APLICACIÓN DE UN MODELO DE ACTITUDES AL PROBLEMA DEL ORIGEN DE LA CAPTURA EN LA PESCA Juan Miguel Rey Pino - [email protected] María del Carmen Puentes Graña- [email protected] Universidad de Cádiz Reservados todos los derechos. Este documento ha sido extraído del CD Rom “Anales de Economía Aplicada. XIV Reunión ASEPELT-España. Oviedo, 22 y 23 de Junio de 2000”. ISBN: 84-699-2357-9 Aplicación de un modelo de actitudes al problema del origen de la captura en la pesca. Juan Miguel Rey Pino. Departamento de Economía de la Empresa. [email protected] María del Carmen Puentes Graña. Departamento de Economía General. [email protected] INTRODUCCIÓN La pesca responsable es un objetivo que nos atañe a todos. Las medidas de conservación de la política pesquera común han sido aprobadas para todos los sectores de actividad de la industria pesquera y es primordial que todos las observen. Las prácticas comerciales responsables constituyen la prolongación de una pesca responsable. Las mismas deben ser identificadas y valoradas por el mercado para que su desconocimiento no pueda constituir una ventaja competitiva. Por tanto, deben contar con un marco legal adecuado. El mercado de los productos de la pesca se ha caracterizado siempre por la competencia existente entre los distintos agentes del sector, cuyos intereses son contradictorios, para que el mercado funcione de manera óptima es preciso que se opere buscando sinergias entre las distintas fuerzas integradoras del mismo, en el contexto de un uso responsable de los recursos disponibles. Fundamentalmente, donde deben realizarse las modificaciones que permitan un funcionamiento más eficaz del mercado, es en la organización común del mercado de los productos de la pesca y de la acuicultura. Es preciso que el mercado tenga un grado elevado de transparencia, tanto para garantizar condiciones leales de competencia como para que el consumidor esté bien informado. La necesidad de esta transparencia es manifiesta en el caso de la comercialización de productos frescos y en el de la pesca responsable. Los consumidores pueden contribuir a lograr una pesca responsable exigiendo una serie de requisitos: 1.- Demanda de información sobre los productos frescos. Dadas las características específicas del producto, es conveniente plantearse la posibilidad de establecer un etiquetado/información del consumidor, sobre los siguientes aspectos: Denominación comercial de la especie Método de producción (es decir, captura o acuicultura) Origen Categoría de frescura. 2.- Exigencia de una certificación de pesca o de acuicultura responsable. Al informar al consumidor de que el producto comercializado ha sigo obtenido con métodos de pesca o de acuicultura responsable, la certificación permite a la demanda sancionar los comportamientos insatisfactorios desde el punto de vista de la conservación de los recursos y de la protección del medio ambiente. Fundamentalmente, por todo esto, el Ministerio de Agricultura en colaboración don las Comunidades Autónomas, ha puesto en marcha una campaña de información en todo el sector de cara a lograr en el plazo más breve posible, que todos los productos de la pesca que se ofrecen al consumo estén perfectamente identificados. Con esta medida, se ofrece una mayor garantía a los consumidores sobre el producto que están adquiriendo. La normativa por la que se contempla la tipificación de los productos de la pesca, se publicó en el B.O.E. de 18 de marzo de 1999, dando seis meses para su aplicación en el sector, es decir, el 18 de septiembre. Sin embargo, los productos de la pesca nacionales, en la mayoría de los casos, han continuado comercializándose de la misma manera que seis meses antes. Desde la Administración se ha puesto en marcha un amplio plan de información en todo el sector para la ejecución de dicha norma. De lo que no hay duda, es de que a partir de esta medida, el consumidor podrá saber qué tipo de merluza, lenguado, etc, está comprando para que no se produzcan nuevos fraudes en la actualidad fáciles de cometer en cuanto a la procedencia de algunas especies. Por todo ello, el etiquetado de los productos pesqueros, debe suponer un beneficio para el sector. La definición de lo que se pone en venta, va a suponer una mejora en la imagen del producto, una idea de mayor calidad, y, sobre todo, la posibilidad de que el consumidor pueda elegir. El etiquetado debe estar exigido, por un lado, por la Administración, desde el punto de vista legal, y por otro, desde el punto de vista del consumidor, negándose a comprar todo aquel producto pesquero que no lleve consigo la etiqueta identificativa. El diseño de la etiqueta identificativa, es como sigue: País de origen Calibre Categoría Frescura Fecha Nombre Científico: Producto Nombre Comercial: Peso Neto: Forma de obtención: Expedidor: Nombre y apellidos o dirección: Fecha de expedición y clasificación 2.- MODELO TEÓRICO DE ACTITUDES Para realizar la presente investigación sobre la importancia concedida a diversos atributos del pescado elegimos como población a las amas de casa por ser estas las que se encuentran en relación directa con la elección del lugar de compra y el tipo de pescado que compran. Decidimos investigar sobre las actitudes de estas personas hacia determinados aspectos del pescado. Para ello nos propusimos emplear como modelo el modelo de Fishbein y Ajzen de la acción razonada. Este modelo toma en cuenta las críticas realizadas contra los modelos basados en las actitudes (LaPiere, R. T., 1934), que apuntaban la imposibilidad de estos para predecir conductas concretas. A tal efecto y como nuestra investigación va encaminada en como influirá el etiquetado del pescado en las compras realizadas por las amas de casa (conducta de compra) nos decidimos por dicho modelo. La primera fase de nuestra investigación se centró en conocer la opinión de las amas de casa sobre la compra y consumo de pescado. Esto nos daría las pistas concretas para realizar nuestro cuestionario. A tal efecto utilizamos la investigación cualitativa. Conctactamos con la Asociación de Amas de Casa de Cádiz, la cual organiza gran cantidad de actividades. Entre ellas está la realización de una tertulia semanal que tiene lugar los miércoles. Para la reunión pedimos la colaboración de cinco amas de casa. La importancia de esta reunión se centro en que estuvieron representadas casi todas las variables en juego (desde una ama de casa que vivía sola hasta ama de casa de familia numerosa, personas jóvenes y mayores, clases sociales diferenciadas (media-baja y media-alta). La presente reunión tuvo como objetivos principales establecer un marco de referencia para la realización de una investigación sobre los motivos de consumo de pescado en las amas de casa de la Bahía de Cádiz. A partir del resultado de esta reunión diseñamos un cuestionario para pasarlo a amas de casa que tengan un contacto directo con la situación que planteamos (compra de pescado para consumo familiar). Se agradeció a las amas de casa su colaboración. Entre las notas más destacadas de dicha reunión podriamos nombrar que: a) las amas de casa en general prefieren llevar a los suyos pescado o verdura que carne (lo consideran como más alimenticio que los otros). b) La compra-venta de pescado está sujeta a un engaño bastante generalizado (valga comentar que nos expresaron como determinados pescaderos para hacer que el pescado pareciese fresco le untaban sangre de pollo). c) Las amas de casa dedican un poco más de tiempo a la hora de decidirse por el pescado que compran que a la hora de decidirse por otros alimentos. d) A la hora de comprar el pescado se fijan sobre todo en lo fresco que parece el pescado (color, escamas, ojos y escamas). e) Definen la calidad en función de que el pescado conserve sus elementos (frescura del pescado). Una ama de casa señaló que en este etiquetado debería venir avalado por un veterinario una especie de fecha de caducidad a partir de la cual el pescado podría dejar de conservar todos sus elementos. f) En general se decantan por un precio bajo, aunque no desdeñan la calidad. g) Opinan que en cierta medida el etiquetado del pescado no supondrá el fin de los abusos, engaños y prácticas ilegales (pesca de inmaduros, artes ilegales de pesca, etc) pero ayudarán a combatir mejor todos estos problemas. h) Están de acuerdo en que las amas de casa poseen un gran desconocimiento sobre la calidad del pescado en función del origen, aunque si poseen ese conocimiento a nivel local (acedias de Sanlúcar) o de especies suficientemente conocidas (bacalao noruego). i) Una ama de casa señaló muy acertadamente que el etiquetado con el origen de la captura podía suponer para la ama de casa un magnífico feedback para ocasiones posteriores (si una ama de casa compra pescado de un determinado origen y este resulta ser bueno sabe que puede comprarlo en futuras ocasiones). j) Argumentaron acerca de la posibilidad de que un etiquetado de la pesca supusiera un aumento del precio (expresaron su temor a que esto ocurriese). k) Globalmente sin embargo se decantaron por este tipo de alimento por considerar que para sus familias era mucho más sano que otros (en relación a la carne). El único problema que argumentaron es la dificultad de adaptar a los más pequeños a este tipo de alimento (generalmente prefieren carnes o pastas). A partir de todos estos datos dispusimos el cuestionario basado en el modelo de Fishbein y Ajzen. Un modelo de actitudes. Para realizar el estudio utilizamos como marco teórico el campo de las actitudes. Más concretamente, la teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen. Basado en el concepto clásico de las actitudes (con sus tres componentes, cognitivo, evaluativo y conductual) el modelo establece una cadena causal que deriva finalmente en una conducta determinada (en este caso la compra por parte del ama de casa de pescado en función de sus actitudes hacia el producto). Se acepta como válido que la mayor parte de las conductas humanas están determinadas por los propios individuos, y que estas pueden ser pronosticadas en función de la intención que tengan las personas. La intención conductual resulta ser el factor clave en la realización de cualquier inferencia acerca de una conducta determinada; es la causa primera de que ocurra o no. Podemos definirla como “el juicio probabilístico que emite un sujeto acerca de ejecutar o no un comportamiento” (Moya y otros, 1994). Esta intención viene definida por dos factores (evaluativos); la actitud individual que tiene la persona hacia el objeto concreto (factor personal) y la norma subjetiva, las presiones sociales hacia la realización de un determinado tipo de conducta. Ambos factores estarían a su vez determinados por las creencias acerca del objeto (factor cognitivo). En resumen, la base estaría formada por las creencias que actuarían sobre las actitudes personales y la norma subjetiva, las cuales actuarían a su vez sobre la intención de las personas, estando estas por tanto en último término en función de la información poseída por el sujeto. Las actitudes. La actitud viene siendo definida clásicamente como un juicio positivo o negativo realizado por un sujeto sobre un objeto. La actitud se crea a partir de un número de creencias que poseen los sujetos (normalmente hasta nueve o diez). Normalmente solo las tres primeras son importantes para la creación de la actitud. Las creencias estarían definidas como “las consecuencias que tiene el realizar una determinada conducta”. Creencias Personales Actitudes hacia una conducta Evaluación de Las creencias Importancia Que tienen Intención Conducta Creencias que las actitudes Tienen los y motivaciones Signficantes (ponderaciones) Norma subjetiva Motivación Representación del modelo de la acción razonada (Eagly y Chaiken, 1993). En nuestro estudio cualitativo pudimos determinar como las creencias más generalizadas acerca de la compra de pescado el hecho de que este es un producto de – generalmente- más calidad que otros (carne) y el etiquetado puede ayudar a determinar ese grado de calidad. Sin embargo, generalmente el etiquetado supondrá un alza en el precio. Consideran también que ayudará en dar más información sobre lo que comemos, que evitará en mayor medida el engaño en nuestras compras, una ayuda en la lucha contra al daño medio ambiental, y una buena opción para determinar el grado de frescura de la pesca. En función de esas creencias creamos nuestro cuestionario (preguntas de la tres a la ocho). Para ello usamos un modelo Likert de escala bipolar (7 puntos, desde +3 (muy de acuerdo) a –3 (completamente en desacuerdo)). Pero las creencias por si solas no explican la formación de la actitud. Están las evaluaciones realizadas por las personas sobre cada una de esas creencias, el grado de imprtancia que le dan. De esta manera, por ejemplo, una ama de casa puede creer que el etiquetado en el pescado ayudará a evitar la pesca de inmaduros o el uso de artes de pesca ilegales, pero este factor tendría mucha menos importancia para ella que el factor
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