- el año 1049 (MARTÍNEZ, 1990)-, y con el saqueo cidas en la Península y consideradas como de de Qayrawân por los Hilalíes en el año 1057 Qayrawân, como serían los conocidos ataifores (DAOULATLI, 1995:69; LOUHICHI, 2003: 112). de Mallorca, de Mértola, de Denia y Valencia (COLL, 2006: 121), ya mencionados, y analizados En este siglo y medio de producciones por nosotros (AZUAR, 2005). Así también, en cerámicas en la órbita de Qayrawân, hay que el subgrupo (1D) recoge aquellas cerámicas tener en cuenta la secuencia histórica mar- AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 61 Rafael Azuar cada por la conquista Fatimí de Túnez y de fondo “amarillo” o “melado-amarillento”, por Qayrawân, lo que abrió un nuevo período, el el especial uso del antimonio en su composi- más intenso, que se extiende entre los años ción (RAMMAH, 1995; DAOULATLI, 1995), que le 909 y el 969, coincidiendo con la fundación confiere su singularidad e identidad respecto de de la ciudad palatina de Sabra al-Mansûriyya las demás producciones Qayrawaníes. Aunque en el 947, conllevando consigo el progresivo los análisis de espectrometría, así como de abandono de la antigua Raqqada en pos de la difracción de Rayos X, realizados, siguiendo nueva sede de los Fatimíes. A partir de este instrucciones de A. Daoulatli y M. Rammah, momento, Qayrawân y sus ciudades satélites sobre las cubiertas vítreas y los esmaltes de esta quedaron bajo el gobierno de los miembros de producción, han demostrado que el caracterís- la dinastía Zirí (969-1049) hasta su conquista tico color “melado-amarillento” de la cerámica por los Hilalíes, ya mencionada, considerándose de Raqqada, no presenta rastro alguno de anti- este hecho como el final de la producción de monio en su composición, sino que más bien los antiguos alfares Qayrawaníes. se debe a la mezcla del óxido de plomo con óxido de hierro (BEN AMARA et alii, 2001). De estas producciones, -con motivo de celebrarse en Paris, en 1995 y organizado por La policromía de las cerámicas de Raqqada el Instituto del Mundo Árabe la exposición: les ha conferido una característica propia. Poli- “Couleurs de Tunisie. 25 siècles de céramique”-, cromía claramente inspirada en sus coetáneas el profesor A. Doulatli y su colega M. Rammah cerámicas irano-iraquíes, posiblemente traídas dedicaran un capítulo entero del catálogo por los ceramistas iraquíes que decoraron el a explicar y darnos a conocer las cerámicas mihrab de la mezquita de Qayrawân en el conocidas como tunecinas, con sus variedades 862, con extraordinarios azulejos de reflejo de “Raqqada” (RAMMAH, 1995: 92-4; DAOULATLI, metálico, seguramente cocidos en la misma 1995: 95-6), de Sabra al-Mansûriyya (RAMMAH, Raqqada (RAMMAH, 1995: 94; DAOULATLI, 1995: 1995: 97-8), de Mahdia y la Qal’a de los Banû 95). Una producción, coetánea a la oriental, Hammâd (DAOULATLI, 1995: 99-101) y de Car- que arranca desde la fundación de la ciudad tago (DAOULATLI, 1995: 102-102-5). Información en el 876, que ha perdurado en la tradición corroborada en el capítulo dedicado a la cerá- popular de la cerámica tradicional tunecina, y mica o producción en “verde y manganeso o se caracteriza, a diferencia de la oriental, por morado”, debido al propio A. Daoulatli en el su decoración con motivos zoomorfos y antro- catálogo de la exposición celebrada ese mismo pomorfos muy estilizados. Temas decorativos, año en Marsella sobre “Le Vert y le brun. De así como un registro formal que ha sido estu- Kairouan à Avignon, céramiques du Xe au XVe diado y sistematizado por Soundes Gragueb sècle” (DAOULATLI, 1995a: 69-76). Variedades que en su tesis doctoral, sobre “Recherches sur la vamos analizar según su aparición en la Penín- céramique islamique de deux cités princiéres en sula, así como de otras, también presentes en Tunicie: Raqqada et Sabra al-Mansûriyya” (2006), los yacimientos arqueológicos de al-Andalus, todavía inédita, -por lo que le agradezco me que han sido consideradas como tunecinas, haya permitido su consulta y manejo, así como aunque, como veremos, su origen es bastante el uso de sus tablas y dibujos-, gracias a la incierto. cual sabemos que la forma dominante de esta producción es la del cuenco, plato o ataifor de pared carenada, borde alto con repié en su I. ¿Cerámicas de Raqqada en al-Anda- base, al que le seguiría el de perfil quebrado con lus? borde de ala, correspondientes a los tipos RGJ A1.I, RGJ A1.II y RGJ A1.III de su clasificación De todas las producciones cerámicas tune- (GRAGUEB, 2006). cinas o “Qayrawaníes”, nos referiremos en este momento a las procedentes de Raqqada y, en Hasta el momento, desconozco el que, en concreto, a su única producción esmaltada en el transcurso de las excavaciones arqueológicas “verde en manganeso” sobre un característico medievales efectuadas en la Península Ibérica, 62 AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Cerámicas en “verde y manganeso”, consideradas norteafricanas, en al-Andalus (s. X-XI dc) hayan aparecido restos o fragmentos de esta Lám. XVII.1), cuya forma de paredes curvas, ni su cerámica de “Raqqada”, a pesar de que en decoración monocroma, pueden considerarse contextos califales si que se han identificado como proveniente del área de Ifriqiya, como las producciones de cerámica “amarilla” iraquí, veremos a continuación. como la encontrada en Medînat al-Zahrâ'' (GÓMEZ MORENO,1951: 323) y estudiadas por Más recientemente, Mª del Mar Muñoz e F. Valdés (1988) o las mencionadas por M. Isabel Flores, conocedoras de las producciones Retuerce y J. Zozaya (1986: 112), o los contados cerámicas almerienses, han realizado un estudio fragmentos descritos por F. Valdés aparecidos sobre “La cerámica medieval en los intercambios en la alcazaba de Badajoz, que ya hemos comerciales mediterráneos” (2007) en el que mencionado (1985: 220-2). Yacimiento éste en analizan, entre otras, las cerámicas importadas el que sólo se ha identificado un fragmento halladas en los yacimientos excavados en Alme- cerámico del galbo de una pieza decorada en ría y, entre ellas, mencionan varios fragmentos verde y manganeso bajo cubierta melada con de procedencia norteafricana. Dos fragmentos decoración de palmetas, el número 989, con considerados como Hammadíes, de los que paralelos, según F. Valdés, en las cerámicas de hablaremos más tarde, que por sus datos no al-Minâ, y similar a otros fragmentos aparecidos corresponden al grupo de cerámicas conside- en Pechina y en Almería. Por desgracia, del radas como de Raqqada, sino más bien a las fragmento no aporta ni dibujo ni fotografía y que estudiamos más adelante. A continuación por el contexto habría que situarlo en el siglo menciona otro fragmento de ataifor apareci- XI (VALDÉS, 1985: 246-7). do (Fig. 2b) en unas excavaciones en la calle Real, con el nº 1033 del Museo de Almería, Los paralelos de Almería y de Pechina, que “melado amarillo sólo al interior con capa gruesa mencionaba F. Valdés, corresponden a los craquelada y decorado en manganeso con tema clásicos estudios sobre la “Cerámica árabe de zoomorfo-antropomorfo”, al que consideran Pechina (Almería)” que publicara F. Ochotorena como Fatimí del siglo XI (MUÑOZ, FLORES, 2007: (1953) y los más recientes de Dorotea Duda 76-7), pero que podría tratarse de un fragmento (1971, 1972) sobre Almería, en los cuales los de cerámica de procedencia tunecina, pero no ejemplares que se relacionan son precisamente de Raqqada. pequeños fragmentos de cerámica esmaltados en “amarillo” (DUDA, 1971) que corresponden Como vemos, hasta el momento, ni en las a claras importaciones iraníes, ya mencionadas, excavaciones de Pechina ni en Almería se han más que a posibles ejemplares de Raqqada. encontrado restos o fragmentos de esta cerá- mica de Raqqada de finales del siglo IX o siglo Por suerte, las excavaciones sistemáticas X. Situación ésta que también se constata en llevadas a cabo en el yacimiento de Bayyana el documentado estudio de C. Cano sobre la (Pechina), en la segunda mitad de los años cerámica en “verde y manganeso” encontrada ochenta (ACIÉN, CASTILLO, MARTÍNEZ, 1990), en Medînat Ilbîra, procedente de los trabajos permitieron documentar estratigráficamente que realizara a finales del siglo XIX D. Manuel los materiales arqueológicos, así como las Gómez-Moreno (1888). El importante conjun- producciones cerámicas de Pechina (Almería). to depositado en el Museo Arqueológico de La revisión de estos estudios viene a confirmar Granada ha sido estudiado, como decíamos, que en el yacimiento, eminentemente Emiral por C. Cano (1990; 1991) y en el mismo se del siglo IX y con perduración en el siglo X, comprueba que en el conjunto no existen no se ha encontrado ni un solo fragmento cerámicas decoradas a la “cuerda seca”, ni de cerámico que pueda atribuirse a esta produc- “reflejo metálico”. Así, también menciona la ción polícroma de Raqqada o de Qayrawân. El presencia de un solo fragmento, del que no único ejemplar que presenta restos de verde aporta ni dibujo ni fotografía, y del que dice fue y manganeso sobre fondo melado, sería el de citado por Juan Zozaya y sobre el que aconseja un ataifor de paredes curvas, de ligera carena y la necesidad de realizar un estudio completo con pie anular (CASTILLO, MARTÍNEZ, 1993: pp. 108, de esta producción (CANO, 1990: 34). AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 63 Rafael Azuar Al igual que sucede en este extraordinario de “verde y manganeso” sobre melado (PÉREZ, yacimiento de nuestro período califal, como la 2003: 121). Al igual que sucede en el coetáneo ciudad de Medînat Ilbîra que fue abandonada yacimiento del ribât de Guardamar, en el que a principios del siglo XI, entre las diversas ni en su nivel emiral, ni en el propiamente producciones cerámicas halladas en el palacio califal, se ha encontrado un solo ejemplar de cordobés de Medînat al-Zahrâ'', fundado en el estas cerámicas polícromas (AZUAR et alii, 2004; año 945, el mismo Carlos Cano al estudiar en MENÉNDEZ, 2004). extenso su producción cerámica en “verde y manganeso”, sólo menciona, entre las otras pro- Por último, nos referimos a las excava- ducciones documentadas que aparecen junto a ciones arqueológicas del teatro romano de ellas, las importaciones de cerámicas orientales Cartagena, en donde se encontró, en el nivel o iraquíes y la “loza dorada” fatimí (CANO, 1996: de amortización de los espacios Emirales, un 46). En ello coincide, también, J. Escudero en su solo ejemplar de base y un fragmento del coetáneo estudio de las cerámicas en “verde borde de un ataifor de base anular y pared y manganeso” de Medînat al-Zahrâ'' (1988-90: quebrada, vidriado al interior en “verde y 135). Sin embargo, y de forma inexplicable, F. manganeso” sobre un intenso fondo ama- Valdés en su estudio sobre las cerámicas con rillo, el mismo que cubre su cara exterior. vedrío amarillo de Medînat al-Zahrâ'', llega a Se identifica un motivo de tipo floral en su contabilizar casi un centenar de fragmentos, centro con trazos muy diluidos. La rareza y provenientes de las antiguas excavaciones de exclusividad del fragmento llevó a considerar, F. Hernández, de los que aporta los perfiles como hipótesis, el que fuera un ejemplar dominantes de las bases y de los bordes de los de cerámica de Raqqada o de algún centro ataifores, a los que considera, en relación con tunecino, con una cronología de fines del siglo los otros fragmentos hallados en la Península, IX y siglo X (MURCIA, GUILLERMO, 2003: 209- como de una cronología de perduración que 210, Fig. 19, nº 138). El perfil del ataifor coincide se extendería de la segunda mitad del siglo con los registros formales de las piezas de X hasta el siglo XII, y de clara influencia de la Raqqada, sin embargo su ornamentación, así cerámica iraní (VALDÉS, 1988). como su trazado y el intenso color amarillo del vidriado, plantea ciertas dudas sobre su En la misma Córdoba y procedente de las origen de Raqqada, al igual que la cronología excavaciones de Cercadilla, Mª del Camino emiral del contexto de Cartagena que nos Fuertes Santos en su riguroso estudio sobre sitúa a esta pieza en un horizonte del siglo las cerámicas medievales de los siglos X a IX, que sería casi anterior a la cronología de principios del siglo XI, dice que sólo se ha las producciones de Raqqada, de finales del encontrado la base de una posible jofaina, con siglo IX y sobre todo del siglo X. repié anular, decorada en verde y manganeso y vidriado en melado, decorada con un motivo En conclusión, podríamos decir que en los geométrico (2001: 183, Fig. 126). De la misma, en más importantes y mejor documentados yaci- la nota 216 considera que no es muy común mientos de finales del Emirato y sobre todo del esta cerámica en Córdoba y que debe ser una califato de al-Andalus, no parece constatarse, si importación “tal vez norteafricana, tal vez de exceptuamos el caso del fragmento de Cartage- Túnez, en donde se conoce desde el siglo IX” na, la presencia de cerámicas que pudiéramos (FUERTES, 2010: 175). considerar como de la típica producción de Raqqada. Panorama muy similar es el que nos encon- tramos al revisar las conclusiones del excelente Sin embargo, sí que sabemos de la existencia estudio de Sonia Pérez Alvarado sobre “Las de contados fragmentos cerámicos hallados en cerámicas omeyas de Marroquíes Bajos” de Jaén la Península que presentan esta característica (2003), en donde no se registra, en estratigrafía, policromía del “verde y manganeso” sobre la presencia de un solo registro de cerámica con cubierta melada o amarilla, que corresponden restos de esta producción esmaltada polícroma a los que decíamos fueron mencionados por 64 AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Cerámicas en “verde y manganeso”, consideradas norteafricanas, en al-Andalus (s. X-XI dc) mí (AZUAR, 1989; 1998), por Juan Zozaya (1993) A todos ellos habría que añadir el ataifor y por J. Coll (2006), como de procedencia aparecido en las excavaciones de Pechina, ya Qayrawaní. (Fig. 1) mencionado, de paredes curvas pero cuya técnica y existencia ha permitido a Isabel Flores Comenzaremos por referirnos al ataifor y Mª del Mar Muñoz el establecer el subgrupo fragmentado procedente de el Castellar de de las cerámicas en “verde y manganeso” sobre Alcoy (Alicante) que ya mencionábamos en fondo melado (amarillento) de las producciones nuestro estudio sobre la “Denia Islámica”. El alfareras de Pechina, al que añaden varios frag- ataifor es el nº inv. 5321 del Museo Arqueológi- mentos, de la misma forma aunque de diversa co Municipal, Camilo Visedo, de Alcoy (AZUAR, decoración que se fecharían en la segunda 1989: 150, Fig. 73). Es de forma semicircular, mitad del siglo x y siglo XI (FLORES, MUÑOZ, con repie anular y ligero regruesamiento del 2009, Fig. 25-29), considerados como producción borde al exterior. El mismo por su contexto almeriense (FLORES, 2011: 11). de aparición, en un horizonte de producciones en “verde y manganeso” y de cerámicas a la Como se aprecia (Fig. 1), todos estos “cuerda seca”, hay que considerarlo como de ataifores son idénticos tipológicamente: de la segunda mitad del siglo XI. paredes curvas, borde recto y labio ligera- mente regruesado, con pie anular. De igual Otro ataifor decorado en “verde y manga- forma sus decoraciones se distribuyen entre neso” sobre melado, es el procedente de Lorca, epigráficas y fitomórficas. Identidad formal y con el nº 900 del Museo Arqueológico de temas decorativos que en nada se asemejan a Lorca, recogido en el catálogo de la “Cerámica las producciones de Raqqada, en su mayoría islámica en Murcia”, con el nº 82, cuya forma de perfil quebrado y de unos trazos epigráficos es semiesférica, con ligero repie y presenta al totalmente diferentes a los del conjunto, así interior una franja pseudo-epigráfica en “verde y como sucede con la representación vegetal. manganeso” sobre fondo melado, datado entre A estas diferencias tipológicas y ornamenta- los siglo X-XI (NAVARRO, 1986: 43). les hay que añadir la cronología del siglo XI, mayoritaria de las piezas recogidas, totalmente Entre los materiales procedentes de las alejada de la cronología de los siglos IX-X de excavaciones en el castillo de Setefilla (Lora las producciones Raqqadíes. En resumen, estas del Río, Córdoba), estudiados por H. Kirchner, cerámicas que, nosotros mismos, consideramos encontramos entre las producciones conocidas en su día como de procedencia norteafricana y de “verde y manganeso” califal, el fragmento de así se han seguido considerado por los investi- borde ataifor nº 15, de perfil curvo, decorado gadores posteriores, indiscutiblemente no son con un motivo vegetal, al interior, en “verde y Raqqadíes y, como veremos más tarde, no se manganeso” sobre fondo melado y al exterior corresponden con las diversas producciones con cubierta melada. La cronología contextual Tunecinas. del ataifor es del siglo XI (KIRCHNER, 1990: 63, FG. 4). Con relación a esta específicas producciones en “verde y maganeso” sobre fondo melado o De las excavaciones de la plaza de la Almo- amarillo, tenemos que señalar la gran similitud yna de Valencia procede el ataifor nº 1475 que formal de estas cerámicas con el centenar de fue dado a conocer en la exposición sobre la aquellas aparecidas en las excavaciones efec- “Cerámica califal de Dénia”, que, gracias a la tuadas por F. Hernández en Medînat al-Zahrâ'' información facilitada por J. V. Lerma, sabemos y estudiadas por F. Valdés, en cuyos dibujos y corresponde a un ataifor de paredes curvas, perfiles se aprecia que responden a este mismo con repie anular, con una decoración en su tipo de cuenco o ataifor de paredes curvas, del interior de una franja epigráfica, delineada en que en un primer momento consideró como manganeso y rellena en verde, sobre fondo de procedencia iraní, pero que luego llegó a melado. De una cronología contextual de los considerarlas como de una amplia cronología siglos X-XI (GISBERT, 2000). de fines del siglo X al siglo XII, procedentes, AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 65 Rafael Azuar muy posiblemente, de los alfares del siglo XI números D33/1060 y D115/1061, procedentes de Toledo (VALDÉS, 1988:18). de las antiguas excavaciones en el yacimiento, publicadas por A. Daoulatli (1996: 84), decorados En conclusión, y a la vista de la unidad formal con el motivo de un jinete con turbante y lanza, de estas cerámicas y de sus específicas temáti- de una cronología de la segunda mitad del siglo cas, resulta fácil deducir que estamos ante una X y principios del siglo XI. producción andalusí de fines del siglo X y sobre todo del siglo XI, de procedencia desconocida, Piezas todas ellas que presentan, como pero que, debido a su reducida geografía limita- excepcional, el que desarrollan temas antro- da al Sharq al-Andalus, podría tener un origen pomorfos, sobre todo el del guerrero o del en los alfares taifales de Almería, donde se ha “príncipe o soberano”, lo que caracteriza a documentado su presencia (FLORES, MUÑOZ, una serie muy específica por lo excepcional de 2009; FLORES, 2011) o en algún taller de Denia, su decoración, entre un contexto decorativo aunque la misma no se ha documentado en dominado por los temas fitomorfos o zoomor- sus alfares (GISBERT, 2000), o en Valencia, cuyos fos, y por lo contado de sus ejemplares. alfares de época taifa, todavía nos son descono- cidos (AZUAR, 1998b). A éstos habría que añadir Hasta hace unos años, la existencia de aquellas producciones, consideradas como de estos ataifores de Sabra al-Mansûriyya ha sido procedencia “iraní”, pero que parece proceden considerada como una manifestación local, de de los alfares de la Taifa de Toledo. inspiración en los antiguos mosaicos de la zona (DAOULATLI, 1996: 74) y sin proyección fuera del área fatimí de Ifriqiya. Sin embargo, es la II. De la posible presencia de cerámicas propia Soundres Gragueb (2006) quien señala de Sabra al-Mansûriyya en al-Andalus la sorprendente similitud de estas piezas con algunas cerámicas aparecidas y documentadas Es conocida la existencia, entre las produc- en al-Andalus, haciendo referencia al fragmento ciones cerámicas de Sabra al-Mansûriyya, de un de ataifor con el motivo del guerrero, proce- número contado de piezas, de forma abierta, dente de Medînat al-Zahrâ''. con motivos antropomorfos realizados con la técnica del verde manganeso sobre fondo Ciertamente, en Madînat al-Zahrâ' se han blanco o estannífero. El más famoso es el atai- documentado contados fragmentos de atai- for o plato conocido como el del “caballero for con motivos antropomorfos. Todos ellos de Sabra”, conservado en el Museo del Bardo estudiados por Carlos Cano Piedra (1996: 118, (nº Inv. D115) (DAOULATLI, 1979: 45), y que fue FG. 58), entre los que sobresalen éste (MC/40) publicado por el mismo A. Daoulatli junto a un con motivo del arquero en movimiento (CANO, fragmento de ataifor en la exposición sobre “Le 1996: 132, LÁM. VIII), junto con otros fragmentos vert & le brun. De Kairouan à Avignon, céramiques presentados en la exposición “Las Andalucías du Xe au XVe siècle” (MARSEILLE, 1996: 84, Nº 41 y de Damasco a Córdoba” (PARIS, 2001: 128, nº122) 40), a los que consideraba como comparables a y el SA/163 (CANO, 1996: 140, Lám. XXV) con un las decoraciones antropomorfas de los estucos jinete, armado con escudo, lanza, casco y malla y yeserías de los palacios fatimíes de Sabra al- metálica, (MARSEILLE, 1996: 116, nº103), que los Mansûriyya del siglo X (DAOULATLI, 1996: 74). A asociaba, decorativamente, al ataifor proceden- estas piezas podríamos añadir dos ejemplares te de Medina Elvira, el 2143 del Museo Arqueo- procedentes de las antiguas excavaciones de lógico de Granada (CANO, 1990, Fig. 1 y 11; 1991), Sabra al-Mansûriyya, recientemente estudiados muy similar al de Málaga (PUERTAS, 1985: 35, Fig.6; por Soundes Gragueb Chatti en su mencionada PARIS, 2001: 128, nº 121). Todos ellos desarrollan inédita tesis de doctorado sobre “Recherches sur el motivo del “príncipe”, posiblemente con la la céramique islamique de deux cités princières copa en la mano, como el ataifor aparecido en en Tunisie: Raqqâda et Sabra al-Mansûriyya” Benetússer (Valencia) (ESCRIBÁ, 1990), expuesto (2006). En la misma se recogen los fragmentos en la muestra “Dos milenios en la historia de de ataifor con motivos antropomorfos, con los España: Año 1000. Año 2000” (MADRID, 2000: 66 AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 Cerámicas en “verde y manganeso”, consideradas norteafricanas, en al-Andalus (s. X-XI dc) 269-271) y posteriormente en “El esplendor de y muy escaso, dentro de las producciones los Omeyas cordobeses” (CÓRDOBA, 2001: 174). A mayoritarias documentadas, y al que considera todos ellos los consideraba claramente influidos como de reminiscencias “mesopotámicas” y por los marfiles andalusíes o por las cerámicas claramente “foránea, extrapeninsular y bastan- del Próximo Oriente (CANO, 1996: 31), sin men- te temprana (tiempos iniciales del califato)” cionar relación alguna con las producciones (CANO, 1996: 14). Así también, le resulta raro el cerámicas de Sabra al-Mansûriyya. otro fragmento de ataifor con el guerrero con escudo que se dibuja sobre la base de un ataifor Este grupo de piezas, con representaciones con repie anular de su tipo I, no considerado antropomorfas halladas en Medînat al-Zahrâ', como el más abundante (CANO, 1996: 13). en Medina Elvira y en Málaga, siempre se han asociado (CANO, 1996: 31) a la conocida limeta Esta excepcionalidad tipológica de los o botella aparecida en el casco urbano de ataifores, se observa también en el caso de Córdoba y existente en su Museo Arqueoló- la limeta o ampolla de Córdoba, la cual es gico (nº Inv. 11282) que ya publicara Samuel totalmente diferente a las encontradas en de los Santos Jener (1952: 401-402) , Leopoldo Medînat al-Zahrâ', -caracterizadas por ser de Torres Balbás (1987: 778, Fig. 657-9) y Guillermo base plana y cuello corto (CANO, 1996: 16)-, al Rosselló Bordoy (GRANADA, 1992: 233, nº 26); en presentar un repie anular en su base, con un la que se desarrolla en su cuerpo una escena característico cuello cilíndrico, alargado, alto y “poco común” de seis personajes, alternando con moldura en su borde. Forma del tipo III músicos y ancianos, tocados con turbantes y de la clasificación de Carlos Cano (1996: 16) barbados. no presente en Medînat al-Zahrâ' y de la que sólo se conocen el mencionado ejemplar, el La pieza y los fragmentos descritos de atai- procedente de Medina Elvira (nº Inv. R.E. 677) fores se han considerado como de producción (GÓMEZ-MORENO, 1888: TORRES BALBÁS, 1987: andalusí, con claras influencias orientales, sin 780, Fig. 656; CANO, 1990, 1991; GRANADA, 1995: más comentarios y nunca como una produc- 240-3; MADRID, 2000: 259-61), y el de Jerez de la ción asociada a los posibles alfares de Medînat Frontera (TORRES BALBÁS, 1987: 781, Fig. 658). A al-Zahrâ' (ESCUDERO, 1988-1990: 137; CANO, 1996: esta singularidad de la pieza Cordobesa hay 47-9). Sin embargo, la simple comparación de las que añadir el que su forma es, precisamente, piezas de la serie de Sabra al-Mansûriyya con una de las documentadas en las producciones estas contadas piezas halladas en al-Andalus, cerámicas de Sabra al-Mansûriyya (GRAGUEB, pone de manifiesto las claras similitudes esti- 2006). (Fig. 3) lísticas existentes entre las mismas. Así, es de destacar la coincidencia en estas piezas del De igual manera, los ataifores con deco- tema del guerrero o arquero, al que habría que ración antropomorfa responden a formas de añadir, el tratamiento ornamental de las figuras pequeño diámetro, rondando entre los 20-30 de Sabra al-Mansûriyya que siempre aparecen cm, como sucede con el ataifor del caballero con turbante, como así se constata en el caso de Sabra y con el ejemplar, del guerrero con de la escena de los músicos de la ampolla de escudo, descubierto en Medînat al-Zahrâ'. Córdoba y en el ejemplar del guerrero con escudo y lanza del fragmento procedente de A estas diferencias formales hay que añadir Medînat al-Zahrâ'. (Fig. 2) el que de todas estas piezas, botellas o limetas, aunque son parecidas formalmente, - lo que A estas sorprendentes similitudes temáticas sugirió a Carlos Cano que la pieza de Medina y estilísticas podríamos añadir su excepcionali- Elvira fuera realizada por el mismo artesano de dad tipológica. Es decir, el ataifor encontrado en la de Córdoba (1996: 16, NOTA 19) -, sólo la de Medînat al-Zahrâ', con el motivo del arquero, se Córdoba es la que porta una escena “antro- desarrolla sobre un ataifor único con borde de pomorfa”, la conocida de los músicos, frente ala que corresponde al tipo III de la clasificación al dominio de los temas zoomorfos del resto. de Carlos Cano del que opina no es común AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184 67 Rafael Azuar Por suerte, podemos ampliar la lista de sos talleres alfareros de las ciudades satélites de excepcionales piezas con la aparición, en las Qayrawân; simplemente porque se emplazan recientes excavaciones efectuadas en el arra- actualmente en países distintos, la primera en bal de “El Fontanar” de Córdoba, de parte Argelia y el resto en Túnez. Pero esta geografía del cuerpo fragmentado de una limeta con la actual no se puede aplicar al contexto histó- singularidad de presentar una decoración antro- rico de estos lugares ya que, como explicó A. pomorfa, en “verde y manganeso”, en la que se Daoulatli, la Qal’a es una fundación de los ziríes desarrolla una escena cortesana o festiva, con de Qayrawân que en el año 1007-8 autorizaron la representación, al menos, de tres persona- a Hammad ibn Buluggin a crear una villa, como jes (APARICIO, CANO, 2010). Sus investigadores su capital, en lo alto del monte Hodna, cerca de han puesto de manifiesto su similitud formal y Msila en el este de la actual Argelia. Así fue la decorativa con la mencionada botella de los fundación de la Qal’a de los Banû Hammad que músicos y, por su estratigrafía de aparición en acabó por convertirse en uno de los centros Córdoba, no dudan en considerarla como una más importantes en las rutas comerciales que producción califal de los talleres palatinos de cruzaban el norte de África y unían a Ifriqiya con Medînat al-Zahrâ' (APARICIO, CANO, 2010: 195). los puertos del Mediterráneo. Sin embargo, su vida y actividad comenzó a declinar a partir del Indiscutiblemente, coincidimos en conside- año 1069, con la fundación de la ciudad costera rar a esta excepcional limeta como de época de Bugía, a la que el último príncipe Hammadí califal, aunque dudamos de su procedencia, en el año 1148 trasladó las riquezas y objetos ya que, a la vista de los datos analizados, de valor de la Qal’a, consumando su definitivo venimos a proponer, siguiendo a S. Gragueb abandono (DAOULATLI, 1995: 100). Aunque, en (2006), la hipótesis de que los fragmentos de opinión de L. Golvin su actividad económico- ataifor con motivo de guerreros encontrados comercial apenas duró unos ochenta años, en Medînat al-Zahrâ', así como las limetas o entre los años 1010 y 1090 (GOLVIN, 1980: 204). ampollas halladas en el subsuelo de la ciudad de Córdoba, decoradas con escenas cortesanas De esta efímera y esplendorosa ciudad Zirí, o de músicos, podrían ser piezas procedentes conocemos sus cerámicas, entre otros restos de Sabra al-Mansûriyya, en base a sus evidentes de su cultura material, gracias a las tempranas similitudes formales, temáticas y decorativas, y excavaciones que comenzaron en 1897 y a la con una cronología de la segunda mitad del publicación de sus resultados (MARÇAIS, 1913) y siglo X. Aún más, la presencia de estas piezas, a los estudios posteriores debidos a L. Golvin exclusivamente, en la ciudad de Córdoba y quien en su obra “Recherches archéologiques en la corte califal, sugiere su excepcionalidad à la Qal’a des Banû Hammad” (1965) aportó como objetos importados que formarían parte un extraordinario registro de la misma, de de las riquezas suntuarias llegadas a la corte del tal manera que fueron las primeras cerámicas califato de al-Andalus, a lo largo de la segunda norteafricanas identificadas en la Península. mitad del siglo X. Su presencia pudo servir de Así, G. Rosselló en su clásico y no superado modelo para la producción de los otros ataifo- “Ensayo de sistematización de la cerámica árabe res, de base plana, con el motivo del príncipe de Mallorca“ identificó por primera vez en al- con la copa en la mano que se extendería por Andalus unas cerámicas, decoradas en manga- otros alfares de la Península, a finales del siglo neso sobre fondo blanco, a las que consideró X y principios del siglo XI. como de procedencia norteafricana (ROSSELLÓ, 1978: 143) y más tarde de la Qal’a de los Banû Hammad (ROSSELLÓ, 1986: 194). III. Cerámicas Hammadíes o de la Qal’a de los Banû Hammad (Argelia) A esta primera identificación, hay que añadir la de J. V. Lerma en su mencionado artículo Todavía se sigue separando o considerando sobre las cerámicas importadas halladas en sin relación alguna a las cerámicas procedentes Valencia en el que recoge un fragmento de de la Qal’a de los Banû Hammad de los diver- cerámica con una decoración de un león en 68 AyTM 19, 2012 pp. 59-90 I.S.S.N.: 1134-3184
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