Description:Durante un millón de años o más, en la Tierra todos habían sabido quellegarían las estrellas de la muerte, que el Gran Mundo estaba condenado. Eraalgo que no se podía negar, una certeza de la que nadie podía escapar. Ya habíaocurrido antes y sin duda volvería a ocurrir ya que su plazo era inmutable,cada veintiséis millones de años, y una vez más ese momento se acercaba. Unatras otra, se estrellarían atroces desde los cielos, caerían sin piedad durantemiles o aun cientos de miles de años, trayendo fuego, oscuridad, polvo, humo,frío y muerte: un incesante invierno de pesar. Cada pueblo de la Tierra aceptósu suerte a su modo, ya que el destino es genético, incluso en cierto modo paralas formas de vida que no tienen genes Los vegetales y las gentes conojos-de-zafiro supieron que no iban a sobrevivir, y se prepararon enconsecuencia. Los seres mecánicos descubrieron que conseguirían subsistir si sepreocupaban por ello, pero no se tomaron la molestia de hacerlo. Losseñores-del-mar entendieron que sus días habían concluido, y lo aceptaron. Loshjjk, que jamás renunciaron de buen grado a ninguna conquista, esperaron podersalir indemnes del cataclismo, Y se dispusieron a asegurarse de que así fuera.Y los humanos… los humanos…